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Rentabilidad y eficacia del aprendizaje 2.0

En los últimos tiempos, estamos siendo testigos del gran auge que las nuevas tecnologías están teniendo en todos los aspectos de nuestra vida y, como podemos imaginar, el aprendizaje no se ha quedado atrás. La aparición de internet supuso una verdadera revolución en cuanto a la manera en la que solíamos hacer las cosas, con el objetivo de simplificarnos la vida. De hecho, Superprof ha entendido esta cuestión a la perfección y, de este modo, ha integrado en su web un apartado de «Apuntes», es decir, de , con el fin de facilitarle a los alumnos y alumnas que lo requieran diversas explicaciones teórico-prácticas de diferentes cuestiones. Antiguamente, cuando teníamos dudas de alguna cuestión que no nos había quedado clara en la escuela, o que no entendíamos, acudíamos a nuestros padres o profesores de inmediato. En la actualidad, la situación es otra bien distinta, de tal forma que el alumnado se dirige a su ordenador, tableta o incluso a su teléfono móvil e introduce directamente la duda en un motor de búsqueda. De esta manera, Internet le proporciona toda la información que necesita para solucionar sus problemas en tan solo cuestión de segundos, con el consiguiente ahorro de dinero y tiempo para padres y alumnos. Hubo quien fue un visionario de este fenómeno y encontró en este servicio todo un negocio. De este modo, surgieron numerosas plataformas de clases particulares en línea, así como profesores que a través de sus propias páginas web vertían sus conocimientos teórico-prácticos para ayudar a sus alumnos y alumnas con aquellas materias con las que más problemas podían tener. Estas plataformas y recursos, hoy en día, garantizan el acceso a una información que, de otro modo, solo se obtendría únicamente recurriendo a un libro o manual, que no tendría por qué estar totalmente actualizado, a diferencia de la red 2.0 y 3.0, cuya característica primordial es la rapidez y la actualidad. Por esta razón, el aprendizaje que emplea este tipo de fuentes de información de una manera adecuada resulta totalmente eficaz. No obstante, si el alumnado emplea las herramientas que internet pone a su disposición, ¿qué ocurre con la comunicación entre profesor y alumno? ¿El aprendizaje se vuelve más solitario? No tiene por qué. De hecho, a diferencia de lo que muchos puedan creer, este tipo de aprendizaje les ayuda a reflexionar sobre lo que leen, a poner en práctica la teoría vista en clase o leída en la web y, por qué no, a evolucionar a nivel personal al aprender a ser más independientes y autónomos. Esto no quiere decir que no necesiten el apoyo de un profesor que les dirija en su progreso, alguien que les dé las directrices de qué camino tomar, sino todo lo contrario. A través de la orientación de un profesor, los alumnos podrán rendir mejor y optimizar el tiempo que pasan delante de los libros. Gracias a las plataformas de clases particulares, como Superprof, encontramos una comunidad de profesores y alumnos y alumnas en las que prima la colaboración y el aprendizaje colaborativo. Aunque tengamos todo en internet, o prácticamente casi todo, eso no quiere que los alumnos y alumnas sean capaces de entenderlo todo por sí mismos. Sí, tendrán que poner de su parte pero necesitarán una persona que los acompañe en ese aprendizaje. Ahí es donde interviene la figura del profesor y, en concreto, de los profesores particulares. En la actualidad, dentro de los «Apuntes» de Superprof encontramos dos bloques bien diferenciados: matemáticas e idiomas. Por un lado, el bloque de matemáticas contribuye a la formación en las diferentes materias que componen las matemáticas: álgebra, aritmética, cálculo, probabilidad, trigonometría, geometría o estadística, entre otros. Por otro, el bloque de idiomas, por ahora, abarca básicamente la lengua inglesa y su gramática. Poco a poco, se ampliará el contenido para cubrir las distintas necesidades de los alumnos y alumnas. Como vemos, gracias a este tipo de recursos se abren nuevos horizontes para la enseñanza. ¿Por qué no explorarlos?

RedacciónT21