Tendencias21

Análisis genómicos apoyan la idea de que los virus están vivos

Un estudio realizado en EE.UU. demuestra que los virus comparten historia evolutiva con las células, y apoya la idea de que son seres vivos. Para ello, han analizado el genoma de más de 5.000 organismos, entre ellos 3.460 virus, y observaron qué estructuras de proteínas son comunes y cuáles no.

Análisis genómicos apoyan la idea de que los virus están vivos

Un nuevo análisis apoya la hipótesis de que los virus son entidades vivas que comparten una larga historia evolutiva con las células. El estudio ofrece el primer método fiable para trazar la evolución de los virus desde un momento en que ni los virus ni las células existían en las formas conocidas hoy en día, dicen los investigadores, de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (EE.UU.).

Los nuevos hallazgos aparecen en la revista Science Advances.

Hasta ahora, los virus han sido difíciles de clasificar, dice el profesor de ciencias de los cultivos Gustavo Caetano-Anollés, que ha dirigido el nuevo análisis con el estudiante de posgrado Arshan Nasir. En su último informe, el Comité Internacional de Taxonomía de Virus reconoce siete órdenes de virus, en función de sus formas y tamaños, estructura genética y medios de reproducción.

«Según esta clasificación, las familias virales que pertenecen al mismo orden probablemente se han ido distanciando de un virus ancestral común», escriben los autores. «Sin embargo, sólo 26 (de 104) familias virales han sido asignadas a un orden y las relaciones evolutivas de la mayoría de ellas siguen sin estar claras.»

Parte de la confusión se debe a la abundancia y diversidad de los virus. Menos de 4.900 virus se han identificado y secuenciado hasta el momento, a pesar de que los científicos estiman que hay más de un millón de especies virales. Muchos virus son pequeños -significativamente más pequeños que las bacterias u otros microorganismos- y contienen sólo un puñado de genes. Otros, como los mimivirus recientemente descubiertos, son enormes, con genomas más grandes que los de algunas bacterias.

El nuevo estudio se centró en el vasto repertorio de estructuras de proteínas, llamadas «pliegues», que están codificadas en el genoma de todas las células y virus. Los pliegues son los pilares estructurales de las proteínas, los que les dan sus formas complejas tridimensionales. Comparando las estructuras de pliegue de las diferentes ramas del árbol de la vida, los investigadores pueden reconstruir la historia evolutiva de los pliegues y de los organismos.

Los investigadores decidieron analizar los pliegues de las proteínas porque las secuencias que codifican los genomas virales están sujetas a cambios rápidos; sus altas tasas de mutación pueden ocultar señales evolutivas profundas, dice Caetano-Anollés en la información de la universidad. Los pliegues de las proteínas son mejores marcadores de eventos antiguos porque sus estructuras tridimensionales se pueden mantener incluso cuando las secuencias que las codifican comienzan a cambiar.

Hoy en día, muchos virus -incluidos los que causan enfermedades- toman el mando de la maquinaria de construcción de las proteínas de las células huésped para hacer copias de sí mismos que luego se extienden a otras células. Los virus a menudo insertan su propio material genético en el ADN de sus anfitriones. De hecho, los restos de antiguas infiltraciones virales son ahora características permanentes de los genomas de la mayoría de los organismos celulares, incluidos los humanos.

Esta habilidad para mover el material genético a su alrededor puede ser una evidencia de la función primordial de los virus como «propagadores de la diversidad», dice Caetano-Anollés.

Los investigadores analizaron todos los pliegues conocidos en 5.080 organismos que representan todas las ramas del árbol de la vida, incluyendo 3.460 virus. Usando métodos bioinformáticos avanzados, se identificaron 442 pliegues de proteínas que comparten las células y los virus, y 66 que pertenecen únicamente a los virus.

Secuencias únicas

El análisis reveló secuencias genéticas en los virus que son diferentes a todo lo visto en las células, dice Caetano-Anollés. Esto contradice la hipótesis de que los virus capturaron la totalidad de su material genético de las células. Este y otros hallazgos también apoyan la idea de que los virus son «creadores de novedades», añade.

Utilizando los datos de pliegues de proteínas disponibles en las bases de datos en línea, Nasir y Caetano-Anollés utilizaron métodos computacionales para construir árboles de la vida que incluían virus.

Los datos sugieren «que los virus se originaron a partir de múltiples células antiguas… y coexistieron con los ancestros de las células modernas», escriben los investigadores. Estas células antiguas probablemente contenían genomas de ARN segmentados, según Caetano-Anollés.

Los datos también sugieren que en algún momento de su historia evolutiva, no mucho después de que surgiera la vida celular moderno, la mayoría de los virus adquirieron la capacidad de encapsularse a sí mismos en capas de proteínas que protegían sus cargas genéticas, lo que les permitió pasar parte de su ciclo de vida fuera de las células huésped y propagarse, dice Caetano-Anollés. Los pliegues de proteínas que son exclusivos de los virus incluyen aquellos que forman estas cápsulas virales.»

«Estas cápsulas se hicieron más y más sofisticadas con el tiempo, permitiendo que los virus infectaran a las células que se les habían resistido previamente», dice Nasir. «Este es el sello del parasitismo.»

Algunos científicos han argumentado que los virus son entidades no vivientes, trozos de ADN y ARN desprendidos de la vida celular. Apuntan al hecho de que los virus no son capaces de replicarse (reproducirse) en el exterior de las células huésped, y se basan en la maquinaria de construcción de proteínas de las células para funcionar. Pero muchas otras evidencias apoyan la idea de que los virus no son tan diferentes de las demás entidades vivientes, explica Caetano-Anollés.

«Muchos organismos requieren de otros organismos para vivir, incluidas bacterias que viven dentro de las células, y hongos que se dedican a las relaciones parasitarias obligadas, y que dependen de sus anfitriones para completar su ciclo de vida», dice. «Y esto es lo que hacen los virus.»

El descubrimiento de los mimivirus gigantes en la década de 2000 desafió las ideas tradicionales sobre la naturaleza de los virus. «Estos virus gigantes no eran el pequeño virus del Ébola, que tiene sólo siete genes. Estos son enormes en tamaño y en repertorio genómico», dice el investigador. «Algunos son tan grandes físicamente como las bacterias parásitas, y con genomas tan grandes o más.»

Algunos virus gigantes también tienen genes para proteínas que son esenciales para la traducción, el proceso por el cual las células leen las secuencias de genes para construir proteínas, dice Caetano-Anollés. La falta de maquinaria de traducción en los virus una vez fue utilizada como justificación para clasificarlos como no vivos, dice.

«Esto ya no es así. Los virus merecen un lugar en el árbol de la vida. Obviamente, hay mucho más en los virus de lo que se pensaba».

Otro declaración de un grupo de expertos, publicada hace un año por la American Society for Microbiology, ya apuntaba la idea de que los virus son agentes de cambio, no necesariamente negativos.

Referencia bibliográfica:

Arshan Nasir y Gustavo Caetano-Anollés: A phylogenomic data-driven exploration of viral origins and evolution. Science Advances (2015). DOI: 10.1126/sciadv.1500527

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • El misterio del ordenador más antiguo del mundo 16 noviembre, 2024
    En 1901, un grupo de investigadores descubrió en un naufragio un extraño y rudimentario ordenador, que luego se definió como el mecanismo de Antikythera, un artefacto fechado en el siglo II a.C. que se convirtió en el ordenador más antiguo del mundo y hasta apareció en uno de los films de la saga "Indiana Jones". […]
    Pablo Javier Piacente
  • Piedras de 12.000 años de antigüedad serían la evidencia más antigua del principio mecánico de la rueda 15 noviembre, 2024
    Aunque los arqueólogos ubican la invención formal de la rueda sobre la Edad del Bronce, un nuevo estudio sugiere que este avance podría haberse concretado miles de años antes: el análisis de un conjunto excepcional de más de cien guijarros perforados, descubietos en una aldea de Israel, muestra que estas piedras con 12.000 años de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Restauran la visión humana mediante células madre 15 noviembre, 2024
    En un avance vital en el campo de la medicina regenerativa, un trasplante de células madre ha mejorado significativamente la visión de tres personas con daños severos en sus córneas. El ensayo clínico realizado en Japón es el primero en su tipo a nivel mundial, según destacan los investigadores.
    Pablo Javier Piacente
  • La cultura declara también la emergencia climática: así es el movimiento 15 noviembre, 2024
    La cultura mundial se suma al movimiento por la emergencia climática y en España acaba de lanzarse con un manifiesto entre la utopía y la distopía para desafiar las estructuras de poder que ignoran el consenso científico, fracasan en su misión de protegernos y perpetúan el ecocidio.
    Alejandro Sacristán (enviado especial)
  • Crean un arma de rayo de energía inspirada en la Estrella de la Muerte de la saga Star Wars 14 noviembre, 2024
    Científicos chinos afirman haber hecho realidad el arma de haz de energía convergente que utiliza la estación espacial Estrella de la Muerte en la saga Star Wars: el sistema dirige una serie de haces de alta potencia a un solo objetivo. En la práctica, el arma podría tener un impacto letal al permitir desplegar múltiples vehículos […]
    Pablo Javier Piacente
  • Una isla rusa desaparece por completo del mapa en el Ártico 14 noviembre, 2024
    Un grupo de escolares y estudiantes universitarios descubrió que una isla rusa en el Ártico ha desaparecido recientemente, después de comparar imágenes satelitales del área para un proyecto educativo. La Sociedad Geográfica Rusa confirmó la desaparición de la isla helada Mesyatseva, aparentemente como consecuencia de los efectos del calentamiento global y el cambio climático antropogénico.
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren cómo nuestro cerebro predice el futuro 14 noviembre, 2024
    El cerebro hace mucho más que procesar información: aprende de experiencias pasadas y hace predicciones sobre el futuro inmediato. Así podemos vivir con seguridad las experiencias cotidianas.
    Redacción T21
  • Descubren una extraña criatura fantasmal desconocida en lo profundo del océano 13 noviembre, 2024
    Un grupo de investigadores ha revelado recientemente una variedad desconocida de nudibranquio, una extraña criatura marina que nada libremente en los mares a más de 2.200 metros de profundidad, iluminada por un brillo bioluminiscente y adornada con una capucha ondulante, que le confieren un aspecto fantasmal. Se trata del primer nudibranquio conocido de su tipo, […]
    Pablo Javier Piacente
  • Nuestros antepasados usaron herramientas hace más de 3 millones de años 13 noviembre, 2024
    Un nuevo estudio que ha analizado los huesos de las manos de australopitecos, simios y humanos revela que el uso de herramientas probablemente evolucionó antes del surgimiento del género Homo: nuestros antepasados homínidos habrían comenzado a dominarlas hace más de 3 millones de años, iniciando una práctica cultural y tecnológica que se creía propia de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Es hora de reconstruir una Valencia que sea física, política y económicamente resiliente 13 noviembre, 2024
    La tragedia de Valencia es la suma de la crisis climática y de una gobernanza que ha priorizado el lucro de unos pocos y el crecimiento descontrolado por encima de la seguridad de las personas. Una financiación autonómica injusta y una insuficiente comprensión de los riesgos climáticos que la ciencia anuncia completan una catástrofe anunciada.
    Fernando Valladares, Agnès Delage Amat y Rafael Jiménez Aybar (*)