Científicos del Departamento de Física de la Universidad de Warwick (Reino Unido) han analizado las temperaturas máximas estivales diarias de este país durante más de cien años. Han llegado a la conclusión de que la frecuencia media y la duración de las olas de calor han aumentado de dos a tres veces desde 1878.
Junto a miembros de la Escuela de Economía de Londres, el equipo examinó datos del registro central de temperaturas de Inglaterra (CET), los registros instrumentales disponibles más largos del mundo.
Sus resultados muestran que, aunque las olas de calor se han producido en el pasado, su frecuencia, duración y gravedad han aumentado. El análisis, publicado en Geophysical Research Letters, es una nueva visión en uno de los pocos estudios de temperatura a largo plazo, con series de tiempo continuo, que existen.
Tratamiento de los datos
Las conclusiones no se basan en la identificación y recuento de olas de calor directamente, sino que utilizan las observaciones de las temperaturas diarias para mostrar cómo ha cambiado la probabilidad de diferentes temperaturas.
Mediante la aplicación de un método llamado “teoría de cruce” de estas probabilidades, los científicos han proporcionado información sobre la cambiante relación entre la frecuencia, duración e intensidad de las olas de calor. Esto permite ofrecer explicaciones más sólidas sobre cómo el cambio climático ha afectado a las características de estos períodos excesivamente cálidos.
Mayor frecuencia, intensidad y duración
En este análisis se cuantifica la relación entre observaciones más frecuentes de los días más calurosos, y el aumento de la frecuencia, la intensidad y la duración media
Este trabajo define una ola de calor como un número de días sucesivos, donde la temperatura máxima diaria está por encima de un umbral. El umbral de interés depende de lo que es socialmente importante.
Por ejemplos, la normativa de Reino Unido sitúa en 28 grados centígrados el sobrecalentamiento de los edificios. Esto es útil para el análisis de los registros de temperatura del centro de Inglaterra, pero, en un país más caliente, un umbral más alto sería más relevante.
Al centrarse en la frecuencia de temperaturas más altas, los investigadores pudieron identificar los cambios en la incidencia de las olas de calor a través del tiempo y la proporción de tiempo dedicado a una ola de calor.
Se ha detectado una disminución de dos a tres veces en la media del período de retorno (el tiempo promedio entre dos olas sucesivas). También se ha descubierto un aumento de entre dos y tres veces en la media de duración de los olas de calor.
El umbral de temperatura de una ola de calor de seis días de duración de media, con periodo de retorno de cinco años, se ha incrementado, con una temperatura normalmente superior a 28 grados.
Método adicional
Cuando se estudia la actividad de una ola de calor reciente, los climatólogos suelen utilizar modelos informáticos. Este estudio proporciona un método adicional, en base a los datos de observación, que complementa métodos consolidados y proporcionará a los científicos una base con la que comparar la actividad de olas de calor reciente.
“Las olas de calor son, por definición, fenómenos inusuales, por lo que medir su frecuencia, duración y severidad es un reto”, señala la profesora Sandra Chapman, de la Universidad de Warwick, en un comunicado. “Sin embargo, según vayan haciéndose más frecuentes los días más calurosos, las olas de calor serán de media más probables y duraderos. Y si tenemos los datos, esto es algo que podemos cuantificar”.
Referencia
Warming trends in summer heatwaves. S. C. Chapman et al. Geophysical Research Letters, 18 January 2019. DOI: doi.org/10.1029/2018GL081004.
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