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Comienza a comercializarse un bastón electrónico para ciegos

Un bastón electrónico para ciegos, que mide la distancia de los objetos mediante rayos láser y transmite la información correspondiente al usuario a través de sonidos o vibraciones emitidos por un pequeño dispositivo del tamaño de un mando de televisión que se lleva adherido a la mano, comienza a implantarse después de haber pasado dos años en fase de experimentación.

El bastón electrónico tiene externamente la misma apariencia que el bastón blanco alargado empleado por los ciegos para orientarse en sus desplazamientos por entornos abiertos, con la diferencia de que cuanto más de aproxima el usuario a un obstáculo, más intensa es la señal emitida por el aparato.

El bastón electrónico no sustituye al tradicional, sino que más bien lo complementa, ya que potencia la capacidad de esta herramienta para evitar los muros, anticipar el comienzo de la acera o descubrir un bache en el firme, e incluso señalar a los videntes la proximidad de una persona ciega.

Hay dos modelos del bastón electrónico: uno denominado Tom Puce (pequeño), que detecta objetos a cuatro metros, alerta mediante vibraciones y cuesta 762 euros. El otro modelo, más sofisticado y caro (2.286 euros), se llama Teletacto y describe el espacio con mayor amplitud (hasta 15 metros) y precisión, ya que el barrido del láser permite detectar los perfiles y reconocer las formas.

Ocho años de investigación

El bastón ha sido creado por el físico e investigador del CNRS y de la Universidad Paris-Sud/Orsay, René Farsi, quien ha dedicado ocho años de su vida a perfeccionar esta tecnología, probada ya con 60 invidentes franceses, y que continúa desarrollándose con diferentes variables nuevas.

El bastón electrónico no es de fácil manejo, ya que necesita un período de formación que cuesta 1.800 euros, que se suman al precio del producto. Lo más complicado es que los usuarios aprendan a interpretar las señales emitidas por el dispositivo y a construir referencias a partir de estos símbolos.

La eficacia comprobada en el período experimental es del 60%, pero el hecho de que el 40% de los que lo prueban no consigan orientarse no deja de ser un obstáculo para su plena implantación social.

De ahí que los objetivos de sus creadores sean todavía modestos: en Francia hay 300.000 ciegos de los que 50.000 utilizan bastón. De ellos, 10.000 personas no pueden prescindir de este apoyo para su vida cotidiana y lo que pretenden los inventores del bastón electrónico es que en el plazo de diez años 5.000 ciegos se beneficien de esta tecnología.

Apoyo GPS

Estas previsiones son de por sí bastante elocuentes del relativo potencial alcance social del bastón electrónico. La mayoría de los usuarios prefiere el modelo más simple y económico, pero los más capaces (8 de los 60) encuentran un completo soporte a su movilidad: consiguen que el oído supla a la visión en la orientación sobre el entorno, permitiendo al usuario deducir los comportamientos de locomoción más adecuados.

El proyecto sin embargo es más ambicioso, ya que pretende incorporar al bastón electrónico el soporte de localización geográfica vía satélite (GPS), con la finalidad de que el usuario pueda tener todas las referencias de un entorno para orientarse, de la misma forma que hoy lo consigue un conductor para llegar a un destino desconocido.

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