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Creer que un olor es irritante provoca inflamación a los asmáticos

Una nueva investigación del Centro Monell de Sentidos Químicos (Philadelphia, EE.UU.) revela que simplemente creer que un olor es potencialmente dañino puede aumentar la inflamación de las vías respiratorias en los asmáticos durante al menos 24 horas después de la exposición. Los resultados ponen de relieve el papel que las expectativas pueden desempeñar en los resultados relacionados con la salud.

"Los asmáticos están preocupados a menudo por los aromas y fragancias. Cuando esperamos que un olor sea perjudicial, nuestros cuerpos reaccionan como si ese olor fuera de hecho perjudicial", explica la autora principal del estudio, Cristina Jaén, fisióloga de Monell, en la nota de prensa recogida por EurekAlert!. "Tanto los pacientes como el personal sanitario deben entender cómo las expectativas acerca de los olores pueden influir en los síntomas de la enfermedad."

El asma es un trastorno inflamatorio crónico de los pulmones. Según los Institutos Nacionales de la Salud, más de 25 millones de estadounidenses padecen la enfermedad. Las vías respiratorias de los asmáticos son sensibles a factores que inflaman y constriñen aún más las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración. Hay muchos tipos diferentes de factores desencadenantes, como el polen, el polvo, los productos químicos irritantes, y alergenos. Las emociones fuertes y el estrés también pueden desencadenar los síntomas del asma.

Es importante para las personas con la enfermedad entender cómo manejar sus síntomas para ayudar a prevenir los ataques de asma severos.

Muchas organizaciones de salud hacen listas de aromas y fragancias que provocan asma, lo que lleva a los pacientes a sentir ansiedad cuando se exponen a los olores ambientales. La presente investigación se llevó a cabo para determinar si los síntomas del asma provocados por olores pueden ser provocados o agravados por las expectativas negativas.

En el estudio, publicado en línea en el Journal of Psychosomatic Research antes de que se publique en la edición impresa, 17 individuos considerados asmáticos moderados fueron expuestos al olor del alcohol fenetílico (PEA) durante 15 minutos. A menudo descrito como olor de rosas, el PEA es considerado como un olor "puro" sin cualidades irritantes fisiológicos asociadas.

Con ocho sujetos

A ocho sujetos se les dijo que el olor tenía potenciales propiedades terapéuticas, mientras que a nueve se les dijo que potencialmente podría causar problemas respiratorios leves.

Durante la presentación del olor, los sujetos valoraron las propiedades sensoriales del olor, incluyendo intensidad, irritación y molestia. Se tomaron medidas de la función pulmonar y la inflamación de las vías respiratorias antes e inmediatamente después de la exposición y de nuevo a las dos horas y 24 horas después de la exposición.

Las creencias de los sujetos sobre el olor, en concreto si era potencialmente perjudicial (activador de asma) o terapéutico, influenciaron sus respuestas psicológicas y fisiológicas al mismo.

Las personas a las que se les dijo que el olor era potencialmente perjudicial lo valoraron como más irritante y molesto en comparación con aquellos que pensaban que podría ser terapéutico.

Además, la inflamación de las vías aéreas se incrementó inmediatamente después de la exposición en los sujetos que creían que el olor podría ser perjudicial y se mantuvo elevada 24 horas después.

"La introducción de un sesgo negativo dio lugar a un rápido cambio en la inflamación de las vías respiratorias", señala la autora Pamela Dalton, psicóloga cognitivo de Monell. "Lo que realmente nos sorprendió fue que esta respuesta se prolongó durante más de 24 horas. El aumento de la inflamación durante este período probablemente hace a los asmáticos más sensibles a otros factores desencadenantes."

Expectativas

No hubo un aumento de la inflamación cuando el olor se caracterizó como terapéutico, incluso en los individuos que se describieron como sensibles a los perfumes y otros olores.

Los resultados sugieren que algunos de los efectos de las fragancias sobre los síntomas de asma pueden estar relacionados con la expectativa de daño y no con las propiedades químicas del olor.

"No es sólo lo que hueles, sino también lo que te crees que hueles", resume Jaén.

De cara al futuro, los investigadores quieren determinar los mecanismos biológicos que conectan las expectativas con la inflamación de las vías respiratorias. También tienen la intención de explorar si existe un fenómeno inverso. Dalton se pregunta: "¿Podemos mejorar los resultados sanitarios mediante la reducción de la preocupación o el miedo hacia una enfermedad en la que la excitación emocional es contraproducente?"

Referencia bibliográfica:

Cristina Jaén, Pamela Dalton. Asthma and odors: The role of risk perception in asthma exacerbation. Journal of Psychosomatic Research (2014). DOI: 10.1016/j.jpsychores.2014.07.002.