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Desarrollan un software que mejora nuestra inteligencia fluida

Investigadores del cerebro de la Universidad de Michigan acaban de anunciar un método, basado en un nuevo software, para mejorar la habilidad general para resolver problemas, lo que los científicos llaman “inteligencia fluida”. La inteligencia fluida es la habilidad para razonar rápidamente y pensar en abstracto. Hasta ahora se pensaba que este tipo de inteligencia tiende a decaer según nos vamos haciendo mayores, y que estaba ligada a un componente genético, sin embargo, el uso de este software, según sus creadores, sugiere que 25 minutos de entrenamiento mental riguroso y diario puede ayudar a un adulto sano a mejorar sus capacidades mentales.

“Lo más importante de este trabajo es que podemos demostrar que es posible mejorar la inteligencia fluida”, comenta Martin Buschkuehl, que es el responsable de esta investigación, llevada a cabo en la Universidad de Michigan, en declaraciones recogidas por la revista Wired. “Se asumía que la inteligencia fluida era inmutable”

Para demostrar esto, Buschkuehl y su equipo han desarrollado un software al que han llamado “Brain Twister”. Éste es una adaptación compleja del llamado “n-back task”, un test bastante complicado de memoria visual.

En la versión más sencilla del “n-back task”, una secuencia de imágenes es presentada unos pocos segundos y se pide a los participantes que casen un dibujo con otro idéntico que se presentado previamente.

El desarrollo de Buschkuehl es más complejo, ya que los participantes oían, al mismo tiempo que aparecían los dibujos, una serie de letras, de tal manera que tenían que casar los sonidos a la vez que las imágenes. Esto hacía la tarea muy aleatoria.

La inteligencia fluida mide cómo la gente se adapta a nuevas situaciones y resuelve problemas a los que no se había enfrentado con anterioridad. La inteligencia fluida difiere de la “cristalizada”, que tiene en cuenta conocimientos y destrezas que habíamos adquirido, como vocabulario, gramática o matemáticas.

Una novedad

Es sabido que es posible mejorar el cociente intelectual haciendo muchos test que miden dicho cociente. Sin embargo, aprender a hacer estos test no significa que podamos mejorar nuestra inteligencia. En términos prácticos, la gente puede ser muy buena haciendo test, pero en la vida diaria eso no se traduce en tener un nuevo y brillante cerebro.

Es en este punto donde el software y la investigación de Buschkuehl, recogida en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), es totalmente novedosa.

En la prueba limitada de “Brain Twister”, él y su equipo fueron capaces de que 34 sujetos mejoraran las respuestas de un test de conciente intelectual después de entrenarles en tareas de memoria totalmente separadas (sonidos e imágenes). En este caso, y yendo en contra precisamente de la asunción de que la “memoria fluida” no cambia por mucho que se la entrene, los sujetos que practicaron con el software mejoraron sus resultados en un test de cociente intelectual llamado Bochumer Matrizen-Test.

Inicialmente, los sujetos que participaron en la investigación hacían una media de 10 preguntas correctas. Después de entrenarse con el software desarrollado por Buschkuehl y su equipo durante 19 días a razón de 25 minutos al día, su porcentaje subió a 14,7, es decir, una mejora de más del 40%.

Cuanto más entrenamiento, mejor

El equipo de investigación postula que el “n-back task”, sobre el que han basado su software, mejora la memoria de trabajo (estructuras y procesos usados para el almacenamiento temporal y la manipulación de la información en nuestro cerebro), así como la habilidad para controlar la atención del cerebro. En los test de inteligencia fluida se necesitan ambos tipos de pensamientos, y el entrenamiento lo que hace es, precisamente, mejorarlos.

Los investigadores de la Universidad de Michigan están ahora trabajando en estudiar los efectos a largo plazo del entrenamiento. Además, trabajan en ampliar la cantidad de entrenamiento de los usuarios que lo están experimentando. En el artículo aparecido en el PNAS, no encontraron un límite para esa mejora, sugiriendo que cuanto más entrenamiento con el software, más mejora de la “memoria fluida” se consigue.

“Cuanto más entrenamiento, más se mejora la “memoria fluida”, comenta Susanne Jäggi, que también ha participado en esta investigación, en un comunicado de la Universidad de Michigan.