Los problemas de hiperactividad y déficit de atención en los niños, conocidos por sus iniciales en inglés como ADHD, son fácilmente reconocibles: incapacidad de concentrarse en una tarea concreta, incapacidad de estarse quietos, poca capacidad de aceptación de las frustraciones y resistencia a las normas, son algunas de sus características. Se calcula que este problema afecta a entre el 4% y el 12% de los niños en edad escolar, y que es más común en varones que en niñas (sólo una de cada cinco niños). ¿Pero cuál es su origen?
Cada vez aparecen más evidencias que indican que la hiperactividad y el déficit en la atención no surgen del ambiente del hogar, sino que tienen causas biológicas. Además, durante años, se pensó que podrían tener su origen en una pequeña lesión cerebral resultado de una infección temprana o de complicaciones en el parto. Ahora ha surgido además otra explicación: la genética.
Desequilibrio neurológico
Desde hace tiempo, los científicos han sospechado que los niños con esta dolencia podrían tener algún problema en la actividad de un neurotransmisor denominado norepinefrina, que es uno de los más importantes mensajeros químicos utilizados por las neuronas.
Ya se había demostrado que la eliminación de este neurotransmisor del cerebro produce una disminución del impulso y la motivación, y puede relacionarse con la depresión.
Además, los especialistas pensaban que el cerebro de los niños hiperactivos podría presentar otro desequilibro entre dos actores importantes, los neurotransmisores y los transportadores (que mantienen el nivel de equilibrio de los mensajes cerebrales). Este desequilibrio puede producir desórdenes como la ansiedad y la depresión.
Teniendo en cuenta estas posibilidades, el psiquiatra Kwang-Soo Kim, de la Harvard Medical School de Estados Unidos, investigó los cambios genéticos que influyen en la expresión del gen transportador de norepinefrina.
Más de la mitad de los niños
Así, Kim y sus colegas identificaron un polimorfismo (A/T) en este gen que controlaría los niveles de expresión del transportador. La forma T de este gen crea una secuencia palindrómica que interactúa con los represores “Slug” y “Scratch” y, consecuentemente, disminuye la expresión del transportador.
Posteriormente, se analizó a un grupo de niños con hiperactividad y déficit de atención, descubriendo que 68 de ellos mostraban dicha mutación genética, mientras otros 60 no la presentaban.
Los resultados, publicados en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos, señalan que la mayoría de los niños estudiados tenían una frecuencia de mutación mucho más importante en el promotor de dicho gen, en contra de 60 niños con menor frecuencia de mutación.
Según los investigadores, un déficit en el número de transportadores puede producir un aumento en los niveles de neropinefrina, produciendo un comportamiento impulsivo. Los resultados sugieren por tanto que esta mutación genética puede aumentar la probabilidad de tener problemas de hiperactividad y falta de atención, pero serán necesarias nuevas investigaciones para extraer conclusiones definitivas al respecto.
Muy interesante. Yo estudié Educación y recuerdo dedicar un apartado al tema del TDAH, en tanto que siempre he oído la versión «alternativa» de que se trata de un trastorno inventado y que no existe realmente, que sencillamente hay niños más nerviosos que otros. Llegué a creer esto último bajo el pretexto de «¿qué niño «no» es hiperactivo?, hasta que tuve a mis propios hijos y fue muy evidente que el mayor (tengo dos) tenía TDAH y no era ninguna invención. Mi pareja sí creía que estábamos exagerando y de hecho tras el divorcio tuve que asegurarme de que le llevaba a las citas con el psicólogo y que le medicaba cuando era necesario hacerlo, llegué a contratar un detective privado porque él renegaba. Me decía que lo hacía pero notaba que el niño empeoraba cada vez que volvía. En fin, un artículo muy interesante y muy interesante también que afecte más a varones que a niñas. Leeré más sobre este tema, gracias.