El concepto de narcisismo fue introducido en el psicoanálisis por Sigmund Freud, y hace referencia a una serie de rasgos propios de la personalidad normal, que también pueden manifestarse de forma patológica.
Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad Baylor, de Estados Unidos, han analizado la relación del narcisismo con la capacidad para emitir juicios éticos, tanto de personas religiosas como de no religiosas.
Según publica dicha Universidad en un comunicado, los resultados obtenidos en el estudio han revelado que, en general, el narcisismo puede deteriorar la capacidad para emitir juicios éticos, independientemente de la pertenencia o no a una religión, y del grado de implicación religiosa de cada individuo.
Sin embargo, el estudio también sugiere que el narcisismo resulta más nocivo en aquellas personas de las que cabría esperar una ética superior.
Marjorie J. Cooper, autora de la investigación y profesora de marketing en la Escuela de Negocios Hankamer de la Universidad Baylor, explica que, en este sentido, la investigación reveló que los individuos devotos que son narcisistas pueden verse implicados en actos manifiestamente hipócritas para su propio sistema de valores interiorizado.
El motivo, según Cooper, radica en que el narcisismo es lo suficientemente intrusivo y potente como para hacer que las personas tengan comportamientos contrarios a sus creencias más profundas.
Características del estudio
En el desarrollo de la investigación fueron analizados tres grupos, uno de individuos escépticos, otro de cristianos nominales y, por último, un grupo de cristianos devotos.
Como escépticas fueron consideradas aquellas personas que rechazaban las enseñanzas fundamentales del cristianismo. Por otro lado, se definió como cristianos nominales a aquéllos que eran moderados en su orientación religiosa intrínseca, así como en sus creencias ortodoxas.
Por último, como cristianos devotos fueron considerados aquellos individuos con una orientación religiosa intrínseca y una ortodoxia potentes, características que, según los científicos, determinaban la interiorización completa de las creencias y valores cristianos.
En la investigación participaron un total de 385 estudiantes universitarios de marketing, que completaron una encuesta online en las que debían indicar el grado de aceptabilidad de ciertos comportamientos, como “acudir a la iglesia sobre todo para pasar tiempo con los amigos”, “estar completamente entregado a la religión” o, “a pesar de pertenecer a una religión, creer que otras cosas también son importantes en la vida”.
El narcicismo de los participantes fue medido a partir del Manual de diagnóstico y estadística de los trastornos mentales (DSM-IV), publicado en el año 2000 por la American Psychiatric Association.
Según dicho manual, el trastorno narcisista de la personalidad está determinado por características como tener un exagerado sentido de la importancia personal, tener fantasías extraordinarias sobre el éxito, el poder o la belleza personales; creer que uno es “especial” y que sólo puede relacionarse o ser comprendido por personas “superiores”; y por la propensión a demandar una admiración excesiva de otros.
Además, las personas narcisista son definidas por el DSM-IV como tendentes a deshumanizar a los demás para alcanzar sus propios fines y gratificaciones; cerecedoras de empatía; envidiosas o propensas a cree que otros las envidian; arrogantes y, por último, también propicias a despreciar a otras personas.
Resultados obtenidos
Según Chris Pullig, profesor de marketing de la Universidad Baylor y otro de los autores del presente estudio, los datos obtenidos a partir de estos análisis revelaron que, en general, tanto los cristianos devotos como los cristianos nominales mostraron juicios éticos mejores que los individuos escépticos.
Pero esta diferencia se produjo sobre todo en aquellos casos en que las tendencias narcisistas de las personas estudiadas se hallaban en el extremo inferior del espectro del narcicismo.
“Sin embargo, esta situación experimentó una notable alteración, a medida que los niveles de narcisismo aumentaban en los sujetos de cada grupo”, continúa Pullig.
Para sorpresa de los investigadores, y tal y como ellos mismos describen en la revista Journal of Bussiness Ethics, de los tres grupos, los juicios éticos de los nominales y devotos fueron los más impactados por el narcisismo, a pesar de que los escépticos demostraron ser en general peores emitiendo juicios éticos.
Es decir, que en los juicios morales de devotos y nominales hubo una drástica transformación potenciada por las tendencias narcisistas, no constatada entre los individuos del grupo escéptico.
Ausencia de compasión, moralidad reducida
Los resultados de esta investigación podrían relacionarse con los de otro estudio reciente, llevado a cabo por científicos de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados Unidos. El punto de conexión entre ambas investigaciones se encontraría en la tendencia de los narcisistas a deshumanizar a otros, y en la incapacidad de estos individuos para hacer buenos juicios morales.
Este segundo estudio, publicado por Psychological Science, consistió en mostrar a una serie de voluntarios 15 imágenes de individuos sometidos a situaciones penosas, como no tener casa o ser víctimas del hambre o de la guerra.
A algunos de los participantes se les pidió que, ante estas imágenes, intentaran no sentir empatía o compasión. A otros, que trataran de no angustiarse y, por último, a un tercer subgrupo de voluntarios se les pidió que experimentaran sus emociones tal y como surgían.
Después de ver las imágenes, se realizó una prueba a todos los participantes para determinar si éstos creían que las normas morales debían seguirse en todo momento y hasta qué punto les preocupaba su propia moralidad.
Los investigadores descubrieron entonces que aquellas personas que habían suprimido su compasión al ver las imágenes, siguiendo las instrucciones que se les dieron, fueron mucho más propensas a considerar que la reglas morales podían ser flexibles y a darle poca importancia a su moralidad personal que el resto. En definitiva, según los científicos, la supresión de los sentimientos de compasión puede ser la causa de una moralidad reducida.
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