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El sistema visual humano serviría para construir un nuevo tipo de ordenadores

Los pasos que se van dando a nivel computacional no dejan de asombrar a nadie. Cada día que pasa, van sucediendo una gran cantidad de avances tecnocientíficos que buscan resolver nuestros problemas y mejorar nuestra vida. Uno de los mecanismos que más han facilitado nuestra vida son los ordenadores.

Estos sistemas informáticos los empleamos todos los días en los coches, en nuestras casas, en el trabajo, etc. Además, el sistema de vida desenfrenado de nuestras sociedades nos obliga a tener que construir computadores cada vez más rápidos que desarrollen actividades más complejas. Por ello, es preciso seguir buscando la manera de poner en marcha ordenadores más eficaces.

Para lograr este objetivo, desde hace poco tiempo se han comenzado a buscar soluciones en el mundo natural. Por ello los avances neurocientíficos caminan ahora junto a los computacionales. De hecho, instituciones tan relevantes como la Universidad de Cambridge han vinculado la biología y la informática en el Instituto de biología computacional de Cambridge.

Dentro de este contexto, nos encontramos con la propuesta teórica de los ordenadores de ADN publicada en 1994 con la finalidad de hacer ordenadores más potentes, más pequeños y más rápidos. A esta nueva propuesta hay que añadir ahora otra proposición publicada en la revista Perception que plantea la posibilidad de construir computadores basados en nuestro sistema visual. Concretamente, se está intentando convertir nuestros ojos y nuestro sistema visual en un programa informático.

Modelos computacionales

Los avances científicos, como es obvio, no surgen espontáneamente y éste no va a ser menos. Desde hace años, se han venido desarrollando numerosos trabajos de investigación cuya finalidad es la de hacer modelos computacionales de la visión humana y animal.

Uno de los ejemplos más destacados lo encontramos en la revista de la Real Sociedad de Londres llamada Proceedings: Biological Science. En este artículo, Alan Johnston, Peter W. McOwan y Christopher P. Benton, describen un modelo computacional de movimiento procesado en el córtex visual.

Otro trabajo muy relevante lo encontramos en la revista Nature donde Lauren Itti y Christof Koch publicaron una revisión sobre los modelos computacionales de atención visual.

Una nueva propuesta

Recientemente, el doctor Mark Changizi, investigador del departamento de ciencias cognitivas del Instituto Politécnico Rensselaer (Troy, Nueva York), ha hecho una nueva propuesta teórica para construir lo que este investigador denomina software visual.

En este trabajo, Changizi representa un potencial programa en el que se pueda conseguir un sistema de computación basado en los estímulos visuales. De hecho, este profesor considera que se puede llegar a conseguir unos sistemas informáticos tomando como modelo el sistema visual. De esta forma, el sistema visual equivaldría al hardware y el estímulo visual al software. Con ello, se podría obtener una percepción que se correspondería con el output del computador.

La estrategia general de este profesor es la de representar un programa de ordenador que consista en lo siguiente. Cuando se observa, el sistema visual responde mediante un cálculo y una generación de una percepción. Al desarrollar un sistema de estas características, nuestro ordenador podría llegar a hacer, prácticamente, el trabajo por nosotros.

El sistema visual

Un circuito digital convencional necesita conexiones que permitan la transmisión de la señal a las distintas partes del circuito. En cambio en el sistema visual de Changizi, la tradicional conexión digital de una representación visual es parte de la propia imagen. De hecho, un estímulo visual sería el uno o el cero tradicional, que representaría la percepción de algo: el output.

Este estímulo visual (uno o cero) tendría que ser una señal inequívoca en este sistema. Changizi emplea la representación de cajas para visualizar los futuros circuitos. Estas cajas, en función de su posición, irán codificando el lenguaje del sistema.

A pesar de que esta propuesta es teóricamente satisfactoria, su autor es consciente de las dificultades que presenta. De hecho, afirma que las puertas lógicas que él ha desarrollado no siempre transmiten, como output, la percepción apropiada. No obstante, Changizi se responde diciendo que podríamos llegar a modular a nuestro sistema visual para que trabajase satisfactoriamente con este sistema, algo similar a lo que sucede a la hora de leer.

Con independencia de estos problemas, la mera propuesta teórica resulta sumamente estimulante por las posibilidades que podría llegar a ofrecer. Pensemos, por ejemplo, en la posibilidad de tener un ordenador en un dispositivo similar a unas gafas o en la de escribir un documento sin emplear las manos. Las posibilidades son enormes.