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La pobreza energética mata cada año a más gente en todo el mundo que la malaria

La ausencia de una fuente de energía limpia para cocinar en muchos hogares del mundo está causando enfermedades respiratorias graves y matando a alrededor de dos millones de personas cada año, revela un estudio realizado por la Universidad de British Columbia, en Canadá. Este acceso limitado a fuentes de energía limpia, conocido como pobreza energética, hace que casi la mitad de la población del planeta utilice la quema de madera, de desechos animales, de carbón o de carbón vegetal para estos fines, con unas consecuencias muy negativas para la salud. De hecho, según Hisham Zerriffi, autor del estudio, el número de muertos por inhalación de aire contaminado en el interior de las casas es cada año mayor que el de los muertos por malaria. A menudo, son mujeres y niños los que más sufren esta situación. Aparte, el uso de este tipo de recursos energéticos está relacionado con problemas medioambientales, como las emisiones de carbono y el cambio climático, advierte Zerriffi. Para darle una solución a esta situación deberían compaginarse las nuevas tecnologías con políticas inteligentes, de manera que se desarrollen mercados viables que hagan posible que muchos hogares del planeta adopten nuevos medios energéticos para cubrir sus necesidades básicas.