Si bien es posible que algunas personas sean siempre sabias, en realidad mostramos diferentes niveles de de sabiduría de una situación a otra, y factores como si estamos solos o con amigos pueden influir en ello, según una investigación de la Universidad de Waterloo (Canadá).
El estudio define el razonamiento inteligente como una combinación de habilidades tales como la humildad intelectual, la consideración de la perspectiva de los demás y la búsqueda de un acuerdo. El trabajo aparece en Social Psychological and Personality Science.
«Esta investigación no descarta que haya un componente de la personalidad en la sabiduría, pero eso no es todo», dice el profesor Igor Grossmann, del Departamento de Psicología de Waterloo y autor principal del artículo, en la nota de prensa de la universidad. «Las situaciones de la vida diaria afectan a nuestra personalidad y a nuestra capacidad de razonar sabiamente.»
La observación de que el razonamiento inteligente varía drásticamente a través de situaciones de la vida cotidiana sugiere que aunque fluctúa, la sabiduría puede no ser tan poco frecuente como pensamos. Además, para los diferentes individuos, solamente ciertas situaciones pueden promover esta cualidad.
«Hay muchos ejemplos en los que las personas conocidas por su perspicacia crítica o conocimiento ético parecen ser presas de la falta de este tipo de visión o moral. Los nuevos hallazgos sugieren que estos ejemplos no son una anomalía», dice Grossman. «No siempre se puede estar en la cúspide en términos de sabiduría, y puede ser peligroso generalizar basándose en si las personas muestran sabiduría en su vida personal o enseñando a los demás en el aula.»
Examinando las condiciones y situaciones en las que las personas pueden o no mostrar sabiduría en sus vidas, investigadores y profesionales pueden aprender más acerca de las situaciones que promueven la sabiduría en la vida diaria, y recrear esas situaciones.
Frecuencia cardíaca
Para la siguiente etapa de este trabajo, Grossmann y su equipo están preparando una herramienta para evaluar la sabiduría de acuerdo a la situación. Tienen planes para llevar a cabo el primer estudio longitudinal (a lo largo del tiempo) que pretende enseñar a las personas a razonar sabiamente en sus propias vidas.
Otro estudio reciente del mismo grupo de investigación señala que la sabiduría puede verse afectada por las fluctuaciones de los latidos del corazón.
El estudio sugiere que la variación de la frecuencia cardíaca y el proceso de pensamiento trabajan juntos para permitir un razonamiento sabio acerca de problemas sociales complejos.
Según Grossmann, han descubierto que «las personas que tienen una mayor variabilidad de la frecuencia cardíaca y que son capaces de pensar en los problemas sociales desde una perspectiva distanciada demuestran una mayor capacidad para el razonamiento racional.»
Sin embargo, cuando a los participantes en el estudio se les decía que razonaran sobre el tema desde una perspectiva en primera persona, no había relación entre la frecuencia cardiaca y el juicio prudente.
Según Grossman y su equipo, este hecho apunta a que una mayor variabilidad de la frecuencia cardíaca “sirve” para ser más sabios, solo si en primer lugar se ha superado el punto de vista egocéntrico.
Referencia bibliográfica:
I. Grossmann, T. M. Gerlach, J. J. A. Denissen: Wise Reasoning in the Face of Everyday Life Challenges. Social Psychological and Personality Science (2016). DOI: 10.1177/1948550616652206.
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