Las expresiones faciales suponen una garantía de supervivencia. Según un estudio de la Universidad de Toronto, en Canadá, las expresiones de miedo, por ejemplo, aumentan nuestra capacidad de visión periférica y aceleran el movimiento de los ojos, ayudándonos a percibir más rápidamente y a responder antes a cualquier peligro. Los científicos han conseguido demostrar las teorías darwinianas a este respecto, gracias a las nuevas tecnologías.