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Grito africano por el derecho a existir

Ficha Técnica
 
Título: Grito africano por el derecho a existir
Autor: Cyprien Melibi Melibi
Edita: Tirant Humanidades
Materia: África y la Iglesia
Colección: Diáspora
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 199 págs.
ISBN: 978-84-16062-53-9
PVP: 19€
 

“… desde niño la civilización occidental me ha sido presentada como un modelo perfecto. Nacido y crecido en África, todo lo que he aprendido en la escuela, en el colegio y en la universidad viene de la cultura europea. La prueba de eso es que leo, hablo y escribo tres idiomas europeos y solo un idioma africano, mi idioma materno. Por tanto, voy a hablar de África y de los africanos. […] Quiero hablar del África que me vio nacer y crecer.  Por tanto, voy a hablar de África de las aldeas y de los barrios populares; África de los campos y de los ríos; África de los montes y de los valles; África de la selva, de la sabana y del desierto. Voy a hablar de África y de los africanos que conozco.”
 
Ese es el grito liberador que emerge de esta obra y que trata de destruir los cimientos de la imagen de África promovida por occidente, pretendiendo continuar sosteniendo una relación desigual que alimenta los privilegios del occidente blanco, gozados durante seis siglos, sobre unas inmensas tierras cargadas de riquezas naturales y culturales, pagados al precio de las propias vidas de sus verdaderos propietarios, los africanos.
 
En Grito africano por el derecho a existir, el lector se encontrará, por una parte, con un grito de denuncia y, por otra, una utopía, entendida como un sueño de vida, una aspiración a la liberación y una llamada al compromiso con África. Su autor, Cyprien Melibi Melibi, aproxima, a los lectores interesados, a esa realidad ignorada y ampliamente desconocida.
 
En el primero titulado Sobrecogedora África, el autor relata la situación de estrangulamiento en la que se encuentra el continente. Y para que se comprendan las razones del presente, el autor mira al pasado para ver, revisar y reflexionar sobre lo sucedido y quizás, poder interpretar lo que significa ese pasado para el mundo de hoy y para el futuro. Mostrando la singularidad de su historia y de los efectos que ésta tiene en su presente.
 
África, aclara el Cyprien Melibi, es reconocida por el mundo occidental a partir del siglo XIV y ese descubrimiento es valorado desde la cultura y los intereses de unos aventureros que evalúan las ventajas y las cualidades de sus pobladores en función de sus ambiciosos proyectos, la explotación del mundo recién descubierto, para lo que cuentan con una mano de obra idónea por su fuerza y su resistencia física: de esta manera da comienzo  la esclavitud.
 
Afirma el autor que, La esclavitud de la raza negra se funda en el cristianismo romano de entonces. Me refiero, aquí, por ejemplo, al papa Nicolás V (1447-1455) que concedió al rey de Portugal el derecho de reducir a cualquier “sarraceno” (negro) a la esclavitud hereditaria. Paradójicamente, era el Siglo de la Luz, el Siglo de Oro de la cristiandad española, tal como destaca el autor. Y, durante cuatro siglos, se arrancaron millones de hijos e hijas del continente africano; encadenados, torturados, mutilados, hubo violaciones, seres humanos lanzados al Océano Atlántico.
 
A la etapa de la esclavitud le siguió la de la colonización de África y tras la conferencia de Berlín en el siglo XIX, las naciones potentes deciden dominar, someter, conquistar y explotar a este enorme continente, rico, inocente e impotente. El territorio se divide en naciones y se reparte entre los países colonizadores según sus intereses. La Iglesia, a través de las congregaciones misioneras, jugará un papel ambiguo que facilitará la dominación de los Estados colonizadores.
 
Después de la segunda Guerra Mundial […] Francia recibirá como mandato por parte de otros Estados occidentales ser “el gendarme” del Continente Negro. Ese mandato le da plena libertad para poner en vigor “el orden occidental” en África, utilizando todos los medios posibles con el silencio cómplice de las demás naciones.
 
A partir de 1960 se produce la independencia política de la mayoría de los países. Pero, para mucha gente, la independencia política fue nada más que una desilusión: en la mayor parte del continente reina el partido único, al frente del gobierno un dictador que se erige en propietario de todo lo que vive y se mueve en el territorio nacional, elegido y evaluado por el país colonial que sigue dirigiendo, a través de él, el país.
 
Hoy en día, afirma Melibi, la “píldora amarga” que Europa hizo tragar a África por la tragedia de la esclavitud nos está envenenando todavía y se pregunta ¿Cómo los europeos pueden seguir enriqueciéndose en nuestra tierra sin tener en cuenta que somos nosotros los legítimos dueños de esas riquezas?
 
Tras esta panorámica histórica, que tan en resumen destacamos aquí, en los siguientes capítulos el autor profundizará en esa historia, desde otra perspectiva, la del africano que la ha padecido, poniendo palabras y dándole voz a lo que han vivido y viven los africanos, a sus luchas por el reconocimiento de su  dignidad, por el derecho a protagonizar los cambios sin sentir que los países desarrollados interfieren, en nombre de su civilización y a favor de sus intereses coloniales. De esta manera, cuestiona la civilización occidental que, pretendidamente perfecta y universal, les robó la propia y les mantiene en la miseria.
 
Desde su particular mirada, como africano cristiano, Melibi muestra su indignación respecto a la instrumentalización del cristianismo en su tierra y a la falta de compromiso institucional, de la propia iglesia católica, en la causa del pueblo africano en lucha por un destino mejor. Esto nos lleva al capítulo cuarto en donde se pone en evidencia, que la Iglesia en África es cuestionada desde los principios de la teología de la liberación.
 
[…] “desde su inicio, la teología de la liberación en África ha sido un movimiento de reivindicación. ¿Qué reivindicamos? Ante todo, que la Iglesia cristiana dé a nuestra cultura el mismo crédito de confianza que recibió por ejemplo la cultura romana de la misma. Que las iglesias occidentales nos traten como iglesia hermana y nos den nuestra independencia para crecer y madurar. Sin esa mirada de tú a tú, creo que todo lo que se tratará será nada más que un imperialismo cultural y religioso. […] Se trata pues de ser africanos y cristianos según el deseo de Dios sobre cada uno de nosotros y no según lo que piensan los demás que Dios necesita de nosotros.”
 
«África no está muriéndose, afirma con fuerza Melibi, mi tierra no está agonizando, no importa lo que pretenden los agoreros para excluir a mi continente del «banquete universal» del bienestar (…) África está trabajando, avanzando, progresando según su ritmo y actuando según su propio estilo. África no ha dicho su última palabra. Los africanos y las africanas tenemos recursos ontológicos y antropológicos necesarios para el despegue de nuestro continente. (…) Se está produciendo también el advenimiento de una África pensante. La hermenéutica africana sigue enriqueciéndose con su historia, donde la tradición y la modernidad se confrontan y se impregnan mutuamente. (…) Los cristianos y las cristianas de África no queremos que nuestra Iglesia sea cómplice ni colaboradora de los verdugos (blancos o negros) del pueblo africano. Tampoco queremos un cristianismo «opio del pueblo africano», queremos que nuestra Iglesia asuma su función noble de liberar la energía interior del africano… Nkosi Sikelel´ iAfrika». Texto, este último, que se reproduce en la contraportada del libro.
 

Índice
 
Prólogo. África, desafío para Europa. Juan José Tamayo                              
Introducción y declaración de intención                
 

  1. Sobrecogedora África

1. «Zâm dzam esiki anë endzoé» o «Mi lepra no es como la tuya». 2.Las peripecias del pueblo negro-africano. 3. África defraudada – Europa indefendible. 4. La ignorancia culpable sobre África. 5. «Los africanos piden la palabra». 6. La cuestión del afro-modernismo 7. ¿Y qué responder al discurso sobre el afro-modernismo? 8.           ¡Europeos! Abrid los ojos al huésped interior 9. ¡Shemâ África!  
 

  1. Crítica africana a la «civilización perfecta»

1. Tanto por tan poco… 2. Es imposible hacer feliz a la gente a pesar de ella misma. 3. Si, al material africano; no, al humano. 4. «Yo soy mejor si tú fracasas» 5. ¿Europa, qué hiciste de tu bautismo? 6. «El drama de un humanismo deshumanizante» 7.      ¿Ganancias mal habidas o males bien adquiridos? 8. «Mañan ya añyù» o «Hermandad de labios» 9. Invitación al amor incondicional                  

III. Diatriba desde mi fe como negro africano

1. «El bicho estaba en la fruta». 2. Crónica de una iglesia olvidada. 3. Las expectativas de la iglesia africana hoy. 4. ¿Por qué salvar a África? 5. Ambigua eclesiología aplicada a los africanos. 6. Las congregaciones religiosas arrastran al diablo por la cola. 7. Las vocaciones sacerdotales y religiosas africanas incomprendidas. 8. Lamentos sobre mi fe como africano. 9. Mis tres misas sin tener conciencia de lo que celebraba

IV. La teología de la liberación cuestiona la iglesia en África

1. Algunas cuestiones pre-teológicas mal acertadas en África. 2. Contexto de eclosión de la teología de la liberación en África. 3. Los distintos temas de la teología de la liberación africana. 4. «Zoom» sobre la figura de Jean-Marc Ela. 5. Camino y ahogamiento de la teología de la liberación africana. 6. Desafíos nuevos y exigencias actuales de la teología de la liberación en África. 7. Anunciar a Jesús y liberar a África. 8. ¿Qué catolicismo para África?  9. Conclusión: Otra Iglesia es necesaria en África

V. África: ahora o nunca

1. Lo que no debemos hacer en África. 2. «Madiba y yo: militantismo, seguimiento y recuerdos». 3.Lo que debemos hacer en África: fomentar la utopía. 4. Para una conciencia africana despierta. 5. ¿Lo sabía Usted?… Yo, ¡No!                            
 
VI. África humana

1. África: ¿qué es? Y ¿qué no es?    2. África en la buena dirección. 3. A las fuentes de la cultura africana. 4. La humanidad africana en sus detalles. 5. «Debrouillons-nous» o «Desembrollémonos». 6. De la negritud al «afropolitanismo». 7. «Nkosi Sikelel’ iAfrika» o Dios bendiga a África.  

Conclusión: África, la esperanza intacta                
Post-Face           
 

Datos del autor

Melibi Melibi Cyprien nació en Zoétélé al sur de Camerún donde trabajó varios años como sacerdote. Es licenciado en Teología Moral y Espiritual. Acaba de finalizar un Master en Counselling y está escribiendo una tesis doctoral sobre el sociólogo y teólogo africano de la liberación Jean-Marc Ela.