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La senda mutilada

Ficha Técnica

Título: La senda mutilada. La evolución humana en femenino
Autora: Carolina Martínez Pulido
Edita: Minerva Biblioteca Nueva, S.L. Madrid, enero de 2012
Colección: Estudios sobre la mujer
Encuadernación: Tapa blanda
Número de páginas: 261
ISBN: 978-84-9940-291-8
Precio: 17 euros

El feminismo es un fenómeno con una presencia social cada vez mayor. Y no siempre con acierto. Se pueden encontrar manifestaciones suyas que una mirada desapasionada consideraría excesivas; pero, en otras ocasiones, este movimiento nos hace ver, reflexionar y repensar muchos de nuestros planteamientos habituales, revestidos de masculinidad, para dar la razón a quienes se esfuerzan por situar a la mujer en el lugar que le corresponde dentro de la humanidad. Es cuestión de prestar oído a estos aldabonazos que nos sacuden a fin de que, lo que en la teoría muchos aceptamos, sea realidad en la práctica de nuestra vida diaria.

La senda mutilada se completa con un significativo subtítulo: La evolución humana en femenino. Según su autora, se trata de una obra de divulgación científica, diseñada para un público no necesariamente especializado; intenta construir un relato, con argumentos serios, a fin de debilitar la vieja escuela que sostiene que el protagonismo de los hombres fue mucho más determinante para el éxito del linaje humano que el de las mujeres. Y surge ante el desapego que los especialistas, hasta finales de los años 70 del siglo pasado, han mantenido hacia las actividades de, nada menos, la mitad de la humanidad. Muy significativamente lo ha expresado Adrienne Rich: “La objetividad es el nombre que se da en la sociedad patriarcal a la subjetividad masculina”. Y esto debe ser, ciertamente, inadmisible.

El libro se estructura en cinco capítulos. Es el primero La larga lucha contra los prejuicios científicos. Breve recordatorio. Y, en efecto, se trata de un texto claramente introductorio, con un objetivo claro: mostrar que la ciencia que estudia la prehistoria humana está cargada de juicios subjetivos, difíciles de eludir. Por ejemplo: las últimas investigaciones no parecen apoyar los estereotipos del triunfante y agresivo cazador de grandes animales y de la sumisa y pasiva hembra. Para alcanzar su objetivo, la autora va desgranando sus tesis a través de apartados tales como “La evolución humana: una perspectiva general”, “El androcentrismo ha impregnado la interpretación de los orígenes humanos” (donde alude al modelo tópico y enrocado del hombre cazador, al modelo insistentemente olvidado de la mujer recolectora y el esclarecedor vínculo madre-cría) y “Los modelos androcéntricos: gigantes con pies de barro frente al diagnóstico de las pruebas”, apartado este último donde se alude al intenso debate sobre el papel de la carne en la dieta de los homínidos, a la importancia del carroñeo y a la identificación del sexo de los fósiles. Se cierra este primer capítulo con un comentario final.

El segundo capítulo se denomina El comportamiento de los primates no humanos: especial referencia a los grandes simios. En él, se trata de reflejar que la evolución biológica tiene que ver tanto con los cambios anatómicos, fisiológicos y moleculares como con el quehacer real y cotidiano de los individuos en sus vidas diarias. Al carecer, lógicamente, de fósiles directos de una actividad, la autora recurre a los datos de meticulosa investigación sobre las múltiples facetas de la vida diaria de los grandes simios, nuestros parientes vivos más cercanos. Y ahí se ha descubierto que no siempre el papel preponderante lo representan los machos, mientras que las hembras son pasivas y sumisas, sino que hay una enorme cantidad de facetas y roles que son desempeñados por estas y, en algunos casos, relegando a un segundo nivel a aquellos. “Estas hembras son multifacéticas, competitivas, grandes estrategas políticas, a veces víctimas y a veces dominadoras, pero nunca necias y pasivas”, recoge una de las citas traídas a colación por la autora.

Aspectos del comportamiento de los homínidos: el estudio de los esbozos de la humanidad es el título del tercer capítulo. Carolina Martínez Pulido trata de responder a la cuestión de cuándo alcanzó la humanidad el pensamiento simbólico y, sobre todo, si este tiene alguna relación con la convencional división sexual del trabajo que tanto ha marcado la cultura occidental; en otras palabras, se trata de averiguar si las actividades usuales se repartían en función del sexo de los individuos. Y la autora concluye que las mujeres fueron miembros de sus colectivos con papeles o roles muchas veces autónomos, capaces de crear cultura y de ostentar poder. Se apoya en una cita de Margaret Conkey: “No podemos interpretar el material acumulado durante miles de años, afirmando que todo él está relacionado con actividades masculinas”.

En este más que interesante capítulo, y tomando como base la arqueología y la prehistoria, Martínez Pulido realiza una intensa incursión en el paleolítico, aportando los datos de las más recientes investigaciones, que le llevan a concluir que el hecho de ser madres no impedía que las mujeres participaran en gran número de actividades, con gran probabilidad de que hayan sido creadoras de cultura, mantuvieran autonomía en sus iniciativas y que ostentaran poder. Igualmente, todo parece indicar que la división del trabajo en función del sexo es un fenómeno de no muy largo recorrido histórico, así como que la jerarquización de las tareas, basada en la dominación masculina, no es tan antigua, natural y universal como se creía. Finalmente, desde un punto de vista biológico, no hay razones de peso para que las mujeres no pudieran cazar o los hombres recolectar. De todas formas, las reticencias de nuestra actual sociedad sobre los estereotipos sexuales siguen siendo frecuentes y arraigadas, intentando trasladar a las sociedades antiguas los planteamientos y creencias de hoy.

Llegamos así al capítulo cuarto, Nuestras antepasadas paleolíticas, aquellas desconocidas que fueron marginadas de la acción constructiva. En él, la autora procura exponer que, durante la prehistoria, prosperó un mundo rico en imágenes femeninas que inducen a pensar que las valoradas tallas paleolíticas que las representan, indicarían que las mujeres tuvieron importantes dedicaciones, quizás centrales, en aquellas tan lejanas sociedades. Es más: no es disparatado afirmar, según la autora, que pudieron existir culturas más igualitarias de lo que hasta ahora se ha mantenido, en las que hombres y mujeres desempeñaban sus actividades conjuntamente, compartiendo el esfuerzo colectivo para la supervivencia del grupo. Para alcanzar sus conclusiones, Carolina Martínez aduce numerosos ejemplos sobre los hallazgos de estatuillas femeninas y su interpretación, así como de la ornamentación que soportan; igualmente, aborda una breve incursión, aunque profunda, sobre el matriarcado.

El quinto y último capítulo lleva por título Considerandos sobre las mujeres en los pueblos de tecnología simple. Sostiene la autora que “la antropología fue construida como un cuerpo teórico en función de las actividades de investigadores varones que, al observar los pueblos tribales, concentraron su atención en los miembros del sexo masculino, olvidando o ignorando a la mitad femenina”. Afirma, también, que nuevas investigaciones alumbran que las mujeres no siempre han ocupado un estatus más bajo que los hombres y han revelado, por ejemplo, la existencia de sociedades donde las mujeres disfrutan del control sexual y económico de sí mismas. Basa sus afirmaciones en las recientes aportaciones de la antropología, especialmente de las hechas por antropólogas, incidiendo, de manera especial, en la larga vida de las mujeres tras su vida reproductora, convirtiéndose en las personas sabias de su comunidad con un rol destacado en ellas. La antropología, en fin, viene también en apoyo de las tesis sostenidas por Martínez Pulido.

Una atenta lectura detallada del índice de esta obra, muestra el recorrido argumental de su autora. Una obra que, aun siendo de divulgación científica, cuenta con un generoso aparato crítico, con abundantes y extensas notas a pie de página, de enorme interés. Tiene, además, un gran acierto: el aportar una serie de recuadros que resumen la exposición, facilitando su comprensión, aparte de gráficos que ilustran y hacen más asequible el contenido.

Índice

Introducción

1. Objetivo del libro
2. Estructura y contenido del libro

Capítulo 1. La larga lucha contra los prejuicios científicos. Breve recordatorio

1. Introducción

2. La evolución humana: una perspectiva general

3. El androcentrismo ha impregnado la interpretación de los orígenes humanos
3.1. El modelo tópico y enrocado del hombre cazador
3.2. Un modelo insistentemente olvidado: la mujer recolectora
3.2.1. El esclarecedor vínculo madre-cría

4. Los modelos androcéntricos: gigantes con pies de barro frente al diagnóstico de las pruebas
4.1. La carne en la dieta de los homínidos: un intenso debate
4.2. La importancia del carroñeo: la debilidad de los escrúpulos con sesgo retrospectivo
4.3 .El sexo de los fósiles: ¿cómo reconocerlo?

5.Comentario final

Capítulo 2. El comportamiento de los primates no humanos: especial referencia a los grandes simios
1. Introducción
2. Una mirada novedosa sobre la otra mitad de los primates: las hembras
2.1. El sorprendente despliegue de comportamientos distintos.
2.2. Un ejemplo esclarecedor: las comunidades de bonobos
3. La pasividad y el recato femeninos en tela de juicio: una perspectiva crítica desde la biología de la reproducción
3.1. Las ventajas biológicas de la promiscuidad: una herética contundencia evolutiva
3.2. La competencia entre espermatozoides
4. Peculiaridades del comportamiento de las hembras
4.1. La conducta de la hembra y la anatomía del macho
4.2. La conducta de la hembra durante los períodos no fértiles: la levedad del mito de su pasividad
4.3. El éxito reproductor y las pruebas de paternidad: ¿confirma el ADN nuestros supuestos?
5. Comentario final

Capítulo 3. Aspectos del comportamiento de los homínidos: el estudio de los esbozos de la humanidad

1. Introducción

2. Arqueología y prehistoria: dos disciplinas hermanas

3. El paleolítico: breve visión de aquel tiempo larguísimo
3.1. Los primeros pasos de la industria lítica: creatividad para la supervivencia
3 2. Homo sapiens inventa nuevos comportamientos: respuestas imperativas de complejidad

4. El pensamiento simbólico en nuestros antepasados: aprendizajes del ser en el estar
4.1. La capacidad de hablar: explosiona la comunicación
4.2. Las primeras sepulturas intencionadas: la muerte como cálculo vital
4.3. El arte paleolítico. ¿Cambios en el uso del tiempo y el ocio?
4.4. ¿Solo los hombres crearon arte? La infusa masculinidad

5. El simbolismo y el origen del género: un salto en la metafísica primaria
5.1. Nuevos aires frente a viejos dogmas: levantando el ancla del simplismo inercial
5.2. ¿Jerarquías laborales en el Paleolítico? La antesala de la división del trabajo
5.3. Las mujeres neandertales incluyen y perfilan el alcance de los protagonismos vitales

6.Comentario final

Capítulo 4. Nuestras antepasadas paleolíticas, aquellas desconocidas que fueron marginadas de la acción constructiva

1. Introducción

2. Un mundo rico en figuras femeninas
2.1. Numerosas estatuillas, múltiples interpretaciones
2.2. Rompiendo viejos moldes: la búsqueda de interpretaciones no sesgadas
2.3. ¿Solo hubo artistas varones? Elegidos sin azar

3. La tecnología de la cuerda: las fibras delatan que otra vertebración es posible
3.1. Los adornos corporales de las estatuillas: nueva lectura de la estética superficial
3.2. Los ricos yacimientos de Moravia
3.3. Una sorprendente cueva en el Cáucaso
3.4. Las mujeres en las sociedades paleolíticas: ¿pioneras en la producción de la fibra?
3.5. ¿Quiénes fueron los primeros artesanos textiles? Tiempos, habilidades y capacidades
3.6. El matriarcado: breve apostilla sobre una apasionante controversia

4. Comentario final

Capítulo 5. Considerandos sobre las mujeres en los pueblos de tecnología simple

1. Introducción

2. Las antropólogas hacen oír su voz: los pueblos tribales son altamente diversos
2.1. El papel de las mujeres: divergentes miradas que bifurcan la linealidad convencional

3. Sobre una incógnita evolutiva: la larga vida posreproductora de las mujeres
3.1. El fin prematuro de la vida reproductora. ¿Y después?
3.2. ¿En qué momento de su evolución alcanzó el linaje humano edades avanzadas?
3.3. El papel de los mayores en la memoria colectiva y en las prácticas cotidianas.

4. Sobre un tema recurrente: las ventajas de la promiscuidad femenina en el acontecer evolutivo

5. Comentario final

A modo de Epílogo: Corregir el relato de un recorrido mutilador

Bibliografía

Notas sobre la autora

Carolina Martínez Pulido es doctora en Biología y Profesora Titular del Departamento de Biología Vegetal en la Universidad de La Laguna. Ha publicado diversos trabajos de investigación en la especialidad de Biotecnología Forestal. Estuvo becada durante dos años en la Universidad de Calgary, Canadá, con estancias, igualmente, en el Centro de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia (CSIC, Santiago de Compostela).

Ha impartido diversos seminarios sobre Biología Evolutiva, así como conferencias sobre pensamiento biológico e Historia de la Biología. Igualmente, ha colaborado con la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina.

Actualmente desarrolla una línea de trabajo acerca del papel de la mujer en las Ciencias Biológicas. Ha publicado cuatro libros de divulgación científica sobre este tema: También en la cocina de la ciencia (2001), Servicio de Publicaciones de la ULL; El papel de la mujer en la evolución humana (2003), Biblioteca Nueva, Madrid; Gestando vidas, alumbrando ideas (2004), Minerva ediciones, Madrid y La presencia femenina en el pensamiento biológico (2006), Minerva ediciones, Madrid.

Carolina Martínez Pulido es miembro del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer (ULL) y del Aula de Cultura y Divulgación Científica de dicha Universidad.