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Los dolores del mundo

Ficha Técnica

Título: Los Dolores del mundo
Autor: Arthur Schopenhauer
Edita: Sequitur. Madrid, 2011
Materia: Filosofía
Traducción: Mario de Oz
Número de páginas: 112 págs.
Encuadernación: Rústica
Formato: 11 x 17
ISBN: 978-84-95363-95-4
PVP: 9,00 €

Arthur Schopenhauer podría definirse como un filósofo caído en desgracia y crecido en medio de la falta de fortuna y, sin embargo, en el capítulo dedicado al amor de esta pequeña obra titulada Los dolores del mundo dice:

Toda mirada que se tiende sobre el mundo, que el filósofo tiene por tarea explicar, demuestra y prueba que lejos de ser una mera hipótesis o una palabra hueca el “querer vivir” es la expresión única de la existencia misma del universo. Todo aspira, si no a la existencia, cuando menos a la vida, a la vida y a todo su posible desarrollo. En los animales el “querer vivir” es el principio fundamental de la existencia, su condición inmutable y única”…

“Desde una cierta perspectiva, Schopenhauer se presenta como un pensador imbatible: los reveses de la realidad lo confirmaban en la certeza que tenía de sí mismo y en la creencia de que su pensamiento era genial. Había, aquí, por supuesto, algo que rayaba con la locura, con la que Schopenhauer de alguna manera coqueteó. Tuvo la mala suerte de ser un filósofo precoz que pensó lo fundamental de su pensamiento antes de cumplir los treinta años, un pensamiento realmente único que nadie, en ese momento, apreció.”

Las reflexiones de Schopenhauer sobre el amor, la mujer, el matrimonio o el dolor se suelen leer ahora como aforismos edificantes o graciosos. Son, en verdad, trágicos e ingratos.

“El lector de Schopenhauer termina creyendo que para él realmente la vida no fue (y por lo tanto no es nunca) agradable, que el descubrimiento del cuerpo como principio trascendental no derivó en un ser-cuerpo que vivenciara la simpatía que relaciona todo lo que está vivo sino que en un ser-cuerpo que exhibe la indefensión, el desamparo, el desasosiego que soporta todo lo viviente. Pensamiento lacerante que se hizo carne en la vida de Schopenhauer. A Schopenhaguer, concluye Daniel Mundo en el prólogo a esta obra, habría que leerlo con la seriedad que termina causando gracia”.

Índice

Presentación. Daniel Mundo

Dolores
Desilusiones
La moral
Egoísmo
Piedad
Resignación sacrificio, ascetismo y liberación
El amor
La mujer
El querer
El matrimonio

Datos del autor

Arthur Schopenhauer nació el 22 de febrero de 1788 en el seno de una acomodada familia de Danzig. El padre de Arthur, Heinrich Floris Schopenhauer, fue un próspero comerciante que inició a su hijo en el mundo de los negocios, haciéndole emprender largos viajes por Francia e Inglaterra. Su madre, Johanna Henriette Trosenier, fue una escritora que alcanzó cierta notoriedad al organizar soirées (veladas) literarias en la ciudad de Weimar.

En 1793, poco antes de que Danzig fuera anexada a Prusia, la familia se trasladó a Hamburgo. Por expreso mandato paterno y a contramano de su propia vocación, Schopenhauer inició en 1805 la carrera de comercio en calidad de aprendiz. Al morir Heinrich Floris, el resto de la familia se trasladó a Weimar. Arthur, sin embargo, permaneció en Hamburgo con el fin de ejercer la profesión de comerciante que abandonará poco antes de cumplir los veinte años de edad para emprender estudios universitarios.

De este modo, en 1809, se matriculó como estudiante de Medicina en la Universidad de Gotinga, donde asistió a varios cursos. Allí conoció a Gottlob Schulze, un profesor de filosofía que le aconsejó emprender el estudio pormenorizado de Platón y Kant, para que luego lo complementara con la lectura de las obras de Aristóteles y Spinoza.

La lectura de estos autores despertó en Schopenhauer su vocación filosófica y en 1811 se trasladó a Berlín, donde estudió durante dos años, para seguir los cursos de Fichte y Schleiermacher. Sin embargo, ambos filósofos —muy en boga por aquel entonces— sólo consiguieron decepcionarlo. Algo parecido puede decirse de Schelling, a quien Schopenhauer leyó intensamente, como también a Fichte, en sus años de estudiante en Berlín. A pesar de haberse pasado a la facultad de filosofía, Schopenhauer también se matriculó en cursos de filología clásica y de Historia y asistió también a un buen número de cursos de ciencias naturales, pues consideraba que estos conocimientos ampliaban y reforzaban su formación filosófica.

Poco tiempo después regresó a la casa materna en Weimar, donde tuvo ocasión de vincularse con Goethe y de conocer al orientalista Friedrich Majer, quien lo introdujo en la antigua filosofía hindú. Las conversaciones con Goethe en torno a temas relacionados con la Teoría de los colores del poeta condujo a Schopenhauer a elaborar una teoría propia al respecto, que plasmó en su segunda obra, Sobre la visión y los colores, de 1816. Schopenhauer mostraría toda su vida una gran admiración por Goethe, Homero, Shakespeare y escritores del Siglo de Oro español, especialmente Baltasar Gracián, a quien tradujo al alemán y a quien leía y citaba siempre en español.

De la fusión de las doctrinas brahmánicas y búdicas con las enseñanzas de Platón y Kant, habría de surgir el núcleo del propio sistema schopenhaueriano, sistema éste que quedó definitivamente plasmado en su «obra capital» Hauptwerk, (denominada así por el mismo Schopenhauer) intitulada El mundo como voluntad y representación.

En 1831, huyendo de una epidemia de cólera, Schopenhauer se radicó en Fráncfort, donde llevó una vida apacible y recluida durante los últimos 28 años de su vida.

Después de una década y media sin nuevas publicaciones, en 1836 se decidió de nuevo a llevar un escrito a las prensas: Sobre la voluntad en la naturaleza, donde se esforzaba por mostrar las coincidencias de los resultados recientes de diversas ciencias con las doctrinas de su filosofía. El año siguiente, presentó la memoria Sobre la libertad de la voluntad a un concurso abierto por la Real Sociedad Noruega de las Ciencias, siendo premiada en enero de 1839. No tuvo la misma suerte su memoria Sobre el fundamento de la moral, ya que la Real Sociedad Danesa de las Ciencias, indignada por las invectivas contra Hegel y Fichte que se hallaban en la obra, prefirió dejar desierto el premio. Las dos memorias fueron reunidas y publicadas en 1841 bajo el título común Los dos problemas fundamentales de la Ética.

Schopenhauer murió como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio el 21 de septiembre de 1860.