Los niños en edad escolar que consumen productos alimenticios y bebidas de máquina son más propicios a desarrollar una dieta de baja calidad, lo que a su vez está asociado al sobrepeso, la obesidad o a problemas de salud crónicos, como la diabetes o las enfermedades coronarias. Esto es lo que ha revelado un estudio de la Universidad de Michigan en el que se analizaron los alimentos y bebidas azucaradas vendidos en centros educativos. Los niños que consumen estos productos toman una cantidad significativamente mayor de azúcares y siguen una dieta más baja en fibra, en niveles de vitamina D y hierro, que los niños que no lo hacen. Según los autores de la investigación, la comida a la que están expuestos los niños en edades tempranas influirá en los patrones de sus hábitos alimenticios futuros, por lo que debe cuidarse la oferta de productos en los entornos escolares.