Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), liderado por José Mª Bermúdez de Castro, coordinador del Programa de Paleobiología de Homínidos y codirector de los yacimientos de Atapuerca, acaba de publicar un artículo en la revista científica PLOS ONE en el que se realiza un estudio de morfología comparada de las cuatro mandíbulas encontradas en el yacimiento georgiano de Dmanisi, bajo una visión conceptual y metodológica diferente a la realizada hasta el momento, que propone la existencia de al menos dos especies distintas frente los estudios que consideran que solo puede hablarse de Homo erectus.
El estudio de la forma de las mandíbulas y de diferentes caracteres morfológicos asociados en las diferentes unidades anatómicas de cada mandíbula es muy significativo. Como cabía esperar de una población tan antigua del género Homo, con una cronología en torno a 1,8 millones de años, todas las mandíbulas presentan rasgos primitivos en común. Sin embargo, mientras que dos de la mandíbulas estudiadas (D 211 y D 2735) recuerdan a la especie Homo habilis, la mandíbula D 2600 tiene una constelación de rasgos derivados, propios de especies recientes, como los neandertales.
“Es evidente que estos rasgos fueron adquiridos de manera independiente por los humanos de Dmanisi y los neandertales que vivieron en tiempos muy diferentes. Sin embargo, este hallazgo nos permite volver a poner encima de la mesa la cuestión de si en el yacimiento de Dmanisi se han encontrado una o dos especies distintas”, declara José María Bermúdez de Castro en la nota de prensa del CENIEH.
Ya se ponían de manifiesto notables distinciones entre los ejemplares, que podrían estar relacionadas con una dieta distinta y, por tanto, con un estilo de vida diferente, en un trabajo sobre el desgaste de los dientes de la mandíbula D2600 publicado recientemente por Laura Martín-Francés y María Martinón-Torres, del Grupo de Antropología Dental del CENIEH, quienes junto con el geólogo Mark J. Sier también han colaborado en este artículo.
El equipo del CENIEH, que ha participado en las excavaciones y en varios trabajos científicos sobre los fósiles humanos de Dmanisi, ha realizado una revisión exhaustiva de los datos geológicos del yacimiento, lo que les ha permitido detectar las incongruencias que existen entre diferentes publicaciones sobre los fósiles humanos de este yacimiento.
“En algunos casos resulta imposible conocer con precisión la procedencia de algunos ejemplares. Además y a la luz de las investigaciones, cabe pensar que estos fósiles pueden proceder de capas geológicas distintas, lo que pone en duda que los fósiles humanos de Dmanisi pertenezcan a la misma población o a la misma especie” afirma Bermúdez de Castro.
Los primeros pobladores de Eurasia
Desde su hallazgo a finales de los años ochenta del siglo XX, los homínidos de Dmanisi, considerados los primeros pobladores conocidos de Eurasia, han sido incluidos en distintas especies. “Quizá la denominación más popular sea la de Homo georgicus, basada en el estudio de la mandíbula D 2600 de gran tamaño y morfología extraña, en la que se observan algunas patologías muy interesantes, también estudiadas recientemente por nuestro equipo”, explica Bermúdez de Castro.
No obstante, las últimas investigaciones han mantenido que los cinco individuos encontrados hasta el momento pertenecen a la especie Homo erectus. Es más, tras el hallazgo, estudio y publicación del cráneo D 4500, que encaja perfectamente con la mandíbula D 2600, se ha llegado a cuestionar la validez taxonómica de especies africanas reconocidas desde hace más de treinta años.
La conclusiones del estudio del cráneo D 4500 sugieren que los homínidos de Dmanisi reúnen las variabilidad de docenas de ejemplares hallados en África y Eurasia en un período de tiempo comprendido entre hace dos millones años y hace unos 100.000 años y, en consecuencia, todos ellos pertenecerían a la especie Homo erectus. “Estas conclusiones todavía no han sido respondidas en revistas científicas”, aclara Bermúdez de Castro.
“Esperamos que este primer trabajo científico, tras la publicación en 2013 del cráneo D 4500, conocido como cráneo 5, y sus provocadoras conclusiones sobre la evolución del género Homo, anime a otros investigadores a revisar la muestra de fósiles humanos de Dmanisi” concluye Bermúdez de Castro.
Referencia bibliográfica:
José María Bermúdez de Castro, María Martinón-Torres, Mark Jan Sier, Laura Martín-Francés: On the variability of the Dmanisi mandibles. PLOS ONE (2014). DOI: 10.1371/journal.pone.0088212.
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