Un grupo de científicos japoneses del NICT (National Institute of Information and Communications Technology), de Tokyo, ha ideado un método de encriptación de mensajes utilizando las señales de radio que emiten los llamados quasares, para el cual han solicitado ya la correspondiente patente.
Un quasar (acrónimo en inglés de QUASi-stellar radio sources) es un objeto estelar que, a la vista de los telescopios, parece una simple estrella, pero que en realidad emite más energía que docenas de galaxias normales.
Las señales intergalácticas de radio procedentes de estos quasares están sirviendo ya para un fin terrestre: la comunicación segura, libre de cualquier escucha indebida. El científico Ken Umeno y sus colegas del NICT se proponen utilizar las poderosas señales de radio que emiten los quasar para “sellar” y “abrir” las comunicaciones digitales de una forma segura.
Según informa al respecto la revista NewScientist, los investigadores creen que los quasares son una magnífica herramienta de encriptación, por la fuerza y la frecuencia de sus pulsaciones, así como porque son imposibles de predecir.
Aleatoriedad incontrolable
Esta aleatoriedad de las pulsaciones de los quasares puede traducirse en seguridad informativa, según Umeno: las dos partes que pretendan comunicarse tendrán acceso a la misma fuente de información aleatoria, pero sólo ellos sabrán cuál es la fuente empleada para el uso de la información.
Si se generara un código establecido por ambas partes, éstas podrían utilizarlo para codificar y decodificar sus mensajes, simplemente traduciendo cada bit de información con el código establecido.
Si alguien quisiera escuchar los mensajes cifrados no podría, porque no sabría la procedencia de las ondas de radio del quásar en las que viaja la información, ni el momento en que se producen las señales por parte del quasar. Lo único que deberían saber los comunicadores originales es qué quásar deben controlar y cuándo empezar a codificar o decodificar su información.
Actualmente, la aleatoriedad no se puede generar artificialmente con facilidad. La criptografía que generan los ordenadores produce ciertos patrones que, con el tiempo, acaban revelándose.
Hacia dónde mirar
Umeno y sus colegas sugieren que se puede utilizar una señal de radio determinada, acordada por ambas partes, para añadir una mayor aleatoriedad, y por ende seguridad, a la información criptográfica.
Además, las señales de radio en las que viajarían estos mensajes –sin que nadie que no deba saberlo sepa de dónde y cuándo vienen- no requerirían para ser captadas de grandes antenas de radio, sino que pueden recibirse, como cualquier otra señal de radio, vía Internet, lo que ampliaría sus posibilidades de uso.
Estos investigadores utilizan en la actualidad las señales procedentes de quasares mediante una antena del tipo “Very Long Baseline Interferometry”, o interferometría de muy larga base (VLBI son sus siglas en inglés) que posee el NICT. Esta antena permite la observación de un objeto celeste simultáneamente, con un conjunto de radiotelescopios.
Esta red de telescopios se comporta como un solo instrumento, gracias a la creación de lo que se denomina patrón de interferencias. A partir de dichas señales, Umeno y sus colegas realizan la encriptación o decodificación de la información que reciben o envían, sin que, según ellos, haya ningún peligro de que otras personas puedan interceptarla.
Reservas y potencialidades
El sistema propuesto por Ameno y sus colegas puede revolucionar el mundo de las comunicaciones sensibles, si bien algunos expertos han señalado la posibilidad de que las ondas de radio de los quasares para las comunicaciones seguras sean falseadas y pirateadas, mientras que la seguridad alcanzada en las comunicaciones actuales se considera suficiente para los fines pretendidos, lo que quizás dificulte la implantación de esta nueva tecnología.
En cualquier caso, no puede obviarse que la encriptación se ha convertido en la tecnología clave para el desarrollo del comercio electrónico, la protección de la privacidad e incluso para el control del uso de Internet, por lo que la propuesta de Umeno y sus colegas difícilmente pasará desapercibida en el campo de la encriptación, donde se centra la batalla tecnológico social para la preservación de la libertad en Internet, tal como ha explicado Manuel Castells.
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