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2018: más crisis climática e inestabilidad global

2018 no será un año cualquiera para la historia humana. La crisis climática continúa agravándose, con el 2017 considerado oficialmente el segundo año más cálido desde que se tienen registros, inmediatamente después de 2016, sin la ayuda de El Niño.

Las catástrofes naturales asociadas a esta crisis tampoco remiten y arrojan serios pronósticos para el nuevo año, en el que continuará la estela de huracanes y terremotos conocidos el año pasado, que asolaron a islas del Caribe e incluso a Estados Unidos, como consecuencia del aumento de la temperatura oceánica.

La bomba meteorológica que azota a Estados Unidos desde Navidad forma parte también de este escenario, ya que las bajas temperaturas están provocadas por las alteraciones que sufre el vórtice polar como consecuencia del calentamiento acelerado del Ártico.

Una nueva investigación ha confirmado asimismo la relación que existe entre los movimientos sísmicos y el cambio climático debido a la presión que ejercen las aguas freáticas sobre las placas tectónicas, como consecuencia de las variaciones climáticas plurianuales de la hidrología de una región.

Nacionalismo vs globalización

A nivel político, según The Economist,  dos corrientes ideológicas poderosas chocarán este año: el nacionalismo rancio de Donald Trump frente al globalismo de Macron en Francia.

Este choque tendrá repercusiones también en Latinoamérica: en 2018 se cierra el ciclo de 12 años en el que coinciden dos elecciones presidenciales en Brasil y México. Ambas pueden dar un giro a la orientación política de los dos gigantes latinos, con un posible regreso de Lula en Brasil y el eventual triunfo del candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador en México. Son reacciones espontáneas a la América First de Trump.

El semanario británico señala también que la economía global marcha bien, pero advierte que la próxima crisis está cerca si se tiene en cuenta el ciclo que nos devuelve a los momentos negros después de 8-9 años de crecimiento.

Brexit y Corea del Norte son los elementos clave de la diplomacia en 2018. Es el último año para cerrar el acuerdo de la salida del Reino Unido de la UE y las perspectivas de un acuerdo son inciertas. También es el primer año en el que Corea del Norte puede alcanzar Estados Unidos con un misil balístico. Existe la duda de un espacio diplomático para superar esta situación.

Por último, The Economist habla de indicios de cambio de época, especialmente porque en 2018 habrá menos nacimientos que fallecimientos en la población mundial, lo que constituye un significativo cambio de tendencia derivado de la feminización del mundo, según Steven Pinker (Los ángeles que llevamos dentro, Paidós 2012), y de las responsabilidades asumidas por las mujeres de los países en desarrollo para el control de la natalidad.

España seguirá marcada este año por la deriva catalana, impulsada los mismos elementos que desencadenaron el Brexit y la elección de Donald Trump: los sectores sociales más conservadores, especialmente rurales, han dominado en ambos casos, al igual que en las elecciones catalanas.

La hora de los millenials

Estos sectores cuestionan la globalización y el proyecto europeo, recuerda Le Monde Diplomatique. Al mismo tiempo, nos sumergen en la parte más oscura y simple de nosotros mismos, recordándonos que las ideas de progreso no son mayoritarias en el seno de las poblaciones del planeta. Una situación parecida a la que ocurrió en Europa a principios del siglo XX.

La esperanza, según Le Monde, viene de los millenials, nacidos entre 1980 y 2000 y que son ya más numerosos que los baby-boomers: el 65% de ellos no ha votado al Brexit ni a Trump, son los impulsores de la primavera árabe o del 15M en España y preparan un relevo generacional global. Tal vez estos cuarentones compensen los riesgos de involución.