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Crean la primera habitación inteligente y sensible

La domótica, o sistemas capaces de automatizar una vivienda y hacerla “inteligente” gracias a la integración en ella de la tecnología, da un paso más en su desarrollo. Gracias a un nuevo sistema, las casas podrían ser, además de automáticas, “sensibles”: la compañía SGI Japon ha desarrollado un nuevo tipo de “habitación inteligente”, llamado RoomRender, que puede controlar los dispositivos electrónicos y los programas informáticos de una habitación a partir del reconocimiento de la voz de sus ocupantes.

Este entorno registra la voz del usuario y reacciona en función de su estado de ánimo, es decir, que reconoce las emociones de los ocupantes de la habitación a través del análisis de sus voces y, en función de ellas, cambia el color de una de las paredes del cuarto para adaptarse a su estado.

RoomRender también posee un difusor de aromas que se ajustan al “clima mental” imperante. SGI ya ha instalado una de estas habitaciones en una de sus oficinas de Tokio a modo de demostración.

Si, por ejemplo, el usuario dice “estoy cansado”, la habitación automáticamente responde disminuyendo la luz, poniendo una música de fondo relajante, y emitiendo una suave fragancia desde el difusor de olores. Es decir, que de algún modo el sistema sería “sensible” a las situaciones humanas.
Sistema avanzado

Antecedentes

La novedosa tecnología de reconocimiento de voz de la RoomRender de SGI tiene su origen en la tecnología AmiVoice, de Advanced Media Inc., que registra los cambios de voz de persona a persona e, incluso, cada día en la misma persona, diferenciando con flexibilidad y fiabilidad los cambios en los tonos.

Gracias al uso de la informática, pueden llevarse a cabo análisis de las señales de la voz, que proporcionan información acústica y lingüística, disponibles en cualquier momento y en cualquier lugar. Además, el sistema AmiVoice no necesita un registro previo o anterior de la voz de los que entrarán en la habitación para determinar su estado de ánimo.

AmiVoice se usa actualmente no sólo en las habitaciones inteligentes, sino también para sistemas de navegación por Internet a través de la voz, de lectura de los e-mail o aplicaciones telefónicas como el telemarketing o la realización de encuestas.

Al incorporar esta tecnología, la RoomRender puede, además de adaptarse a las emociones de los usuarios con olores y colores, recibir órdenes –como apagar la luz o bajar la temperatura- interpretarlas y ejecutarlas. Si, además, está vinculada a otros aparatos de la casa, puede incluso dar instrucciones para que el vídeo grabe un programa de televisión.

También en flores

Hasta el momento, no se ha conseguido que la RoomRender aprenda las rutinas y preferencias de sus habitantes. Al programa se le tienen que decir específicamente las órdenes o dejar que se oiga el tono de voz, pero quizá, dicen sus creadores, algún día pueda desarrollarse aún más, de manera que la habitación pueda predecir los comportamientos de sus usuarios, y adelantarse a sus peticiones.

El sistema de reconocimiento de emociones no es completamente nuevo o único. La propia SGI, en colaboración con NEC, había ya utilizado la misma tecnología, denominada Sensibility Technology (ST), para crear Kotohana, unas flores artificiales que cambian de color en función de las inflexiones de la voz.

La ST es una tecnología que permite a los ordenadores reconocer las emociones humanas como alegría, rabia o preocupación. Además, permite responder de manera distinta a cada emoción detectada.

Comunicación en colores

Kotohana expresa las emociones del usuario que habla iluminando diversos colores emitidos desde sus terminales con forma de flor. Una emoción concreta genera un color concreto. Por ejemplo, el amarillo expresa la alegría y el rojo el nerviosismo. Creadas para adornar, las flores Kotohana, sirven también para conocer las emociones de otras personas sin tener que usar la comunicación verbal.

Asimismo, existe otro sistema, Shoji, que es una lámpara capaz de recrear, por variaciones de la luz, el ambiente reinante en una habitación, considerando las voces, los movimientos, el calor o la humedad que haya en ella.

El precio de las habitaciones RoomRender ronda entre los 30.000 y los 40.000 euros, por lo que quizá su uso no se extienda demasiado entre particulares. Sus creadores señalan que serían muy útiles en las ambientaciones de salas de reuniones de las empresas, los hoteles o los hospitales.