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Crean una memoria permanente para los ordenadores

Ingenieros británicos de las universidades de Bath, Bristol Leeds han descubierto cómo fabricar chips de memoria magnética que no perderían la información que guardan cuando se desconectan de la corriente eléctrica y en los que los datos estarán grabados y serán leídos utilizando cortos impulsos eléctricos.

Esto ha sido posible gracias a la espintrónica, tecnología emergente que explota tanto la carga del electrón como su espín (o momento angular intrínseco de cada partícula), que produce un estado de energía magnética débil.

El descubrimiento podría apuntalar la aparición de una nueva generación de ordenadores más potentes y con capacidad de almacenamiento de datos permanentes, señala la universidad de Bath en un comunicado.

Gracias al control preciso del patrón de los campos magnéticos en finas capas magnéticas, éstas pueden ser utilizadas para guardar información. Así, se consigue un archivo de datos permanente, como un disco duro, pero más rápido.

Superación del silicio

Los ingenieros han conseguido controlar un minúsculo campo magnético perpendicular en una superficie. Se trata de un prototipo de memoria, similar a un chip clásico, pero en él la información, registrada magnéticamente, se conserva aunque desaparezca la alimentación eléctrica, como en el disco duro.

La densidad con la que la información puede ser guardada magnéticamente en una memoria permanente en los discos duros tiene un límite natural derivado del tamaño de las partículas magnéticas utilizadas.

Los chips de silicio de acceso de memoria son mucho más rápidos, pero en los ordenadores pierden la información almacenada cuando no reciben corriente eléctrica.

El avance clave de este nuevo chip radica en la posibilidad de usar grandes emisiones de iones de galio para controlar artificialmente la dirección del campo magnético en regiones de capas de cobalto de un grosor de sólo unos cuantos átomos.

La dirección magnética del campo puede usarse para guardar información: en este caso “arriba” o “abajo” (se aprovecha la propiedad del electrón conocida como espín, un fenómeno cuántico que hace que esta partícula elemental pueda tener dos orientaciones opuestas) se correspondería con el “1” o el “0” que forman la bases de la información binaria almacenada en los ordenadores.

Nuevos chips magnéticos

Los científicos han demostrado que la dirección de estas áreas magnéticas pueden ser “leídas” midiendo su resistencia eléctrica local, es decir, que su orientación puede ser determinada y modificada por un impulso eléctrico corto, permitiendo que se registre y se lea en ella una información binaria.

El proceso sería más rápido de lo que tarda el sistema en leer la información de los discos duros actuales, por lo que la propuesta es que el estado magnético pueda cambiarse en “arriba” o “abajo” con débiles corrientes eléctricas, que sería el único requerimiento para poder usar estos chips de memoria magnética nuevos.

Con ellos, los ordenadores nunca perderían su memoria, y si la corriente eléctrica se detiene, la información se restablecería en cuanto el sistema recuperase la conexión eléctrica.

Según declara el profesor Simon Bending, del departamento de física de la universidad de Bath en dicho comunicado, los resultados sugieren una nueva vía de desarrollo de chips magnéticos de almacenamiento de datos de alta densidad, que no perderán la información cuando los ordenadores se apaguen.

Esto traerá importantes consecuencias para la industria de las tecnologías de la información, que actualmente están limitadas en lo que a almacenaje electrónico se refiere. Los resultados de la investigación han sido publicados por la revista Physical Review Letters.