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Desarrollan un sistema que predice el futuro de los bosques y del campo

A partir de un pequeño número de características medias de una comunidad vegetal, así como de las leyes de relación entre las diversas especies, se puede definir dicha comunidad y los tipos de plantas que hay en ella, con el fin de conocer qué especies pueden convertirse en dominantes, cuáles serán las menos comunes, la abundancia de cada tipo y cuales desaparecerán.

Gracias al desarrollo de un modelo ideado por un equipo de biólogos de universidad de Sherbrooke, en Canadá, liderado por el profesor Billy Shipley, la comprensión y el conocimiento de las comunidades vegetales podrían así sufrir una transformación histórica, asegura dicha universidad en un comunicado. Los detalles del modelo también han aparecido publicados en la prestigiosa revista Science.

Desde el siglo XVIII, los investigadores han definido los entornos vegetales siguiendo la nomenclatura botánica clásica y considerando las comunidades vegetales como la suma de las especies presentes en ellas. Shipley y sus colegas, Denis Vile y Eric Garnier, proponen una nueva perspectiva: definir las características medias de dichos entornos y las leyes de relación entre sus especies para conocer su dinámica subyacente al desarrollo y su evolución.

Según Shipley, esta nueva caracterización de las comunidades vegetales abre nuevas posibilidades a la ecología y permite comprender la estructura de cualquier entorno vegetal como la consecuencia de un fenómeno de selección natural, así como relacionar la selección natural para un individuo y su evolución en relación a los comportamientos de la comunidad.

Pocas características medias

El uso de características medias de cualquier entorno vegetal permite a los especialistas en ecología terrestre proponer la primera aproximación cuantitativa estadística para la predicción de la evolución de las comunidades vegetales y de su composición.

Esta aproximación podría revolucionar la gestión de los ecosistemas, y para ello sólo sería necesaria la ayuda de criterios muy fáciles de medir. El sistema es en realidad un método cuantitativo análogo al que se usa en la mecánica estadística, y que serviría para predecir cómo variará la biodiversidad en los entornos estudiados.

La predicción surge a partir del estudio de un número restringido de parámetros: la capacidad que tengan las hojas de captar la luz, la altura de las plantas, el número de semillas, profundidad de las raíces, etc. En función de estas características, es posible prever cómo evolucionará el medio estudiado. El desafío esencial consiste en definir el conjunto de las reglas o normas de ensamblaje de los parámetros, así como la evolución de dichas reglas.

Esta herramienta podría convertirse en una gran ayuda para los ingenieros agrónomos y forestales, los gestores de espacios públicos o los investigadores del medioambiente. Por ejemplo, gracias a este modelo podrían elegirse los tipos de plantas más apropiados para sobrevivir en determinados entornos, en los que otras especies jamás sobrevivirían.

Evaluar el impacto de especies extranjeras

También será posible facilitar, por ejemplo, la evaluación del impacto de la introducción de una especie extranjera en un ecosistema determinado. Podría saberse si una planta concreta, implantada en cualquier medio analizado, será un peligro potencial para dicho medio. Así, podrían tomarse medidas preventivas que evitaran la contaminación.

El modelo de estudio ha sido probado gracias a una a colaboración entre la universidad de Sherbrooke y el CNRS francés (Centre National de la Recherche Scientifique), que ha permitido validar esta novedosa aproximación al conocimiento de los medios vegetales.

Esta prueba ha sido posible utilizando una base de datos del CNRS en las que se han archivado regularmente y durante 42 años las características de 30 plantas presentes en abundantes localizaciones de viñedos abandonados del sur de Francia.

Aplicando sus propios cálculos a estos datos, los investigadores alcanzaron una concordancia del 94% con los resultados encontrados en el terreno, y utilizando tan solo ocho características medias señaladas por el equipo de investigadores.

En un futuro, esta fórmula de análisis se aplicará al estudio de la influencia de las variaciones climáticas en la evolución de entornos vegetales concretos.