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Descubren una proteína capaz de prolongar un tercio la vida de una mosca

Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Laval, en Canadá, han conseguido aumentar un tercio la vida de las moscas drosofilas, según refieren en un artículo publicado en la revista de la FASEB (Federation of American Societies for Experimental Biology).

Esta prodigiosa extensión de la longevidad estaría relacionada con una única molécula, la Hsp22. Merced a la sobre expresión de esta proteína, las drosofilas del experimento, que viven normalmente 60 días, prolongaron su existencia hasta 80 días.

Lo más sorprendente es que las moscas que prolongaron su existencia no vivieron con decrepitud ese tiempo añadido a sus vidas, sino que la sobre expresión de la proteína permitió el mantenimiento de la actividad locomotriz más allá del período normal de una drosofila media, así como aumentar su resistencia al estrés oxidante y térmico.

Según los autores, la longevidad natural también puede reducirse suprimiendo la molécula Hsp22, lo que confirma su relación con los procesos de envejecimiento, aunque no por ello pueda ser considerada como la molécula de la eterna juventud.

Proteína del shock térmico

Más bien se trata de una proteína como cualquier otra. La Hsp22 forma parte de las proteínas conocidas como del shock térmico y son producidas por las células sometidas a cualquier tipo de estrés.

Las proteínas del shock térmico (Hsp) se encuentran en todas las células y cumplen diversas funciones: colaboran en los procesos de formación de las proteínas, así como en los de degradación o reparación de proteínas anormales.

Cuando las células son sometidas a distintos estímulos como el estrés del shock calórico, radiaciones, diversas drogas, infecciones virales, etc, las Hsp se sobreexpresan y protegen a las células, haciéndolas más resistentes.

Hasta ahora las Hsp se habían asociado a procesos degenerativos del organismo, resistencia a las drogas médicas e incluso a procesos inmunológicos, por lo que el estudio de los investigadores canadienses arroja nueva luz sobre su naturaleza y capacidad de influencia sobre el ciclo de la vida.

Propiedades vitales

Han sido estas propiedades de las Hsp las que llevaron a los investigadores canadienses a fijarse en la Hsp22 como posible factor de longevidad o envejecimiento, ya que por su naturaleza estaría asociada a la generación de radicales libres en las células, que contribuyen al envejecimiento.

Lo que ha demostrado el experimento canadiense es que una proteína como la Hsp22 puede proteger a las células del estrés oxidante y en consecuencia de los daños relacionados con el envejecimiento. Asimismo, el experimento ha confirmado la importancia de algunas células del sistema nervioso en los procesos de envejecimiento.

Tal como destaca al respecto un comunicado de la Universidad de Laval, lo sorprendente es que todavía no se sabe si la proteína Hsp22 existe en el hombre, por lo que es prematuro interpretar este descubrimiento como una contribución directa al aumento de la longevidad humana.

La principal aplicación del experimento, según sus investigadores, es el tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas, relacionadas con determinados comportamientos de las proteínas.

Puede también que este trabajo ayude a controlar la expresión de la Hsp22 o de su equivalente en el organismo humano, lo que sí tendría gran repercusión sobre la pretendida extensión de la longevidad de nuestra especie.

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