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El 56% de los consumidores no compraría un coche ecológico si es más caro

El tema económico parece ser el gran factor que frena un mayor desarrollo de los vehículos eléctricos e híbridos con tecnología plug-in. Los vehículos híbridos «enchufables» (plug-in electric hybrids) permiten recargar las baterías tanto con el motor de combustión interna como con un enchufe.

Una encuesta realizada por la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, deja en claro que gran parte de la población estaría interesada en adquirir este tipo de coches, pero que los factores medioambientales se dejan atrás cuando los valores y costos son mayores.

La encuesta se llevó a cabo a través de una muestra representativa para el ámbito estadounidense, que incluyó a 2.513 adultos mayores de 18 años. El estudio se desarrolló entre julio y noviembre de 2008, como parte de un sondeo de consumidores de la agencia Reuters y la Universidad de Michigan.

Según los especialistas a cargo, los datos proporcionan una fuerte evidencia con respecto a que la combinación de incentivos económicos y sociales pueden ser más eficaces para la introducción de este tipo de vehículos que otras iniciativas, quizás más orientadas a las facetas técnicas, y que cuestiones como la cercanía de puntos de recarga para los coches plug-in o “enchufables” y el ahorro de combustible son importantes, pero no tan determinantes como la cuestión económica al momento de la compra.

El análisis fue dirigido por expertos del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan, y contó con el apoyo económico del Pacific Northwest National Laboratory y del Transportation Research Institute de la Universidad de Michigan. La investigación fue publicada en una nota de prensa de la universidad a cargo del estudio.

Interesantes resultados

La investigación buscó por un lado evaluar el estado actual de los conocimientos y las opiniones de los consumidores sobre vehículos eléctricos e híbridos con tecnología plug-in, y por otro lado intentó definir la disposición de los usuarios a pagar por estos vehículos, teniendo en cuenta distintos escenarios de costos y niveles de ahorro de combustible.

De esta manera, se pudieron extraer diferentes patrones con respecto a las reacciones de los posibles compradores de vehículos de este tipo. Por ejemplo, cuando no se mencionaban valores o estimaciones de ahorro de combustible, un 42% de los encuestados manifestó su decisión de comprar un coche eléctrico.

Posteriormente se planteó un escenario en el cual se ahorraría el 75% en gastos de combustible con relación a un rodado tradicional a gasolina. Sin embargo, ese ahorro estaría acompañado de un mayor valor del vehículo híbrido o eléctrico, condición que hizo descender abruptamente los índices de adhesión.

Los números son claros: con coches ecológicos que cuesten en promedio 2.500 dólares más que un modelo tradicional, el 46% de los encuestados afirmó que pensaría la posibilidad de adquirir un vehículo híbrido o eléctrico. Cuando el valor hipotético ascendía a los 5.000 dólares por sobre el precio de un coche convencional, la adhesión de los consumidores descendió a un 30%, y lo hizo por último a un 14% cuando el precio extra se ubicó en los 10.000 dólares.

La cuestión ambiental es importante, pero no define la compra

Para reafirmar aún más que la decisión de adquirir estos rodados está claramente ligada con aspectos económicos, un 56% de los consultados expresó que no evaluaría la compra de este tipo de vehículos si los mismos se ofrecen a valores superiores a los que poseen los coches a gasolina.

Entendiendo el estudio desde otra perspectiva, la mitad de los encuestados manifestó que se evidencia un compromiso con el medio ambiente a través de la compra de un coche híbrido o eléctrico, pero que sin embargo este valor ambiental no alcanza para contrarrestar la incidencia del aspecto económico.

Al mismo tiempo, otra cuestión consultada en el estudio también llamó la atención de los especialistas. Cuando se le preguntó a los consumidores sobre la principal ventaja de los coches ecológicos, solamente un 15% se inclinó por la reducción de emisiones contaminantes, mientras que el 54% de los estadounidenses indicó que el mayor beneficio es reducir la dependencia del petróleo extranjero y un 31% escogió un menor gasto en combustibles.

Quizás la conclusión más fuerte a la que arribaron los especialistas es que las actitudes de los consumidores hacia el medio ambiente son menos determinantes que los criterios económicos para fijar las probabilidades de adquirir coches eléctricos o híbridos con tecnología plug-in. De esta manera, si los fabricantes de coches ecológicos presentaran la posibilidad de recuperar la inversión inicial en un período de tiempo razonable, los consumidores podrían encontrar una justificación económica suficiente para la compra.