Tendencias21

El email aumenta el estrés de los académicos universitarios

La mayoría de los académicos en las universidades de todo el mundo se benefician de la utilización del correo electrónico para la comunicación en el trabajo. Sin embargo, varios investigadores han señalado que, además de sus efectos positivos, la comunicación por correo electrónico también ha dado lugar a una serie de problemas.

Con algunas notables excepciones, hay relativamente pocos trabajos empíricos sobre el papel del e-mail en el estrés ocupacional. Los estudios hasta ahora se han centrado en la sobrecarga de información, e indican que los trabajadores se sienten abrumados por el volumen de e-mails.

Por ejemplo, Schuurman (2009) comprobó que más del 90% de los académicos revisaban el correo electrónico al menos cada 2 o 3 horas durante la semana de trabajo (más de la mitad de ellos lo comprobaban cada hora o más a menudo), y el 95% de los académicos revisaban el correo electrónico siempre o a veces durante el fin de semana (la mayoría lo hace siempre).

El punto de partida, explica la nota de prensa de la Universidad Tecnológica de Tallinn (TUT) debería ser proporcionar una definición clara, coherente y precisa del estrés del correo electrónico. Desafortunadamente , esto no es una tarea sencilla. Basándose en el hecho de que el estrés de correo electrónico está principalmente relacionado con el trabajo , principalmente el estrés , es conveniente considerar el estrés del e-mail como una forma específica de estrés laboral.

Podemos, basándonos en la definición de estrés laboral de la UE, definir el estrés del e- mail como un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos de la comunicación por correo electrónico relacionados con el trabajo.

En el período 2009-2013 se llevaron a cabo estudios sobre el estrés laboral en el mundo académico universitario en la Universidad Tecnológica de Tallinn (Estonia). Los hallazgos sugieren que la enseñanza universitaria no es una ocupación de bajo estrés. En los estudios se identificaron 90 fuentes distintas de estrés en el mundo universitario, similares en diversas universidades de Estonia. Además, en un estudio transcultural, se comprobó que los 90 factores de estrés también estaban extendidos entre los académicos de la Universidad de Burdeos (Francia).

La atención se centró entonces en el estrés del e -mail. Entre los 90 factores de estrés definidos, había uno en concreto, la comunicación excesiva y la necesidad de estar siempre «visible » y » disponible», que podía relacionarse estrechamente con el e-mail.

Se comprobó que el estrés del e -mail afecta a más de un tercio de los académicos universitarios, sin diferencias entre universidades. También se encontró una fuerte interrelación entre el estrés del e -mail y la carga de trabajo, así con diversos efectos negativos en la identidad profesional y la vida personal.

Entrevistas

En la segunda etapa del estudio, se adoptó la entrevista como método de investigación cualitativa. La muestra estuvo formada por 16 académicos y cada entrevista cara a cara duró 20-35 minutos.

Las entrevistas mostraron que el estrés de correo electrónico tiene lugar sobre todo los lunes por la mañana, en concreto si la persona no había revisado sus mensajes de correo electrónico o no le había sido posible estar online durante el fin de semana.

Los científicos pronunciaron frases como: «Tengo miedo de que el viernes por la noche alguien me enviara órdenes para la mañana del lunes…».

Además, 12 de los entrevistados describieron sentimientos de ansiedad, emociones negativas y pensamientos depresivos, con expresiones como: «Tengo miedo de encontrar algo desagradable si abro mi correo electrónico…», «No voy a ser capaz de realizar todo mi trabajo de todos modos…». Los académicos también se quedan sin capacidad de reacción en esos temibles lunes por la mañana. Están en el trabajo, pero mentalmente ausentes.

Los cambios en el trabajo han difuminado los límites entre lo que es trabajo y lo que no. El trabajo ya no está circunscrito a las horas de trabajo y al lugar de trabajo, ni siquiera a la localización del trabajador. La gente, describe el artículo, cada vez siente más la obligación de estar siempre conectada y lista para trabajar, interrumpiendo sus horas de ocio, amigos y familia.

El uso de las telecomunicaciones en el trabajo ha dado lugar a diversos estudios, en ocasiones con conclusiones parcialmente contradictorias. Por ejemplo, uno de la Universidad de Illinois (EE.UU.) de hace tres años señala que el e-mail y las videoconferencias hacen que el trabajo se realice más rápido, pero no necesariamente bien, puesto que el contacto personal también es necesario para que se fomente la confianza entre los colegas, elemento necesario a su vez para que el trabajo salga bien.

Sin embargo, el teletrabajo también tiene ventajas, según otro estudio, en este caso de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee (EE.UU.), también de hace tres años. Trabajar en casa al menos tres días a la semana reduce las posibilidades de ser interrumpido por los colegas, así como por sufrir las molestias de la «política» de los lugares de trabajo.

Referencia bibliográfica:

Teichmann, M., Ilvest, J. Jr., Lõhmus, M., Murdvee, M., Dondon, P. Monday morning e-mail syndrome in university. Recent Advances in Telecommunications and Circuit Design, WSEAS Press.