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El fracturamiento hidráulico en los pozos de gas es nocivo para la salud humana

Una investigación desarrollada en la Colorado School of Public Health, perteneciente a la University of Colorado Denver de Estados Unidos, ha permitido constatar que las tareas de fracturamiento hidráulico en pozos gasíferos dan lugar a la generación de emisiones contaminantes capaces de provocar diferentes problemas de salud en la población cercana a los yacimientos. La contaminación del aire puede incrementar el surgimiento de patologías agudas y crónicas, debido a los efectos provocados por el benceno y otras sustancias.

El fracking o fracturamiento hidráulico es una práctica que se emplea en muchos yacimientos de gas en todo el mundo, para lograr extraer con mayor facilidad los recursos no convencionales, que se encuentran a grandes profundidades y bajo rocas de gran dureza. Sin embargo, distintas organizaciones ecologistas y otros actores sociales siempre han criticado el posible impacto negativo de estas prácticas sobre el medio ambiente y la salud humana.

Según Lisa McKenzie, autora principal del estudio y directora del grupo de investigación, los datos recogidos muestran que es imprescindible incluir el tema de la contaminación del aire en el debate sobre el desarrollo del gas natural, sobre todo cuando deben realizarse tareas de fracturación hidráulica.

El mencionado estudio será publicado en una próxima edición de la revista especializada Science of the Total Environment, y ha sido difundido a través de una nota de prensa de la University of Colorado Denver, un artículo de Science Daily y un post de erierising.com, que recoge el informe titulado «Human Health Risk Assessment of Air Emissions from Development of Unconventional Natural Gas Resources».

Datos concretos

La investigación incluye tres años de trabajo, en los cuales se hallaron una serie de hidrocarburos potencialmente tóxicos en el aire en cercanía de los pozos, incluyendo benceno, etilbenceno, tolueno y xileno. El benceno ha sido identificado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos como un fuerte carcinógeno, mientras que la información sobre la toxicidad de otros productos químicos hallados es aún limitada.

Los especialistas sostienen que los resultados del estudio muestran que los impactos en la salud de las emisiones al aire debido a la explotación de gas natural bajo técnicas de fracturación hidráulica es mayor para los residentes que viven cerca de los pozos. El mayor impacto en la salud ocurre en un plazo relativamente corto después de la terminación del pozo.

Esto se debe a la exposición a trimetilbencenos, hidrocarburos alifáticos y xilenos, que en todos los casos tienen efectos negativos sobre aspectos neurológicos o sobre el sistema respiratorio, según el estudio. En un principio, estos efectos podrían incluir irritación en los ojos, dolores de cabeza, dolor de garganta y dificultad para respirar, pero podrían evolucionar con el tiempo hacia patologías más severas.

Según el informe que resume los resultados de la investigación, también se calcula un mayor riesgo de cáncer para las personas residentes en zonas cercanas a los pozos, en comparación con los pobladores que residen a mayor distancia. En ese marco, se destacó que el benceno es el principal contribuyente en el incremento del riesgo de cáncer.

La necesidad de reducir emisiones

La presente investigación se centró especialmente en las personas que viven a una distancia media de 800 metros de los pozos gasíferos en los cuales se llevan adelante técnicas de fracturación hidráulica, en respuesta a la rápida expansión del desarrollo del gas natural en la zona rural del Condado de Garfield, en el oeste de Colorado, Estados Unidos.

Estos trabajos se realizan en varias etapas, en las que las empresas hidrocarburíferas mezclan agua con productos químicos y arena para crear una solución destinada a inyectarse a alta presión en los yacimientos, simplificando así la extracción de los hidrocarburos no convencionales, en este caso la liberación del gas natural.

El Condado de Garfield pidió la colaboración de la Colorado School of Public Health para evaluar los potenciales impactos en la salud humana de los trabajos realizados en los pozos de la zona, concretamente en un sector con una población de alrededor de 5.000 personas. McKenzie y sus colaboradores utilizaron la metodología estándar de la EPA para estimar las repercusiones en la salud y concretamente el aumento en el riesgo de contraer cáncer debido a la exposición a los hidrocarburos.

El informe concluye que los riesgos son mayores para las personas que viven más cerca de los pozos, e insta a una inmediata reducción de las emisiones a la atmósfera. Al mismo tiempo, se continúa trabajando para estimar con mayor precisión la toxicidad de otros hidrocarburos asociados con el desarrollo del gas natural y la fracturación hidráulica.