La información sobre temas de salud está cada vez más presente a través del teléfono móvil. Según el último estudio publicado por la web Pew Internet en colaboración con la Fundación de la Salud de California, el 17 por ciento de los usuarios que utiliza teléfono móvil lo hace para buscar información acerca de temas de salud o médicos y de ellos el 29 por ciento tiene entre 18 y 29 años. Del mismo modo, el nueve por ciento de los usuarios tiene aplicaciones de software en sus móviles que les ayudan a obtener más información sobre temas que conciernen a la salud; y el 15 por ciento de ellos tiene nuevamente entre 18 y 29 años.
Estos porcentajes son muy significativos si se comparan con los de personas de más edad. Por ejemplo, las personas de entre 30 y 49 años, según el estudio presentado por Pew Internet, recurren a estas nuevas aplicaciones en un ocho por ciento. Otro dato significativo es que los propietarios de teléfonos móviles que viven en zonas urbanas son mucho más propensos que los que lo hacen en zonas rurales y suburbanas a usar sus teléfonos para obtener información de salud.
El meteórico protagonismo que está adquiriendo el teléfono móvil, no sólo para hablar con otra persona a través de él, es más que evidente y se demuestra en el hecho de que el 85 por ciento de la población cuente ya con uno. A estas búsquedas de información sanitaria se une la creciente cantidad de datos de no voz que permiten las aplicaciones que se están empezando a incluir en los móviles. Por ejemplo, el 76 por ciento de los usuarios mayores de 18 años utilizan sus teléfonos para tomar fotografías, muy por encima del 66 por ciento registrado en abril de 2009.
Asimismo, siete de cada diez propietarios de teléfonos móviles envían y reciben mensajes de texto y cuatro de cada diez a diez acceden a Internet desde sus móviles. Además, el 35 por ciento de los adultos de Estados Unidos tiene aplicaciones de software, aunque sólo uno de cada cuatro adultos se aprovecha de ellas.
Miles de aplicaciones
En la actualidad hay más de 250.000 aplicaciones disponibles para el iPhone, más de 30.000 para los smartphones con Android, y varios miles para los que tienen los dispositivos Blackberry.
Existen aplicaciones para el recuento de calorías y que ofrecen información nutricional. Las hay también para el registro de los entrenamientos de fitness, para monitorear los signos vitales, para proporcionar consejos de salud y calcular los riesgos de padecer enfermedad. Asimismo, existen ya aplicaciones para calcular el índice de masa corporal, para el mantenimiento de registros personales de salud y para proporcionar a los usuarios información acerca de su salud a los médicos y trabajadores de emergencia. Los usuarios pueden también aprender a través del móvil acerca de medicamentos, cómo dejar de fumar e incluso puede aprender ejercicios de yoga y estiramientos.
Un ejemplo del importante giro que se está dando a la información sanitaria gracias a la creación de determinadas aplicaciones para móviles se observa en una de las últimas iniciativas llevadas a cabo por la organización sin ánimo de lucro Breastcancer.org. Mediante una herramienta disponible para el iPhone y iPod las mujeres con cáncer de mama pueden estar informadas sobre su diagnóstico, traducir sus informes de laboratorio a un lenguaje más sencillo y ofrecer nuevas investigaciones y nuevos caminos en la enfermedad.
Sin embargo, a pesar del aumento de las oportunidades en los móviles y del importante papel que juega el mundo on-line, la mayoría de los adultos siguen buscando información sobre la salud fuera del ámbito de las tecnologías: acudiendo a la consulta del médico, charlando con un amigo o con un miembro de la familia cuando tienen una pregunta sobre salud. No obstante, Internet juega un papel cada vez mayor pero todavía complementario.
Este estudio ha sido realizado por la directora asociada de Pew Internet, Susannah Fox. El informe se basa en los resultados de una encuesta de seguimiento diario a través de entrevistas telefónicas llevadas a cabo por Princeton Survey Associates International Research entre el 9 de agosto y el 13 de septiembre de 2010, en una muestra de 3.001 adultos, mayores de 18 años.
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