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Esta noche la luna se viste de rojo y Marte nos visita

Después de más de dos años sin eclipses totales de Luna visibles desde Europa, hoy 27 de julio la Luna volverá a cruzar la sombra de la Tierra. Con una totalidad de 102 minutos, será el eclipse lunar más largo del siglo XXI.

Los eclipses lunares ocurren cuando nuestro satélite pasa por la sombra de la Tierra. Esto no sucede todos los meses, porque la órbita de la Luna está inclinada con respecto a la de la Tierra-Sol (eclíptica). A diferencia de los eclipses solares, los eclipses lunares son visibles desde cualquier lugar del mundo, una vez que la Luna está sobre el horizonte en el momento del eclipse.

El eclipse lunar de esta noche se producirá con el máximo centrado en el Océano Índico, según datos proporcionados por la NASA. La fase de totalidad del Eclipse durará 1 hora y 42 minutos -el más largo del siglo XXI- comenzado a las 19:30 horas UT (dos horas más en la Europa continental) y finalizando a las 21:13 horas UT.

La Luna empezará a eclipsarse -entrada en la sombra terrestre- a las 18:24 horas UT. Desde el África oriental podrá observarse el eclipse en su totalidad. Desde la Europa Occidental (España, Portugal, Reino Unido, Francia o Italia) solo podrá observarse la segunda parte del eclipse con la Luna amaneciendo en el horizonte este.

Durante la totalidad, se podrá comprobar que la Luna no desaparece de la vista, sino que adquiere una tonalidad rojiza. La atmósfera de la Tierra, que se extiende unos 80 km más allá del diámetro de nuestro planeta, actúa como una lente que desvía la luz del Sol.  Al mismo tiempo, filtra eficazmente sus componentes azules y deja pasar solo la luz roja, que será reflejada por el satélite. Así, la Luna adquiere el resplandor cobrizo tan característico.

También desde Internet

“Después de dos años sin eclipses totales de Luna en Europa, el 27 de julio podremos volver a presenciar la Luna roja. Deberemos esperar otros seis meses para repetir la experiencia, en enero de 2019″, comenta Miquel Serra-Ricart, astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Diversos museos, planetarios y asociaciones de astrónomos ofrecerán sus equipos para observaciones públicas durante el evento. Por ejemplo, el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT) realizará una en su sede de Alcobendas y el Planetario de Madrid otra en sus instalaciones. Además, esa misma noche serán visibles cuatro planetas (Venus, Júpiter, Saturno y un brillante Marte, que llega a su oposición).

El eclipse también se podrá seguir en directo en diversos canales de internet, como la retransmisión que ofrecerá sky-live.tv desde Namibia, organizada por miembros del proyecto europeo STARS4ALL y la participación del Instituto de Astrofísica de Canarias.

“En el directo realizado desde Namibia, la oscuridad producida por el eclipse nos permitirá descubrir objetos solo visibles desde los cielos australes, como las Nubes de Magallanes”, añade Serra-Ricart, también responsable de la retransmisión.

Oposición de Marte

La misma noche que se produce el eclipse total de Luna, y no muy lejos de ella en el horizonte, se podrá observar a Marte llegando a su oposición. Esto significa que el planeta rojo y el Sol se sitúan en lados opuestos respecto a la Tierra, quedando los tres objetos perfectamente alineados.

Al igual que todos los planetas de nuestro sistema solar, la Tierra y Marte orbitan alrededor del Sol, pero nuestro planeta está más cerca de la estrella, y por tanto, corre a lo largo de su órbita más rápidamente. La Tierra da dos vueltas alrededor del Sol en aproximadamente el mismo tiempo que Marte una. Por eso, unas veces los dos planetas están en lados opuestos del Sol, muy separados, y se dice entonces que Marte está en conjunción, en la otra punta de su órbita.

Sin embargo, en otras ocasiones, como ahora, la Tierra alcanza a su vecino y pasa relativamente cerca de él, quedando justo los dos planetas alineados con el Sol. Esto sucede este 27 de julio: Marte está en oposición. Es el momento en que los rayos del Sol le dan directamente y se ve más brillante desde la Tierra. Esto, junto a su distancia a nuestro planeta (57,7 millones de km) ligeramente menor que en otras oposiciones, permite observar el planeta rojo con telescopios.

Si la Tierra y Marte siguieran órbitas perfectamente circulares, esta oposición coincidiría con la distancia mínima entre ellos, pero como sus órbitas son elípticas (en forma de óvalo) y no van exactamente paralelas ni tienen la misma inclinación, los dos planetas van a estar más cerca unos días después (noche del 30 y el 31 de julio), a 57,6 millones de km. Ahí ya no estarán perfectamente alineados con Sol, ni Marte se verá tan brillante a pesar de estar más cerca (por el llamado efecto de oposición).