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La banda ancha en los aviones generará 936 millones de dólares en 2012

El mercado de banda ancha para servicios a bordo de aviones alcanzará los 936 millones de dólares en 2012, según un reciente estudio de la empresa Multimedia Intelligence. El informe advierte que las aerolíneas seguirán invirtiendo en servicios de entretenimiento dado el enorme potencial de beneficios que éstos pueden tener. Por el momento, las cifras manejadas por el mismo estudio para este mercado de banda ancha se quedan en uno modesto beneficio de 6,6 millones de euros, lo que muestra el increíble crecimiento que va a tener de aquí a 2012.

Hace cuatro años, Boeing ofreció la primera conexión de banda ancha a sus clientes. Aquel primer servicio se llamó “Connexion”, y gracias a él los pasajeros podían navegar por la Web, mirar el correo electrónico e incluso intercambiar archivos a una velocidad equiparable a la de una conexión de banda ancha casera.

La predicción de que este servicio sería bienvenido por los ejecutivos, que siempre quieren estar conectados, y que daría lugar a una guerra entre las aerolíneas para conquistar el corazón (y los dólares) del resto de pasajeros, nunca llegó a cumplirse. De hecho, a los dos años Boeing anunció que dejaría de prestar el servicio y que quien quisiese usar en Internet en vuelo tendría que hacerlo con una conexión convencional.

Primera iniciativa, primer fracaso

En cualquier caso, aquella conexión de banda ancha ofrecida por Boeing fue un punto de inflexión porque por primera vez ofertó velocidades superiores a 20 Mbps e incluso conexiones Wi-Fi. El coste para los pasajeros (tarifa plana) oscilaba ya entonces entre los 25 y los 30 dólares, dependiendo de la duración del vuelo.

Más recientemente, varias compañías aéreas norteamericanas (Alaska, American, Southwest y Virgin America) han anunciado que ofrecerán conexión Wi-Fi desde este verano, con precios de entre 6 y 13 dólares por vuelo.

Los servicios funcionarán de dos maneras diferentes. Southwest y Alaska usarán la infraestructura de banda ancha por satélite proporcionada por la empresa Row 44. American y Virgin han optado por un sistema de torres de telefonía móvil de la empresa Aircell. Lo que aquí se plantea es una “lucha” de tecnologías. El debate respecto a qué tecnología de conexión triunfará finalmente está servido.

En el primer caso, las señales son emitidas usando los satélites de geosincronización que orbitan alrededor de la Tierra. Para acceder al servicio, los clientes usarán “hotspots” de Wi-Fi ubicados en la cabina de la aeronave. Los datos viajan a velocidades de hasta 30 Mbps, y el sistema funciona incluso cuando el avión sobrevuela el océano y cuando atraviesa fronteras entre países (aunque en principio sólo se ofertará para vuelos domésticos en los Estados Unidos) Otra de las ventajas de esta opción, es que permite a las aeronaves ahorro de combustible al no necesitar un antena exterior que ejerza fuerza de resistencia en vuelo.

El sistema de Aircell transmite lo datos apoyándose en las 92 antenas de telefonía móvil que esta empresa tiene en todo el territorio de los Estados Unidos. Dado que nada bloquea la señal, cada antena cubre un radio de unos 300 kilómetros. En este caso, la velocidad de conexión es de sólo 3 Mbps y el precio es considerablemente más alto (12,95 dólares por vuelo) que el de Row 44

Otros servicios

El mismo debate existe cuando se habla de servicios de entretenimiento a bordo. Por un lado está la opción da acceder a ellos con soluciones menos costotas (Internet LiveTV) y por otro con soluciones de banda ancha, más costosas pero más robustas. Este mercado, dice el estudio de Multimedia Intelligence, estará disponible para todos los pasajeros (primera, business y turista). En primer lugar, los esfuerzos comerciales se centrarán en los pasajeros de clase business.

Otra de las grandes compañías aéreas, Lufthansa, se ha unido recientemente a T-Mobile, al operador de satélite SES Global y al fabricante de equipamiento para el procesado de señales ViaSat para ofrecer servicios basados en la comunicación por satélite. Los responsables de Lufthansa esperan que esta experiencia vaya mejor que la anterior, en la que firmó un contrato para ofertar “Connexion” de Boeing (ya se sabe con qué resultado).

En cuanto a los servicios de voz, son pocas las compañías que los ofrecen de manera experimental (Air France, Ryanair o Qantas). Las grandes operadoras de los Estados Unidos no tienen planeado por el momento permitir llamadas a bordo de los aviones.

En este sentido, la Unión Europea ha dado este año un paso adelante. Hace unos meses Bruselas inició los trámites para que los ciudadanos de la Unión puedan utilizar sus teléfonos móviles durante los viajes en avión.

Para ello, está elaborando una nueva normativa administrativa y técnica que permitirá acceder a los servicios básicos de telefonía móvil en pleno vuelo y sin necesidad de que el móvil se conecte con las estaciones base (las antenas que dan cobertura a nuestros celulares) situadas en tierra.

Una mini estación base instalada dentro del avión y conectada por satélite a las redes de telefonía terrestres, dará cobertura de red a los pasajeros de la misma en itinerancia (roaming). En la práctica esto quiere decir que la empresa que dé cobertura en el avión cobrará a nuestra empresa de telefonía por el uso de su red.