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La evolución del campo magnético terrestre desconcierta a los científicos

El campo magnético terrestre se extiende desde el núcleo interno de la Tierra hasta el límite en el que se encuentra con el viento solar,  una corriente de partículas energéticas que emana del Sol.

En esos extremos de la superficie terrestre se encuentran los polos magnéticos, que debido al campo magnético de la Tierra, ejercen atracción sobre los elementos imantados y sirven de orientación gracias a las brújulas.

Desde 1904 los científicos saben que el campo magnético es dinámico y que desplaza constantemente a los polos magnéticos. Sin embargo, su evolución reciente está adquiriendo un comportamiento errático que desconcierta a los científicos: el Polo Norte magnético se está desviando desde Canadá  hacia Siberia a una velocidad insólita.

Los polos magnéticos no coinciden con los polos geográficos: la ubicación de cada polo magnético señala un desplazamiento frente al eje geográfico del planeta. El ángulo que se crea entre dicho eje y el eje magnético es representado por la letra delta (del alfabeto griego) y se conoce como declinación. La declinación actual es la que sorprende a los científicos.

El polo magnético se está moviendo tan rápido que ha forzado a los expertos en geomagnetismo del mundo a actualizar el Modelo Magnético Mundial, que describe el campo magnético del planeta y sirve de ayuda a toda la navegación moderna, desde los sistemas que dirigen los barcos en el mar hasta el Google Maps que tenemos en los teléfonos inteligentes.

La versión más reciente del Modelo salió en 2015 y se suponía que duraría hasta 2020, pero el campo magnético está
cambiando tan rápidamente que los investigadores tienen que actualízalo antes de lo previsto.

«El error aumenta todo el tiempo», explica a la revista Nature,  Arnaud Chulliat, geomagnetista de la Universidad de Colorado Boulder y de los Centros Nacionales de Información Ambiental de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Origen del problema

El problema radica por una parte en el polo móvil y por otra parte en otros cambios ocurridos en las profundidades del planeta. La agitación líquida en el núcleo de la Tierra genera la mayor parte del campo magnético, que varía con el tiempo a medida que cambian los flujos profundos.

En 2016, por ejemplo, parte del campo magnético se aceleró temporalmente en las profundidades del norte de Sudamérica y del Océano Pacífico oriental.  A principios de 2018, se descubrió incluso que el Modelo Magnético Mundial era tan inexacto que estaba a punto de exceder el límite aceptable para evitar errores de navegación.

El motivo: los desajustes de la aceleración de 2016, que ocurrieron un año después de la anterior actualización y ocasionaron cambios imprevistos. La inexactitud se debió también al errático movimiento del polo magnético, que ha aumentado su velocidad desde 1990 hasta alcanzar los 55 kilómetros por año, frente a los 15 kilómetros que se había desplazado con anterioridad. Ahora va directo hacia Siberia.

Los expertos no están seguros de poder explicar lo que está pasando. Estudian los pulsos geomagnéticos, como el que interrumpió el Modelo Magnético Mundial en 2016, que podrían ser el resultado de ondas «hidromagnéticas» procedentes del núcleo de la Tierra, para determinar su influencia sobre los movimientos del campo magnético.

Aventuran sin embargo una hipótesis plausible para explicar el corrimiento del polo magnético: «la ubicación del polo magnético norte parece estar gobernada por dos parches del campo magnético a gran escala, uno situado debajo de Canadá y otro debajo de Siberia», señala a Nature Phil Livermore, geomagnetista de la Universidad de Leeds del Reino Unido. «El parche siberiano estaría ganando la batalla a la competencia», concluye.