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La Informática Afectiva promete robots y ordenadores cada vez más humanos

La Informática Afectiva (Affective Computing) es una tecnología emergente que pretende incorporar las emociones a las relaciones hombre-máquina. Su finalidad es mejorar las prestaciones de la informática cotidiana, facilitando la adaptación de los ordenadores a las personas y viceversa.

Su desarrollo permitirá que un ordenador tenga en cuenta las constantes vitales del usuario (como el ritmo y la tensión cardiaca, la temperatura corporal…), mientras escribe un libro o diseña una casa, y emita una señal de alerta cuando detecte algo extraño en su salud.

También será bastante útil en telemedicina, ya que permite observar a distancia la evolución de un paciente y mejorar su calidad de vida. Otra aplicación posible de la Informática Afectiva es el e-learning o aprendizaje a distancia, ya que el profesor virtual puede tener incorporada una capacidad de inteligencia social para adaptar su enseñanza al estado emocional del estudiante, a su actitud e incluso a su personalidad.

A través de sensores que siguen los movimientos de los ojos, el ordenador implicado en la enseñanza puede averiguar si el alumno está distraido o concentrado. Un mensaje enviado al programa adaptará la lección en cada momento al estado de atención del estudiante. Es uno de los objetivos de la Informática Afectiva.

También la robótica

La robótica se verá beneficiada asimismo de esta dimensión emotiva de la informática. Según explica la profesora Christine Lisetti, profesora del Instituto Eurecom, en este artículo, en la Universidad de Florida se trabaja en robots capacitados para misiones de rescate para incorporarles la posibilidad de conocer y reaccionar ante las expresiones emocionales de las víctimas.

Aunque Christini Lisetti tiene previsto publicar un nuevo trabajo sobre las últimas tendencias de esta tecnología, puede consultarse este interesante artículo, publicado el año pasado, que recoge los avances europeos en Informática Afectiva.

En la exploración espacial también se pretenden robots que acompañen a astronautas humanos y que puedan percibir su estado afectivo y compartirlo con los demás miembros de la tripulación espacial. En telefonía las aplicaciones son especialmente importantes porque un robot no sólo podría atender una llamada, sino reconocer y adaptarse a la persona que llama. Esta facultad no sólo serviría para conocer la posible inestabilidad emocional de un candidato a un puesto de trabajo, sino en teoria anticipar incluso posibles comportamientos suicidas en los así llamados “teléfonos de la esperanza”.

Por otro lado, el Affective Computing Research Group, perteneciente al Media Lab del Massachusetts Institute of Technology (MIT), ha puesto en marcha una investigación a largo plazo para determinar las necesidades emocionales de las estudiantes adolescentes y poder arbirtrar así ordenadores capaces de responder a sus personalidades específicas, tal como se explica en el trabajo Digital story explication as it relates to emotional needs and learning, que acaba de ver la luz.

El Affective Computing Research Group fue fundado por Rosalind Picard, que ha escrito un centenar de artículos sobre modelos de conducta, modelado de señales multidimensional e interacción entre ordenadores y personas. Los escenarios 2021 de esta tecnología para ayudar a las personas adictas, constituyen su última contribución teórica sobre las posibilidades de la Informática Afectiva.

Una prolongación humana

La Informática Afectiva se basa en la creciente evidencia establecida por los investigadores de la Universidad de Stanford, según los cuales “nuestro inconsciente extiende a las interacciones con el ordenador todas las reglas de interacción social entre dos humanos”, es decir, que inconscientemente tendemos a considerar al ordenador (una máquina) como a un ser humano.

Estos investigadores descubrieron que la política, la adulación y el sexismo, entre otros, se aplican frecuentemente a los ordenadores, a los que atribuimos una especie de presencia social. Muchas veces reaccionamos ante ellos como si fueran personas: dame esto o aquello, date prisa…

La Informática Afectiva pretende elaborar programas que cubran esta dimensión sensible de las relaciones entre las personas y los ordenadores, al mismo tiempo que abran nuevas posibilidades de colaboración entre las máquinas y sus usuarios que aumenten su utilidad personal y social.

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