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La supercomputadora Watson tendrá el tamaño de una caja de pizza

IBM quiere adaptar la supercomputadora Watson a los tiempos que corren. Este sistema de inteligencia artificial triunfó en 2011, cuando venció a los humanos en Jeopardy!, un concurso de conocimientos en televisión. Entonces tenía el tamaño de una habitación y ahora el de tres cajas de pizzas apiladas. Además es 24 veces más rápido, tiene un rendimiento 2.400% mejor, y está disponible en la nube.

Sin embargo, el objetivo de la compañía es dar un paso más, allanando el camino hacia el diseño de ordenadores más pequeños. Para ello van a presentar un prototipo de microordenador del tamaño de un smartphone, que integra procesadores y circuitos propios de grandes placas base. A través de una serie de estos microordenadores, el gigante azul pretende crear una versión de la supercomputadora Watson aún más pequeña, del tamaño de una caja de pizza.

Según un artículo publicado en la web especializada Computerworld, IBM y el Instituto Holandés de Radioastronomía (ASTRON) están mostrando los prototipos de microordenador en los que trabajan de forma coordinada desde el proyecto Dome, impulsado para desarrollar tecnologías para el radiotelescopio Square Kilometer Array (SKA), del cual los investigadores dicen que será el telescopio más grande del mundo cuando que entre en vigor en 2024.

En este caso, los microordenadores se usarán en servidores de gran tamaño. Sin embargo, se requieren sistemas de muy alta velocidad, pero a la vez con un bajo consumo de energía, pues se destinarán a procesar todos los datos recopilados diariamente por el masivo SKA. Es por ello que los niveles de consumo de energía deben ser mucho más bajos de lo normal, o de lo contrario no se podría hacer frente a los altos costos de funcionamiento de un sistema de estas características.

Reducir tamaño y consumo

Paralelamente, IBM mostrará el trabajo que ha hecho para combinar 128 ordenadores en un servidor de tamaño estándar, capaz de ofrecer el mismo nivel de rendimiento que servidores de cuatro a diez veces más grandes. Este prototipo consume de 55 a 60 vatios de potencia, menos que los servidores más grandes.

Entre las características técnicas destacan sus 1.536 núcleos, capaz de ejecutar 3.072 subprocesos simultáneamente, para lo que se ha probado con el software DB2 de IBM. Los investigadores quieren utilizar las microcomputadoras tanto para mejorar el rendimiento en aplicaciones de memoria, fundamentalmente bases de datos, como en servidores para aplicaciones analíticas y en la nube. "Creo que esta tecnología se presta bien para fines generales de computación en nube", afirma Ronald Luijten, investigador de la compañía.

Con todo, IBM ya planea mostrar el próximo año otra versión del servidor igual de rápido pero tirando sólo entre 30 y 35 vatios de potencia. "El reto fundamental al que se enfrentarán los grandes centros de datos entre 2016-2020 será el consumo de energía", añade Luijten.

De momento, ordenadores portátiles, de sobremesa y servidores se están reduciendo a medida que más componentes como los procesadores gráficos se están integrando en chips. Smartphones y tabletas con procesadores de 64 bits pueden durar días con una sola carga de batería, pero no hay mucho más espacio para mejorar el rendimiento y reducir el consumo de energía, lamenta Luijten.

Es por ello que IBM está probando diferentes diseños de chips, con el objetivo de reducir las facturas de electricidad y el tamaño, pero manteniendo el rendimiento. Los centros de datos consumen megavatios de energía, y el tipo de microordenadores con el que la compañía está trabajando ayudará a sacar más rendimiento a los servidores.

Renovar los chips

Los nuevos prototipos de microcomputadoras tienen 133 milímetros por 55 milímetros, e IBM afirma que tienen la misma potencia de cálculo que el servidor de placa base estándar, de 305 por 245.

La multinacional estadounidense tiene el objetivo de reducir aún más el tamaño de los ordenadores a través de la integración de controladores de potencia, lógica, memoria y almacenamiento. Para ello, los investigadores están considerando una serie de arquitecturas de chip, como ARM, para su uso en los chips del futuro.

El problema entonces se traslada a la distribución de energía en los chips, pues cerca del 98 por ciento se utiliza para transmitir datos del punto A al punto B. En esta línea, Luijten asegura estar buscando fórmulas para reducir la distancia entre la CPU, Ethernet y otras interfaces de rendimiento.

Paralelamente, IBM anunció a principios de año la creación del Grupo Watson, una nueva unidad de negocio dedicada al desarrollo y comercialización de innovaciones cognitivas en cloud. El objetivo es acelerar la llegada al mercado de una nueva clase de software, servicios y aplicaciones capaces de aprender y dar respuesta a preguntas complejas gestionando una gran cantidad de información (Big Data).

Junto a este grupo, la compañía presentó tres nuevos servicios basados en la inteligencia cognitiva de Watson: IBM Watson Discovery Advisor, que pretende revolucionar el área de investigación de industrias como la farmacéutica y la de la publicidad; IBM Watson Analytics, para explorar en grandes cantidades de información a través de representaciones visuales sin necesidad de una formación específica en analítica avanzada; y IBM Watson Explorer, diseñado para ayudar a los usuarios a descubrir y compartir información relevante para los diferentes puestos dentro de la empresa.