La combinación de arte y tecnología es una cuestión que ha provocado desde siempre cierta reticencia. Hace siglos, no había diferencia entre la labor artística y la técnica. Sin embargo, durante el Romanticismo se agudizó la diferencia entre ambas y se generó un fenómeno denominado “las dos culturas”.
La aparición de las nuevas tecnologías audiovisuales, informáticas y de comunicación han contribuido a que la dicotomía entre tecnología y arte vaya desapareciendo.
Es el caso del artista australiano Pierre Proske, que ha encontrado en estas nuevas tecnologías una buena herramienta para la expresión de sus propias inquietudes, plasmadas en diversos productos que, aunque técnicos, siguen brotando de la imaginación.
El programa informático fue desarrollado mientras Proske preparaba un master en arte y tecnología en la universidad sueca de Goteborg. El resultado, el diseño de patrones inspirados en los elementos textiles japoneses, que se caracterizan por ser sencillos y repetitivos.
Espirales y belleza
El diseño es, por tanto, sumamente minimalista, formado por espirales que se repiten, de un tamaño similar, dispuestas regularmente.
Proske toma una de estas espirales del arte japonés, y la escanea para convertirla en la base de su diseño. El siguiente paso es utilizar el programa informático para analizar el perfil de frecuencia de una muestra corta de voz.
Especialmente, resulta interesante este punto, porque se pueden escoger y combinar bajas y altas frecuencias, según lo que se haya dicho y cómo se haya dicho. El software traduce las cantidades de frecuencias diversas de un sonido concreto a un esquema particular de espirales de diferentes tamaños. Así, voces distintas generan diseños diferentes.
El software puede utilizarse tanto para generar patrones para telas como para el diseño gráfico. Asimismo, es un programa informático muy asequible y fácil de usar, de manera que cualquiera puede utilizarlo, declaró Proske para la revista abc.net.