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Las tareas difíciles no hacen que nos distraigamos más

El golfista profesional estadounidense Tom Kite ha dicho dos cosas acerca de las distracciones, que resumen los resultados de un nuevo estudio sobre el tema: En primer lugar, «siempre se puede encontrar una distracción si se busca». Y, en segundo lugar, «la disciplina y la concentración son una cuestión de estar interesado».

La nueva investigación, de la Universidad de Illinois (EE.UU.), ofrece evidencia de que la motivación personal es tan importante para la atención sostenida en una tarea como la facilidad con la que se realiza la tarea. También desafía la hipótesis, propuesta por algunos neurocientíficos cognitivos, de que las personas se vuelven más distraíbles a medida que abordan tareas cada vez más difíciles.

Un informe sobre el nuevo estudio aparece en la revista Journal of Experimental Psychology: General, informa la universidad en su web.

«La gente tiene que equilibrar de manera casi continua su necesidad de enfoque interno (reflexión, esfuerzo mental) con su necesidad de atender al mundo», escriben los autores del estudio, los profesores de psicología Simona Buetti y Alejandro Lleras. «Sin embargo, cuando la necesidad de enfoque interno es alta, podemos tener la impresión de que momentáneamente nos desvinculamos del mundo en su totalidad con el fin de alcanzar un grado elevado de concentración mental.»

Experimentos

Buetti y Lleras diseñaron varios experimentos para probar si la gente se distrae más fácilmente cuando el esfuerzo mental necesario para completar una tarea sube, como se asume normalmente en su campo.

Los investigadores pidieron primero a los participantes que resolvieran problemas de matemáticas de diferente dificultad, mientras se mostraban fotografías de escenas neutrales -por ejemplo, vacas en un prado, un retrato de un hombre, una taza sobre una mesa- en una pantalla de ordenador durante tres segundos, atrayendo a los sujetos para que las miraran.

Un dispositivo de seguimiento ocular medía la frecuencia, la velocidad y el enfoque de los ojos de los participantes mientras completaban los problemas de matemáticas.

Los resultados mostraron que los participantes que se dedicaban en los ejercicios más fáciles eran más propensos a mirar a las imágenes distractoras que los que trabajaban en problemas más complicados. Estos resultados van en contra de las teorías actuales, dicen los investigadores.

«Esto sugiere que centrarse en tareas mentales complejas reduce la sensibilidad de una persona a los acontecimientos del mundo que no están relacionados con dichas tareas», dice Buetti. Este resultado corrobora la investigación sobre un fenómeno llamado «ceguera por falta de atención», en el que las personas involucradas en una tarea muy interesante a menudo no se dan de cuenta acontecimientos extraños e inesperados.

«Entre el mundo interior de resolver un problema y el mundo exterior -lo que está sucediendo a nuestro alrededor- parece que hay una necesidad de desconectar de uno cuando se requiere una mayor atención en lo otro», dice Lleras.

«Curiosamente, cuando los participantes completaron una mezcla de tareas fáciles y difíciles, la dificultad de la tarea no parecía afectar a su distracción», añade Buetti.

Este hallazgo llevó a los investigadores a la hipótesis de que la capacidad de evitar la distracción no está impulsada principalmente por la dificultad de la tarea, sino que probablemente es el resultado del nivel de compromiso del individuo con el objetivo. Se llaman a este concepto «teoría del compromiso sobre la distracción.»

Incentivos

El equipo ha hecho más estudios para probar esta idea, manipulando el entusiasmo de los sujetos hacia una tarea con incentivos financieros. Para la sorpresa de los investigadores, esta manipulación tuvo poco efecto sobre la distracción de los participantes. Sin embargo, hubo grandes diferencias entre las personas en cuanto a su distracción.

 «Cuantos más luchaban con una tarea, más evitaban la distracción como un acto reflejo, independientemente del incentivo financiero», dice Buetti. «Por lo tanto, el mensaje final es: las características de la tarea en sí, al igual que su dificultad, no predicen por sí solas el nivel de distracción. Otros factores también juegan un papel, como la facilidad con la que podemos realizar una tarea, así como la decisión interna de cada uno de nosotros: cuánto decidimos involucrarnos en una tarea a nivel cognitivo».

Referencia bibliográfica:

Simona Buetti, Alejandro Lleras: Distractibility is a function of engagement, not task difficulty: Evidence from a new oculomotor capture paradigm. Journal of Experimental Psychology: General (2016). DOI: 10.1037/xge0000213.