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Las tecnologías de la comunicación desembarcan en Doñana

La reserva biológica de Doñana, uno de los espacios naturales más importantes del mundo declarado patrimonio de la humanidad en 1994 –y también, en el mismo año, Espacio Científico de la Unión Europea–, se ha convertido también en un singular y vanguardista ámbito tecnológico, dotado de las más modernas infraestructuras de comunicaciones y equipamientos científicos.

En una nota de prensa, SATEC (Sistemas Avanzados de Tecnología) ha dado cuenta de de las innovaciones tecnológicas que, especialmente en el ámbito de las telecomunicaciones incluye el pionero Proyecto Doñana, que pone la información de los distintos procesos biológicos relacionados con la atmósfera, flora, fauna y geos de la Reserva Biológica de Doñana no sólo a disposición de la comunidad científica, sino de toda la ciudadanía.

Tecnología y paisaje

300 sensores, entre los que se cuentan sondas, caudalímetros, radares y cámaras de vídeo forman parte de la infraestructura implementada en el marco del proyecto, todo ello integrado con el mayor cuidado en el paisaje natural de modo que cause el menor impacto posible en el mismo, y haciendo uso de energías y tecnologías limpias y renovables.

Según Gustavo Sánchez, director de nuevas tecnologías de SATEC, “el gran reto ha sido desplegar una red de comunicación en un territorio muy hostil, que gracias a instalaciones móviles permite la observación sin estorbar al entorno natural.”

La participación en el servicio e implementación de esta moderna equipación de entidades como Network Appliance, CISCO, Hewlett Packard, tecnología Wimax de Alvarion, Axis, Moxa, AKCP, Campbell Scientific, Vaisala, YSI, BBE Moldaenke, Codar Ocena Sensors, Li-Cor, etc., puede dar una idea del nivel tecnológico de la misma.

Cámaras online

Especialmente llamativas son las instalaciones móviles autónomas que han sido implementadas para permitir la observación durante 24 horas al día del lince ibérico entre otros, pero los sofisticados instrumentos distribuidos por el parque facilitarán el estudio de muchas otras especies, tanto de fauna como de flora, el análisis de la calidad del aire y el seguimiento meteorológico en general.

Toda la información recogida será centralizada en un almacen de datos, donde tras ser filtrada será distribuida a través de la red tanto a la comunidad científica como al público general, que podrá no sólo asistir en directo a la vida en el parque sino incluso operar con las cámaras en él situadas.

El sistema de 16 cámaras, recoge a tiempo real información sobre la fisiología y metabolismo de las plantas y suelos, meteorología, seguimiento de vertebrados e insectos, niveles de agua y actividad humana. Cualquier usuario podrá manejarlas de forma remota, operando por ejemplo con el zoom o la dirección del objetivo, y elegir a voluntad la vista sobre los linces y murciélagos o la actividad de la laguna de Santa Olalla.

Otra de las herramientas implementadas por SATEC es una serie de radares costeros que servirá para estudiar las corrientes superficiales y conocer la evolución de las deposiciones de arena o sedimentos del río y el mar, así como la circulación del agua,y constituirá un sistema de alerta temprana y permitirá prevenir catástrofes como las derivadas de los vertidos de los barcos, precisamente cerca de una zona, el Estrecho, donde el riesgo de éstos es muy elevado debido al intenso tráfico marítimo.

Furtivos

Respecto al proyecto en general, según Teresa Taubmann, directora general de operaciones de SATEC, “una vez concluida la fase inicial, los próximos pasos del mismo contemplan extender la cobertura a otras zonas del entrono rural de Doñana, experimentar con nuevas tecnologías de observación y medida para ir incorporándolas, así como mejorar el sistema de explotación de datos para hacerlo cada vez más cómodo y rápido.”

El proyecto pues, provisto y respaldado por las más avanzadas tecnologías de la información, servirá de puente entre la comunidad científica y la sociedad, y, según Taubmann, “hara accesible el conocimiento mediante la divulgación de la ciencia y sin perder el rigor a todos los ciudadanos, en cualquier momento y desde cualquier lugar”.

“En cualquier momento y desde cualquier lugar” podrán ser también descubiertos, mediante semejante profusión de dispositivos de vigilancia y control, los cazadores furtivos que ocasionalmente hacen sus incursiones en el parque, quienes se contarán quizá, junto a los comensales que de cuando en cuando degustan las piezas cobradas junto a la desembocadura del Guadalquivir, entre los pocos detractores del Proyecto Doñana.