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El fin del mundo ya tuvo lugar

Ficha Técnica

Título: El fin del mundo ya tuvo lugar (esto no es una crisis)
Autor: Oscar Scopa
Edita: Akal www.akal.com. Madrid. Primera edición, 2012
Colección: Pensamiento crítico
Materia: Filosofía
Número de páginas: 192 págs.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-460-3615-9
PVP: 14 €

El fin del mundo ya tuvo lugar (esto no es una crisis), es un ensayo del filósofo Óscar Scopa que propone una lectura polémica y esclarecedora de lo que comúnmente se llama crisis. Argumenta, desde un punto de vista filosófico, no tanto sobre la economía como en torno al discurso económico y sus «contradicciones desacreditantes».

“Si este momento detectado en la vida de los humanos, dice Scopa, sólo fuera una crisis podemos esperar lo peor. Desde el siglo XVIII específicamente, lo económico y una versión de la economía se instauraron en el centro y eje de la vida de los humanos occidentales. Ese lugar central se viene malgastando por precipitación, al menos desde 1848.

Eso que llaman «crisis» no es otra cosa que el proceso de acumulación de capital fantasma más desaforado que podamos recordar en la historia del capitalismo. El mismo actúa, en esta instancia, bajo la forma de una agresión violenta contra la ciudadanía, especialmente la de los países que se autoproclamaban desarrollados.

Sostenido durante dos siglos por la crítica, lo económico verificó su lugar de eje del cambio en la construcción modélica de la modernidad, ese periodo que nos ha abandonado por las suertes de la historia y sus actores. Un edificio sin cimientos, sostenido por sueños abstraídos e ideales sin asidero. Resumidero voluntarista y barroco”.

A pesar de ello, “la fe que aún sostiene a los valedores de esta economía, dice el autor, fue añadiendo ciencias anquilosadas con el fin de sustentar la creencia: matemáticas, física, policiales, psicológicas, teoría política y militar e, inclusive, religiones especificadas y sus consecuencias jurídicas.”

Se reconozca o no, nos encontramos ante el fin de un mundo. “Aceptar la muerte de la modernidad ha sido difícil para los que aún sostuvimos su existencia, reconoce el ensayista. Aceptar que esta muerte conllevará al exitus muchas de las disciplinas que las sostuvieron será aún más difícil. Y, sin embargo, cierto.”

En fin… “En estas páginas hay más cuestionamientos que respuestas, más problemas planteados que soluciones adquiridas. Por qué. En primer lugar, gracias a la premisa del no-saber analógico, catastrófico en sus superficies. En segundo lugar, y principalmente, porque durante estos últimos 35 años fatídicos la frase preferida de censura de políticos, sociólogos, economistas, era que «traigan soluciones, no problemas».

Lo que se desprendía de aquella censura de festejantes científicos (fuese éste moderno o precartesiano): si no hubiese habido seres humanos que plantearan problemas, no hubiese habido soluciones y tampoco habría habido ciencia. Tanto la una como las otras se logran soportando que el problema no coincida en el tiempo y el espacio con la solución. Es un algo que pide el objeto.

Sabiendo que la solución puede no hallarse jamás y de allí desprenderse una condena académica o sistémica, las «soluciones» que se han dado en realidad no son más que coincidencias forzadas con el fin de aprobar anquilosadamente la proyección del poder en movimiento continuo.

La solución es recrear el territorio. «Pero eso está prohibido». Sólo en el territorio se pueden crear superficies que, en el mismo problema que plantean, manifiestan la solución. El problema –y por lo tanto la solución al colapso- es, pues, superficial.

Ese es el riesgo al que nos enfrentamos, el verdadero riesgo: plantear problemas al poder desde la ciencia (episteme). Lo demás es la «acritud» que pide el poder en circulación continua para ser plenamente aceptado en sus filas. Primera condición: no renunciar a la globalización; es lo que exige el total.

Índice

El fin del mundo ya tuvo lugar
En fin
Coda y da capo
Notas paralelas

Datos del autor

Oscar Scopa es filósofo y escritor, ha publicado numerosos trabajos científicos en Europa y América. Entre sus libros cabe destacar Cavas y miñangos (1985), Fachada (1986), «Camporégano]i (1997) o Nostálgicos de aristocracia (2005). En la actualidad ejerce la docencia en la Universidad Carlos III de Madrid.