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Espacio, segregación y arte urbano en el Brasil

Ficha Técnica

Título: “Espacio, segregación y arte urbano en el Brasil”
Autora: Teresa Caldeira
Edita: Katz editores

Muros, cercas, enclaves fortificados, grafitis y pichações configuran una cierta clase de espacio público en el cual los signos de la desigualdad y la tensión social son inconfundibles. Los gestos de abandono de lo público en favor de espacios privados y protegidos coexisten con gestos que se reapropian transgresivamente de lo público para inscribir marcas que expresan la desigualdad social. En este contexto, sin embargo, las tensiones sociales y las desigualdades no se expresan y negocian en lenguajes políticos convencionales.»

Fragmento de la obra

«¡Vine a sabotear tu raciocinio!»
Violencia y resignificaciones de la justicia en el Brasil

El incremento de la violencia urbana es uno de los problemas más inextricables del Brasil contemporáneo y uno de los desafíos más significativos para la efectiva democratización de la sociedad brasileña. En las últimas dos décadas, tanto la violencia urbana como la democracia se arraigaron en el Brasil en un contexto en el que la neoliberalización también fue transformando las instituciones del Estado y modificando la vida económica y social. En lugar de servir para desalentarse mutuamente, la violencia y la democracia se expandieron de modos interconectados, paradójicos y en ocasiones simplemente sorprendentes. En el Brasil, la democratización se desarrolló como resultado del ingenioso compromiso de los ciudadanos, en especial a través de los movimientos sociales en las periferias urbanas. Después de veinte años de régimen democrático, los procedimientos y los imaginarios de la democracia están muy arraigados entre los brasileños, aunque esta democracia sea disyuntiva. El incremento de la violencia urbana es uno de los procesos que desafía más directamente a la democratización y simultáneamente deteriora las condiciones de vida en las ciudades.

En los últimos veinte años, los más diversos grupos sociales en el Brasil -desde políticos hasta presos, desde miembros de movimientos sociales hasta policías, desde ricos hasta pobres, desde blancos hasta negros- se han familiarizado con el lenguaje y los procedimientos de la democracia. Han aprendido a hacer uso de las nociones de derechos, justicia y ciudadanía para presentar sus demandas, lo que indica hasta qué punto la democracia se ha vuelto políticamente hegemónica. Sin embargo, a pesar de su legitimación, los sentidos asociados a nociones tales como derechos y justicia han permanecido inestables y discutibles, y también están asociados con prácticas sociales bastante contradictorias.

En este ensayo analizo tres modos en los cuales las nociones de derechos y justicia han sido articuladas en el Brasil democrático. El primer ejemplo muestra cómo los movimientos sociales urbanos utilizaron nociones de derechos para exigir que los residentes pobres de las periferias urbanas fueran reconocidos como ciudadanos y para demandar que el Estado transformara las políticas urbanas y mejorara los lugares donde viven. Los movimientos para la reforma urbana indican uno de los modos en los cuales la democratización se ha arraigado en la sociedad brasileña y cómo la experiencia política de los movimientos de base en la administración local, la inventiva legal y la movilización popular ha construido su espacio en la ley federal. El segundo ejemplo se refiere directamente a la cuestión de la violencia y el delito. Es en relación con este universo que se producen algunas de las más perversas articulaciones de las nociones de derechos y justicia. Los casos que analizo incluyen la campaña para impugnar la legitimidad de las demandas por los derechos humanos, las expresiones de apoyo a la violencia policial, y algunas demandas de los grupos del crimen organizado. En todos los casos, las referencias a los derechos y la justicia están asociadas a intentos por socavar las prácticas democráticas y las instituciones. El tercer ejemplo también se refiere a la cuestión de la violencia. Analizo los movimientos hip-hop y sus intentos para controlar la proliferación de violencia y muerte entre los residentes jóvenes de las periferias pobres. Estos jóvenes utilizan la música, el baile y el grafiti para articular lo que ellos llaman «actitud», un nuevo código de conducta que podría permitir a los hombres jóvenes pobres, especialmente negros, sobrevivir en medio de la violencia generalizada. Para los grupos hip-hop, las instituciones democráticas son ineficaces, injustas y sospechosas. Por lo tanto, sus debates acerca de la justicia están enmarcados por una perspectiva moral y, en ocasiones, religiosa.

Para los tres análisis, los datos provienen en su mayor parte de la ciudad de São Pablo, donde he estado haciendo trabajo de campo desde fines de la década de 1970. La yuxtaposición en este ensayo de esas diferentes perspectivas sobre cuestiones de derechos, justicia y ciudadanía revela la incertidumbre y el debate que existe en relación con estas nociones en el Brasil contemporáneo. Además, sugiere que el principal desafío para la expansión de la democracia y el control de la violencia es la creación de espacios públicos donde las cuestiones de desigualdad y racismo puedan tratarse sin cinismo y negación, y simultáneamente la creación de instituciones capaces de dar sentido a las nociones de justicia y de protección de las vidas y cuerpos de los subalternos.

Datos de la autora

Teresa Caldeira es profesora del departamento de Antropología de la Universidad de California, Irvine. Ha dictado clases en la Universidad de Campinas (Unicamp), Brasil, y fue investigadora del centro brasileño de Análisis y Planificación (Cebrap) y profesora invitada de la Universidad de São Paulo. En sus investigaciones ha abordado las problemáticas de la discriminación social, la desagregación espacial, la violencia urbana, los movimientos sociales y la participación política popular. En los últimos tiempos, sus estudios se han centrado en la redefinición del género y de los roles generacionales entre la juventud de São Paulo en el contexto del neoliberalismo. En 2001, la Sociedad Americana de Etnología le otorgó el Senior Book Prize por su obra ‘Ciudad de muros’, en la que analiza el modo en que el aumento de la violencia y del miedo, así como la falta de respeto por los derechos de la ciudadanía, han dado lugar a nuevos patrones de discriminación social y de segregación espacial.