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Los antidepresivos retrasan el cáncer en ratones provocando la autofagia celular

Los científicos han estado explorando la conexión entre los antidepresivos tricíclicos y el cáncer cerebral desde principios de 2000. Hay alguna evidencia de que los medicamentos pueden bajar el riesgo de desarrollar glioblastomas agresivos, pero cuando se les daba a los pacientes después del diagnóstico en un pequeño ensayo clínico, los antidepresivos no mostraron ningún efecto como tratamiento.

En un estudio que aparece en Cancer Cell, investigadores suizos han descubierto que los antidepresivos funcionan contra el cáncer de cerebro aumentando excesivamente la autofagia tumoral (un proceso que hace que las células de cáncer se coman a sí mismas). Los científicos combinaron luego los antidepresivos con anticoagulantes -de los que también se sabe que aumentan la autofagia- como un tratamiento para los ratones con las primeras etapas de glioblastoma humano. La vida útil del ratón se duplicó con la terapia de combinación de drogas, mientras que cualquiera de los fármacos solos no tuvo ningún efecto.

El autor principal del estudio, Douglas Hanahan, del Instituto Federal Suizo de Tecnología (EPFL), reconoce en la nota de prensa de Cell Press, recogida por EurekAlert!, que no está claro si los pacientes podrían beneficiarse de este tratamiento. «Esta estrategia es provocativa, pero está en una fase inicial de la evaluación, y requerirá un considerable seguimiento para evaluar su potencial.»

Los ratones recibieron la terapia de combinación 5 días a la semana con intervalos de 10-15 minutos entre fármacos. El antidepresivo se administró por vía oral, y el otro fármaco (el diluyente de la sangre o anticoagulante) se inyectó.

Los datos sugieren que los fármacos actúan de forma sinérgica mediante la interrupción, en dos lugares diferentes, del camino biológico que controla la velocidad de la autofagia -un sistema de reciclado celular que a niveles bajos aumenta la supervivencia celular en condiciones de estrés. Los dos medicamentos trabajan juntos para hiper-estimular la autofagia, haciendo que las células cancerosas mueran.

«Es importante destacar que la terapia de combinación no cura a los ratones, sino que retrasa la progresión de la enfermedad y amplía modestamente su vida útil», dice Hanahan. «Parece probable que tenga que ser combinada con otras clases de fármacos contra el cáncer para que beneficie a pacientes con gliblastoma».

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Un estudio publicado hace un año demostró que la proteína de unión K506 51 (FKBP51) regula los efectos agudos y crónicos del tratamiento con antidepresivos a través de vías autofágicas en ratones y está vinculada a la respuesta clínica a los antidepresivos en los seres humanos.

Según Theo Rein y sus colegas del Instituto Max Planck de Psiquiatría (Alemania), esta relación permite disponer de marcadores predictivos sobre el resultado de los tratamientos con antidepresivos.

En otro estudio, publicado en julio, se advertía de que la autofagia también puede contribuir a la supervivencia de tumores, protegiendo a las células tumorales ante condiciones adversas.

Las células cancerígenas tienen una serie de necesidades que son deficientes en el microambiente en el que se reproducen. Esto cambia cuando hay problemas de salud, que incrementan las posibilidades de crecimiento de tales células. A nivel tumoral, el proceso de autofagia aporta nutrientes a las células cancerígenas y regula el proceso inflamatorio inducido por necrosis.

Referencia bibliográfica:

Ksenya Shchors, Aristea Massaras, Douglas Hanahan. Dual Targeting of the Autophagic Regulatory Circuitry in Gliomas with Repurposed Drugs Elicits Cell-Lethal Autophagy and Therapeutic Benefit. Cancer Cell (2015). DOI: 10.1016/j.ccell.2015.08.012