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Nuevos materiales favorecerán la fabricación de coches biodegradables

Un equipo de investigadores de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, está desarrollando materiales que, en un futuro, servirán para fabricar coches biodegradables.

Según publica la revista theEngineer, concretamente los científicos están trabajando con fibras de palma aceitera o palma de aceite para diseñar una sustancia que permita fabricar paneles de fuselaje que se descompongan y que sean, en parte, reciclables.

En un futuro, dichos paneles podrían llegar a biodegradarse completamente, afirman los investigadores.

El equipo de la Universidad de Sheffield trabaja para conseguir combinar las fibras naturales antes mencionadas, actualmente utilizadas en la construcción para prevenir la erosión de suelos, con resinas sintéticas, para crear una sustancia resistente al agua, fuerte y rígida.

Las resinas sintéticas son materiales con propiedades similares a las de las resinas naturales, esto es, son líquidos viscosos que pueden endurecerse.

Según declara en theEngineer una de las autoras de la investigación, la especialista en mecánica de materiales compuestos del Sheffield Polymer Centre, Elaheh Ghassemieh, la principal dificultad técnica que actualmente presenta el proyecto es que las fibras naturales no se adaptan bien a los sistemas sintéticos con los que se está trabajando.

Ghassemieh señala que, por ello, habrá que desarrollar algún tipo de adhesión mecánica o química que permita su unificación.

Al mismo tiempo, las fibras naturales casan bien con la humedad y, por absorción de ésta, cambian inmensamente sus propiedades. Como consecuencia, pueden dar lugar a un compuesto con una fuerza muy reducida, explica la investigadora.

Disponible en tres años

El futuro material será diseñado de tal manera que la resina sintética que lleve incorporada pueda ser sustraída de él y reciclada, dejando sola la fibra para que ésta se degrade, a una temperatura relativamente baja.

Ghassemieh cree que dicho material necesitaría tener una vida útil de al menos ocho años, para que pueda ser utilizado por los fabricantes de coches.

El equipo de investigadores espera tener lista una muestra completa de este material parcialmente reciclable en tres años, para después pasar a crear otra versión del mismo, en este caso completamente degradable, usando resinas naturales para la fabricación.

El desafío de este material futuro, siguiente paso del proyecto, radicará en que las resinas naturales con las que se cuenta por ahora no presentan todas las propiedades que se necesitarían.

Presión europea

El interés por la fabricación de coches sostenibles ha ido aumentando en las últimas décadas, especialmente a partir de la aparición en 2000 de la Directiva de la Unión Europea, relativa a los vehículos al final de su vida útil.

Esta Directiva pretende disminuir la cantidad de residuos procedentes de vehículos, por lo que ha animado a los fabricantes o importadores de vehículos a Europa a que reduzcan el uso de sustancias peligrosas en sus vehículos nuevos, a diseñar y construir vehículos que faciliten la reutilización y el reciclado, y al uso de materiales reciclados en la fabricación de los coches.

A pesar de dicho interés y de la presión ejercida por la Directiva, “los fabricantes de coches son uno de los grupos más resistentes a los cambios en lo que a nuevos materiales se refiere”, afirma Ghassemieh.

Implantar su uso en la industria automovilística resultará, por tanto, una tarea ardua. La investigadora planea, aún así, presentar el material a los fabricantes de automóviles, una vez que el proyecto se encuentre en un estadio más avanzado.

Ghassemieh espera que, a medida que las regulaciones sean cada vez más exigentes, los fabricantes se vean obligados a modificar sus estrategias de fabricación.

Otros esfuerzos

Anteriormente, hemos sabido de otros esfuerzos por hacer coches con materiales biodegradables. Por ejemplo, en 2008, Kerry Kirwien, ingeniero de la Universidad de Warwick, en el Reino Unido, daba a conocer el primer coche de carreras fabricado con plásticos biodegradables y propulsado por bioetanol.

Por otro lado, en 2009, AIMPLAS (Instituto Tecnológico del Plástico con sede en Valencia) anunciaba el desarrollo de biomateriales para la automoción, obtenidos del aceite de soja y de fibras naturales, como el lino o el cáñamo.