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Perder el acceso a las TIC puede generar procesos de ansiedad

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son una de las herramientas más beneficiosas para el desarrollo de una sociedad. Ello es debido a que fomentan el desarrollo empresarial, la comunicación, el acceso a la información y, en determinadas situaciones, el aprendizaje no formal. Aún así, cualquier tipo de artefacto, por muy beneficioso que sea, puede convertirse en un problema.

Precisamente, Megan Scott advierte, en la revista Technology News, que la gran cantidad de tiempo que pasan los adolescentes conectados a un ordenador, a un móvil o a un reproductor MP3 puede ocasionar ansiedad. De hecho, cada vez son más los lugares que limitan o prohíben los aparatos electrónicos (colegios, campamentos, etc.), lo que puede ocasionar que si una persona tiene cierta dependencia, genere un estado que podría denominarse de tecnoansiedad fruto de una invisibilidad social autopercibida.

Comportamientos sociales

En las calles de cualquier ciudad o pueblo, es habitual ver como los chicos y chicas escuchan música a través de su teléfono móvil, tanto solos como acompañados. También es normal que un adolescente mantenga el contacto con sus amigos a través de las diversas redes sociales, que empleen la wikipedia en lugar de las enciclopedias clásicas, etc.

Esto indica una manera de relacionarse, hasta ahora completamente desconocida, tanto a nivel social como con el mundo. En este sentido, tal y como afirma Daniel H. Cabrera en su libro Lo tecnológico y lo imaginario, la consideración de las nuevas tecnologías como expresión de lo nuevo, así como el optimismo y la confianza en ellas, hacen que los adolescentes busquen identificarse con ellas. Es decir, si un adolescente tiene un iPod, un móvil, un netbook, etc. último modelo tiene una mayor confianza en sí mismo fruto, en parte, del uso de esta tecnología.

Fruto de este comportamiento social, si un adolescente no tiene acceso a estas tecnologías puede llegar a sufrir tecnoansiedad. Ello implica un proceso de ansiedad psíquica a causa de determinado nivel de dependencia tecnológico. Esta situación de ansiedad no sólo la pueden sufrir los adolescentes.

La generalización de los móviles, ha hecho que muchos padres les den acceso constante a sus hijos a estos terminales con la intención de poder hablar con ellos en cualquier momento y viceversa. De este modo, tanto los padres como las madres se sienten más tranquilos. El problema viene cuando a los hijos no se les permite el acceso a las TIC. En este momento, algunos adultos pueden sufrir también determinados episodios de ansiedad fruto de esa desconexión.

La opinión de los expertos

Nelso Rúa Ceballos, desarrolló una ponencia en el I Congreso Iberoamericano de CTS+I en la que afirma que las TIC están siendo uno de los grandes motores del progreso, aunque su uso también está creando una especie de sociedad del aislamiento y del egoísmo. Ello es debido, dice este investigador, a que los seres humanos estamos siendo bombardeados por tal cantidad de estímulos e información que nos sume en un estado de fascinación y adicción (al que hicimos mención antes) con el que afloran actitudes aislacionistas.

Parece que existe un consenso generalizado entre los psicólogos sobre los beneficios de la desconexión. De hecho, la psicóloga Fernanda Mosquera concuerda con los peligros del exceso del uso de estas tecnologías. Asimismo, María Solona de la Universidad Jaume I considera que la adicción a la tecnología es un daño psicosocial emergente.

La cuestión finalmente está en saber, entonces, si esta posible desconexión que defienden los psicólogos, entra en conflicto con los intereses comerciales de las empresas del sector de las TIC.