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Se exacerba la lucha por el espectro radioeléctrico

La transmisión de voz y datos a través de ondas de radio es una de las dos alternativas básicas disponibles para las telecomunicaciones actuales (la otra es la transmisión por cable) y presenta grandes ventajas, como su bajo coste de despliegue y la posibilidad de hacer llegar información a puntos móviles, lo que constituye la base de la telefonía celular.

Sin embargo, existe también un importante inconveniente para esta modalidad de transmisión: su medio es la atmósfera, y en ella no pueden entremezclarse las ondas porque, de ser así, ninguna de ellas resultaría comprensible. Desde siempre se ha impuesto, por tanto, una gestión del espectro o de las frecuencias de onda para las transmisiones.

Una conquista pendiente

Tal y como explica el Centro de Análisis de la Sociedad de la Información y de las Comunicaciones (Enter en un comunicado, en el terreno de las telecomunicaciones el espectro sigue siendo un recurso escaso y representa un obstáculo para la competencia de este mercado. No todos los operadores pueden acceder a su utilización, por lo que se muestra como una barrera absoluta a la entrada de agentes en el suministro de determinados servicios: sólo aquellos agentes que dispongan de espectro podrán, en principio, prestar determinados servicios de telecomunicaciones.

Ante esta situación, parece razonable plantearse nuevas posibilidades en la gestión de este recurso escaso, que contribuyan a optimizar su utilización por los agentes, en un contexto de competencia como el actual.

Por esa razón, en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones CMR 07, organizada por la Unión Internacional de Comunicaciones (UIT, para octubre de este año en la ciudad de Ginebra, se revisarán los reglamentos de las radiocomunicaciones y se fijarán nuevas normas de utilización del espectro a escala planetaria, que permitirán gestionar el espectro en los próximos años.

Revisión necesaria

De cara a esta conferencia, el IDATE (consultora francesa especializada en telecomunicaciones) acaba de hacer público asimismo un nuevo informe en el que se analizan las razones del aumento de la demanda del espectro de radio.

Así, el IDATE señala que este crecimiento está originado por un número también en aumento de agentes y de tecnologías que necesitan acceder al espectro para su desarrollo e implantación.

El aumento de esta demanda depende, por ejemplo, del desarrollo de los servicios móviles de voz y datos, que ha producido un desmesurado crecimiento del tráfico en redes móviles, especialmente en áreas con gran densidad de población. Además, se prevé que los futuros servicios sin cable anunciados necesiten más espectro y una banda de mayor amplitud que la disponible actualmente.

Enter, por su parte, señala en la nota anteriormente mencionada que el problema del espectro no está tanto en su escasez como en su mala gestión, de la que responsabiliza a los gobiernos y a la ausencia del desarrollo tecnológico suficiente.

Factores en contra

Enter explica el problema de la siguiente forma: el reparto de tan escaso recurso ha quedado en manos de los gobiernos, que son los que establecen qué bandas de frecuencias se van a poder utilizar para cada cosa. Estas decisiones vienen condicionadas a su vez por la planificación realizada a nivel internacional, por organismos como la UIT, habida cuenta de la necesidad de cooperar con países limítrofes, con el fin de evitar que el uso nacional del espectro interfiera con el uso propio de otros países, o para definir servicios globales (por ejemplo, vía satélite).

También hay un límite del uso del espectro derivado de la tecnología, afirma Enter: el uso del espectro exige la modulación y demodulación de la información que generamos, para situarla en una frecuencia determinada, de forma que no se produzcan interferencias con las restantes señales emitidas.

Para poder modular una señal es necesario contar con una señal básica a la frecuencia a la que se quiere modular. En tanto la tecnología no es capaz de producir una frecuencia determinada de forma viable comercialmente, dicha frecuencia no se puede utilizar para servicios de telecomunicaciones.

Gestión por parte del mercado

En la actualidad, este límite tecnológico está en el entorno de los 50 GHz, y en él caben 10.000 canales de televisión y unos 6 millones de llamadas. Pero, aunque ingente, resulta cada vez menos suficiente debido a la ineficacia de su gestión.

Enter señala al respecto que los principios de la propuesta de la Comisión Europea son de los ser más razonables: hay que dejar al mercado que utilice el espectro de la forma que considere mejor. Y esto implica dejarle que decida qué servicios suministrar, con qué tecnología hacerlo, qué ancho de banda utilizar.