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Un informe de WWF demuestra que otro modelo energético es posible

Con el objetivo de ‘Asegurar el clima del futuro’, la ONG WWF y la Fundación AXA presentaron ayer, 22 de enero, en Madrid el informe ‘Hacia un nuevo modelo energético’.

Según este documento, para mitigar los impactos del cambio climático provocados por el sector energético, es urgente un cambio en la forma de producir la energía que contemple una drástica reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y apostar por las energías renovables y por la eficiencia energética.

El informe es fruto de dos años de trabajo de la ONG en colaboración con la Fundación AXA en la campaña ‘Asegura el clima del futuro’, publica WWF en un comunicado.

Políticas y medidas necesarias

El cambio climático es el reto ambiental más grave al que se enfrenta nuestra sociedad. Sin embargo, las acciones que se están realizando para frenarlo no son suficientes, por lo que los fenómenos climáticos extremos que amenazan ecosistemas y poblaciones van en aumento.

El informe ‘Hacia un nuevo modelo energético. Propuestas de WWF’ demuestra que la lucha contra el cambio climático requiere políticas energéticas adecuadas orientadas hacia un modelo libre de emisiones, basado en el ahorro, la eficiencia y en las energías renovables.

No obstante, la realidad muestra un incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector energético debido, sobre todo, a la quema de combustibles fósiles.

Para conseguir este nuevo modelo de desarrollo descarbonizado que permita paliar los efectos de cambio climático, es necesario que los países desarrollados y la Unión Europea reduzcan las emisiones contaminantes entre un 80 y un 95% para 2050 respecto a 1990.

Para lograr esta meta, WWF considera que en 2030 tendrían que disminuir dichas emisiones un 55% y haber alcanzado una cobertura energética del 45% con renovables, además de lograr un 40% de eficiencia energética.

Además, debería implantarse una política energética que promueva un marco regulatorio estable para las renovables y la eficiencia energética; así como poner fin a las subvenciones a los combustibles fósiles para redirigirlas hacia las renovables, que son la única forma de asegurar el futuro energético y el clima del futuro.

La CE lanza una “débil propuesta”

Ayer, la CE presentaba en Bruselas su ‘White paper’, el nuevo paquete de clima y energía con los objetivos y estrategia para 2030. También según WWF, éste constituye una “débil propuesta”, pues sugiere un objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (40%) que no alcanza lo que pide la ciencia; así como un objetivo de energías renovables bajo (27%), que no es legalmente vinculante para los Estados Miembros.

Por otra parte, la Comisión ha aplazado el objetivo de eficiencia energética; la cancelación del exceso masivo de carbono en el Sistema de Comercio de Emisiones; y el cierre de las lagunas existentes en la legislación europea sobre el fracking.

Presión ciudadana

En España, la política energética cortoplacista y la nueva reforma energética tampoco aseguran el clima del futuro. En concreto, la nueva Ley del sector eléctrico favorece el mantenimiento del actual sistema eléctrico, penaliza al sector de las energías renovables e impide que el autoconsumo sea una realidad, denuncia WWF.

En declaraciones recogidas por Europapress, la responsable del programa de cambio climático de WWF, Mar Asunción, definió ayer además como inadecuada la falta de apoyo de nuestro país al objetivo del 27% de renovables en 2030 vinculante para los Estados Miembros; y aseguró confiar en la presión de las movilizaciones ciudadanas para fomentar un cambio de postura.

«Plataformas, organizaciones y empresas estamos convencidos de que otro objetivo es posible porque hay muchas personas en situación de pobreza energética y, por eso, colectivos sociales de toda Europa están uniéndose para contrarrestar los intereses del oligopolio eléctrico que perjudican a todos los ciudadanos», concluyó Asunción.

A nivel individual, los ciudadanos también se movilizan. Por ejemplo, muchos españoles están cambiando las grandes compañías eléctricas por cooperativas o pequeñas comercializadoras de energía renovable (como Som Energia o Gesternova); o pasándose al autoconsumo, incluso a pesar de la complejidad que éste implica por la nueva regulación preparada por el Gobierno, explica El País.