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El cerebro no tiene la culpa de la adicción al juego

Una desarrollada en la Universidad de Alberta ha cuestionado un estuduio científico de hace una década acerca del comportamiento humano en relación con los juegos y las apuestas. Los resultados se publican en la revista Neuron. La anterior, desarrollada en 2009 en la Universidad de Cambridge, estableció que cuando una persona va perdiendo apuestas en el juego, se activa un circuito cerebral que le impulsa a seguir jugando y, la mayoría de las veces, a perderlo todo. Los investigadores de Alberta revisaron décadas de estudios sobre el comportamiento de los juegos de azar, tanto en humanos como en animales, y luego realizaron experimentos en animales y humanos para testar el comportamiento ante esas situaciones, y no encontraron relación alguna entre el cerebro y esa adicción. Mientras que el experimento animal del estudio observó el comportamiento de juego en las palomas cuando buscan comida, el experimento humano del estudio fue una réplica directa del juego de azar. Se pidió a casi 300 participantes que jugaran en un simple programa de ordenador en el que  una flecha giratoria caería en un círculo. Si la flecha aterrizaba en la mitad del círculo seleccionado por el participante, a la persona se le pagaban 40 centavos. Si aterrizaba en la mitad que no seleccionaron, el participante no recibía nada. Las personas del estudio recibieron instrucciones de ganar la mayor cantidad de dinero posible. Tenían 50 minutos para jugar, y podían parar cuando quisieran. Entre los participantes que los investigadores determinaron ser estadísticamente significativos, los resultados no mostraron evidencia de la estimulación cerebral del efecto cercano a la pérdida en el juego. Eso significa que cuando una persona acude a un y se pregunte por qué no dejó de apostar cuando había perdido casi todo su dinero, deberá saber que no se debe a una reacción cerebral. La explicación habría que buscarla en otros factores todavía desconocidos.

RedacciónT21