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El 90% de los viajeros no quiere asientos reclinables en los aviones

Un informe encargado por el metabuscador de vuelos desvela que más del 90% de los viajeros internacionales no quieren asientos reclinables en los aviones. Además, el estudio añade que a casi un tercio de los encuestados les causa malestar y el 3% afirma haber sufrido alguna lesión con ellos. De hecho, la idea de su prohibición es música celestial para los oídos de los tripulantes de cabina: más del 60% (según una encuesta internacional realizada a más de 900 miembros de tripulación de cabina a través de ) afirman haberse visto envueltos o haber sido testigos de una discusión entre pasajeros con motivo de los asientos reclinables. El fuerte apoyo para un cambio legislativo en relación a los asientos reclinables tiene sentido, según la británica Becky Spelman: "El efecto de reclinar el asiento puede causar al viajero que está sentado detrás emociones negativas diversas como ira, estrés, ansiedad, frustración y malestar. Este impacto emocional puede dar lugar a toda una serie de comportamientos inútiles, como la furia de los pasajeros". En parte, todo esto se produce porque, en líneas generales, hay dos tipos de personalidad cuando se viaja, explica la doctora Spelman. Por un lado, está el 'alma altruista', considerada con los demás, y por otro, el ‘alma egoísta', que tratará de aumentar su comodidad a costa del otro, concreta. De hecho, la encuesta de Skyscanner revela que el 70% de los viajeros seguiría reclinando su asiento aun teniendo a una embarazada detrás y al 80% no le importaría hacerlo aunque el pasajero fuera una persona mayor o estuviera delicada. Las mujeres entre 18-24 años son las más propensas a mostrar la personalidad altruista, según el estudio, mientras que los hombres entre 40 y 50 años tienden más a exhibir características de ‘alma egoísta’. "Un asiento reclinado en un avión puede tener un impacto negativo en la experiencia general de vuelo de una persona, sobre todo, si el pasajero de delante está siendo especialmente desconsiderado", añade la doctora Spelman. Y si bien estas emociones negativas pueden reducirse simplemente pidiendo permiso para reclinar el asiento, el estudio ha desvelado que un tercio de los pasajeros está demasiado preocupado por la reacción que puedan recibir mientras que la mayoría, el 64%, jamás lo ha hecho. "Partiendo de esta competencia entre ‘almas egoístas’ y ‘altruistas’, establecer tiempos para reclinar asientos en los aviones podría conducir a una experiencia mejorada para los pasajeros", afirma la doctora. Spelman concluye que "estas reglas tienden a garantizar una mejor cohesión social, ya que la gente está obligada a obedecer límites. Si bien las normas ponen un límite a la elección personal de los pasajeros para que tengan también su propia comodidad, la gente en general se adhiere a ellas, aceptando que es lo justo. Esto podría conducir a una experiencia de vuelo más agradable para la mayoría".

RedacciónT21