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Estudio alerta del peligro de la contaminación de las aguas con antivirales y antibióticos

Muchos de los fármacos que se emplean para prevenir o tratar la gripe permanecen activos cuando van a parar al alcantarillado y, en el supuesto de una pandemia, grandes cantidades de estas sustancias podrían acabar en las depuradoras de aguas. En tal caso, ¿podrían cumplir su cometido estas instalaciones? Un equipo internacional de científicos financiado en parte por la Unión Europea ha estudiado esta cuestión. Los autores del estudio indagaron en las concentraciones de fármacos antivirales y antibióticos que podrían ir a parar a las aguas residuales, utilizando para ello un modelo informático con el que simularon las cantidades de fármacos que probablemente se usarían en pandemias de gripe de distinta gravedad. De este modo, se constató que una concentración elevada de antivirales y antibióticos en las aguas residuales podría inhibir el crecimiento de los microorganismos utilizados en estas instalaciones para eliminar nutrientes dañinos, mermando así la eficacia de la depuración. Esta situación podría repercutir sensiblemente en la calidad del agua para beber y en el medio ambiente. En resumidas cuentas, la posible dispersión a gran escala de antivirales y antibióticos por el medio ambiente podría acelerar el desarrollo de patógenos resistentes, lo cual a su vez afectaría a la salud humana tanto durante como mucho después del final de una epidemia, advierten los investigadores.

RedacciónT21