En este nuevo capítulo de “La ciencia mola”, Graciela nos enseña un nuevo principio físico, el principio de los vasos comunicantes.
Necesitaremos los siguientes materiales:
- Dos pajitas con fuelle
- Un recipiente con agua
- Un recipiente vacío
En primer lugar, tomamos las dos pajitas y las unimos introduciendo una dentro de la otra. Para asegurarnos de que están bien sujetas y que no pasa aire, usamos un poco de cinta adhesiva.
En segundo lugar, introducimos las pajitas en ambos vasos a la vez, y vemos que no sucede nada.
Después, haremos lo mismo, pero sacando el aire de las pajitas. ¿Cómo hacemos esto?, pues muy sencillo, simplemente absorbiendo y llenando de agua las pajitas. Tras esto colocamos de nuevo las pajitas con cuidado en los dos vasos. ¿Qué sucederá ahora?
Pues que el agua pasará del vaso lleno del agua, al vaso vacío y se quedarán al mismo nivel el uno del otro. Este es el llamano principio de los vasos comunicantes.
Según este principio, al tener un mismo fluido dentro de varios vasos diferentes y que estén comunicados entre sí, como en este caso mediante las dos pajitas; la altura que va alcanzar el fluido en los dos recipientes será la misma. Por eso, si elevamos uno de ellos, se empieza a traspasar el agua del que está más alto al que está más bajo, pero al final se van a quedar a la misma altura. Además, esto es independiente de la forma que tenga el vaso.
Este es un fenómeno muy habitual en nuestra vida cotidiana. La variante es que nosotros hemos comunicado por arriba los recipientes y en el uso diario están comunicados por sus bases.
Este fenómeno se da en depósitos de agua potable, que se instalan en lugares más elevados que nuestras viviendas, para que así se llenen las tuberías y llegue el agua a nuestros grifos.
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