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Intisar en el exilio. Retrato de una mujer moderna yemení.

Intisar en el exilio. Retrato de una mujer moderna yemení.

Intisar en el exilio. Retrato de una mujer moderna yemení.

Pedro Riera y Sagar:  Intisar en el exilio. Retrato de una mujer moderna yemení. Bilbao: Astiberri, 2019 (224 páginas).
 
La guerra de Yemen es una de las más ninguneadas y olvidadas por los grandes medios de comunicación internacionales. El país más pobre de la península arábiga no parece suscitar mayor interés en comparación con la atención que acaparan otros conflictos en la escena mundial o en la propia región de Oriente Medio (Siria).
 
Ese desinterés informativo sobre el conflicto yemení no parece ajeno a que uno de los principales Estados involucrados es Arabia Saudí, que se ha convertido en el mayor importador de armas del mundo durante el periodo de 2014-2018. Sus principales proveedores son Estados Unidos (61 por ciento), Reino Unido (23 por ciento), Francia (3,6 por ciento), España (2,4 por ciento) y otros países (10 por ciento restante), según revela el prestigioso
Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI).
 
En esta tesitura cabe celebrar la aparición del trabajo de Pedro Riera y Sagar por partida doble: primero, porque se ocupa de explicar de manera rigurosa la complejidad de este ninguneado conflicto; y, segundo, porque su protagonista es una mujer yemení, joven, moderna e ilustrada.
 
Además de visualizar el conflicto, su exposición se realiza desde una voz crítica como la de Intisar. Tan importante es donde posa su mirada como el ángulo desde el que mira. Su voz es la de una mujer que, pese a su condición profesional (anestesista), no deja al mismo tiempo de ser marginal en medio de una sociedad de fuertes valores patriarcales. Su residencia en el exilio (Jordania) es igualmente periférica.
 
Desde este prisma aborda la situación de las mujeres yemeníes, el matrimonio, el divorcio, la vestimenta, el prestigio, el honor y, en suma, el control social que se ejerce sobre ellas. De manera que hasta un rumor puede tener consecuencias nefastas para la vida de una mujer.
 
No menos crítica es su mirada sobre las posibilidades de cambio que, al menos en Yemen, podía suscitar la ola de protestas antigubernamentales conocida como primavera árabe en 2011. Su escepticismo se pone de manifiesto al interrogarse “¿de qué sirve cambiar de presidente si no cambian las mentalidades?”
 
Considera que existían diferentes motivaciones e intereses para apoyar las citadas protestas, pero sin necesariamente compartir un proyecto común de sociedad y Estado. Más dosis de pesimismo expresa al afirmar que, en realidad, se “estaba en contra de cualquier cambio real de la sociedad”.
 
En suma, la protagonista recuerda que de poco servía el descabezamiento del régimen si no se acompañaba de su consiguiente transformación. Del mismo modo, aboga por un cambio que trascienda la esfera política e incluya también la social. Paralelamente, constata cómo los grupos sociales que inician una revuelta no necesariamente son los que la rentabilizan o, peor aún, advierte cómo puede ser reorientada, instrumentalizada y vaciada de su contenido original.
 
El apartado dedicado a la guerra es, con diferencia, el que de una forma clara y concisa expone toda su complejidad, con un recuento de sus diferentes actores, locales y regionales; además de los intereses que persiguen. Sin olvidar, quizás algo no menos importante, que todo ello se expresa en unas pocas páginas de viñetas.
 
Además de provocar una de las catástrofes humanitarias más graves de los últimos tiempos, la intervención saudí es denunciada por su alta letalidad y carácter indiscriminado sobre la población civil, su violación de los derechos humanos y  crímenes de guerra. Responsabilidades de las que no se libra ninguno de los bandos implicados como se recoge en el cómic y ha denunciado Amnistía Internacional.
 
Cabe recordar que en Yemen los logros en materia de desarrollo humano eran muy modestos. El país ocupaba la posición 158 en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) en 2012. Pero, del mismo modo que ha sucedido en Siria y Libia, el conflicto armado ha supuesto un retroceso al puesto 178 en 2017, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
 
Con dibujos de Sagar (color también de Sagar, Carlos Moreno y Alba Cardona) y guión de Pedro Riera, el texto Intisar en el exilio es muy ilustrativo de lo que sucede en Yemen. Que se exprese en el género del cómic no desmerece en un ápice su rigor, todo lo contrario. Pedro Riera, junto con Nacho Casanova, también fue el guionista de otro anterior: El coche de Intisar (Barcelona: Glénat, 2011), galardonado con el premio France 2013 al mejor cómic de actualidad y reportaje. El actual no es precisamente menos merecedor de un reconocimiento semejante.

 
 
 
 
 
 

RedacciónT21

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