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Nuestros ancestros podían masticar la cáscara de las nueces

Una investigación reciente realizada por científicos de la Universidad de Viena ha revelado novedades sobre la alimentación y las adaptaciones dietéticas que conformaron la evolución de los humanos antiguos. Así, por ejemplo, se ha descubierto que hace más de dos millones de años el Australophithecus africanus podía comer grandes nueces y semillas. La capacidad de comer alimentos difíciles de procesar podría haber sido una adaptación ecológicamente significativa, explican los científicos. El Australophitecus africanus tenía un esqueleto facial con fuertes premolares, que podrían haber sido utilizados para agrietar, abrir e ingerir grandes y duras nueces. Estas nueces serían un recurso desesperado en épocas de escasez de alimentos. Los científicos utilizaron avanzadas técnicas para hacer estos descubrimientos. Se creó en primer lugar un modelo tridimensional del cráneo del fósil, y posteriormente se usó un método de ingeniería que sirve para examinar cómo objetos de geometría compleja responden a determinadas cargas.

RedacciónT21