Realmente, se ha divulgado ampliamente la sombra del supuesto agujero negro supermasivo, situado en el centro de la galaxia Messier 87.
En esta revista se ha difundido extensamente esta noticia:
https://www.tendencias21.net/Captan-la-primera-imagen-real-de-un-agujero-negro_a45193.html
https://club.tendencias21.net/mundo/Nuevas-investigaciones-sobre-los-agujeros-negros_a36.html
Por nuestra parte aclarábamos que realmente, no se ha revelado la imagen de un agujero negro, sino una sombra que se desea identificar como tal:
https://www.tendencias21.net/fisica/Astronomos-captan-la-primera-imagen-de-un-agujero-negro_a58.html
A pesar de la difusión de tal acontecimiento, y tras la exaltación apasionada de esas configuraciones estelares, podemos analizar con más tranquilidad, esa noticia, y discutir sobre esas singularidades celestes.
Es innegable que nuestros conocimientos sobre el universo acaban de empezar. La evolución y gestión de esta información se acelera con nuevos instrumentos de observación.
Una nueva época de investigación astronómica nació realmente con la puesta en órbita del telescopio espacial Hubble, el 24 de abril de 1990, como un proyecto conjunto de la NASA y de la Agencia Espacial Europea. Con su lanzamiento, se inauguró el programa de Grandes Observatorios espaciales. Lo que supone la ventaja de disponer de contemplaciones, sin la distorsión que produce la atmósfera y sus turbulencias.
Posteriormente, hemos tenido otras experiencias científicas similares, como el observatorio para infrarrojo espacial Spitzer (SST), lanzado el 25 de agosto de 2003.
Por último, el observatorio espacial James Webb (JWST), desarrollado por la colaboración de 17 países, y que mejorará las capacidades actuales, estudiando el cielo en frecuencia infrarroja. Está previsto su lanzamiento en 2020, y será el sucesor científico del Hubble y el Spitzer.
El Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT), no es un telescopio espacial, pero su diseño permite nuevas e inéditas observaciones del universo.
Agujeros Negros
En la historia de la cosmología se ha especulado, desde hace muchos años, sobre supuestas concentraciones singulares de masa en el espacio. Este sería el concepto de agujero negro como cuerpo celeste, en cuyo interior exista tal concentración de masa, que su campo gravitatorio no permitirá que ninguna partícula material, o incluso la luz, puedan escapar.
A nivel conceptual, esta es una elucubración lógica, no obstante, podríamos preguntarnos si la masa bariónica puede comportarse de esta forma, y difícilmente tendríamos una respuesta probada y fundamentada en el método científico.
No obstante, en 1967, Stephen Hawking y Roger Penrose calcularon y demostraron que, conforme a las ecuaciones de Einstein, podría deducirse matemáticamente la existencia de estos cuerpos en el cosmos.
Su argumentación lógica determinaba que el modelo matemático de la Teoría de la Relatividad permitía deducir esas singularidades en el cosmos, pero no probaba su existencia.
Pero aunque su deducción no era más que una especulación racional, los astrónomos se dedicaron a buscar esos supuestos agujeros negros. Fue John Wheeler quien en 1969, propuso el término «agujero negro».
No obstante, Einstein nunca aceptó esas posibles singularidades cosmológicas. No admitía que toda la masa de una estrella pudiera concentrase en un punto, aunque su modelo matemático lo permitiese. Deducía que la masa debería ocupar una región finita, pero concreta, por lo que siempre se opuso a la existencia de agujeros negros
También Eddington se opuso a esa idea de que un cuerpo celeste pudiera colapsarse y alcanzar un tamaño nulo, lo que implicaría una singularidad de materia.
No obstante, en los últimos años, se ha extendido la idea de su existencia en la naturaleza y se ha intentado capturar su imagen.
Incluso, en esta búsqueda, en los últimos años, se ha llegado a afirmar que en el centro de las galaxias existen agujeros negros. Un supuesto agujero negro podría encontrase en el centro de la Galaxia, tipo Seyfert, M106. Incluso se ha propuesto que también en el centro de la Vía Láctea, se encuentra un gran agujero negro, denominado Sagitario A, con una masa equivalente a la de cuatro millones de soles (Melia, Fulvio: El Agujero Negro en el Centro de Nuestra Galaxia. Universidad Princeton, 2001, reimpreso en «Science», 18 de Julio de 2003, p. 314).
De esta forma se intenta justificar la dinámica de las galaxias, que no corresponde a las leyes de la gravedad newtoniana.
Según un portal de la propia NASA: La intensa gravedad del agujero negro impide que cualquier luz escape de él, y es por lo tanto, invisible. («negro» de hecho!). Sus alrededores, sin embargo, contienen una densidad bastante alta de estrellas incluyendo una estrella grande -aproximadamente 15 veces la masa del Sol y 7 veces su radio- la cual fue recientemente localizada con una trayectoria alrededor del centro del agujero negro, con un período orbital de solo 15.2 años. Esa estrella, designada S2 por los astrónomos, describe una elipse, la cual en el punto más cercano se acerca aproximadamente a 124 unidades astronómicas (1 UA = distancia media del Sol – Tierra) del centro de la galaxia (NASA From Stargazers to Starships». De Astrónomos a Astronaves
http://www.phy6.org/stargaze/Mintro.htm).
En estas circunstancias podríamos preguntarnos: ¿Pero realmente es posible la existencia de agujeros negros en el universo?
Incluso también: ¿Pero es necesaria la existencia de los agujeros negros?
¿Ha sido realizado un análisis temporal de estas singularidades?
Continuaremos en este Blog con nuestras reflexiones…
¿Y eso de los agujeros Negros?
La pasada semana se anunció reiteradamente que el conjunto de observatorios que constituyen el Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT) había permitido obtener una supuesta imagen, la primera de la historia, de un agujero negro.
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