Ficha técnica
Título: DEJA DE INTENTAR CAMBIAR. Vive la vida como eres en vez de como deberías ser.
Autores: Rodrigo Martínez de Ubago y Mara Aznar Briones
Edita: Editorial Kolima, Madrid, 2016.
ISBN: 978-84-16364-79-4
«Deja de intentar cambiar» es un libro más profundo de lo que parece. Aunque es pequeño e intenta explicar de forma sencilla, trata conceptos que cuesta incorporar, ya que van en contra de todo lo que hemos oído desde pequeños (y desde hace siglos). Es un libro que habla de la naturaleza humana, tratando de transmitir lo que la ciencia va descubriendo al respecto y que en muchos casos está en clara contradicción con la creencia generalizada.
Desde pequeños hemos oído que tenemos que cambiar aspectos nuestros que los que nos rodeaban no consideraban «normales», que no les gustaban o hemos tenido que sufrir las presiones para ser «perfectos», en la familia, en el colegio, o en el trabajo.
Y han puesto a nuestra disposición infinidad de medios para conseguirlo: educación, profesores, formación, experiencias,… sin embargo, y a pesar de que queríamos, no podíamos. La sociedad dicta las normas sobre como hay que ser, pone los medios he intenta homogeneizarnos. Pero no tiene en cuenta que cada uno somos diferentes.
Los medios, métodos, estrategias,… son los mismos para todos. Pero todos somos diferentes. Y somos diferentes porque tenemos una personalidad única que es lo que mejor nos define, es nuestra «forma de ser». Y nuestra personalidad tiene una base genética con una estructura biológica demostrada que no es modificable. Esto hace que nos comportemos con mayor probabilidad de un modo antes que de otro en una situación concreta. Y que nuestras formas de aprender, relacionarnos, trabajar, amar y comportarnos sean diferentes para cada uno.
Esta presión social se traduce en que tenemos la sensación de que en determinados aspectos «estamos mal» (como individuos y como padres, profesores o jefes, que no conseguimos que los demás cambien), que tenemos que esforzarnos para cambiar y adaptarnos al entorno. La propuesta del libro es muy diferente: puesto que tu eres como eres, único, y tu personalidad no es modificable, estaría bien adaptar el entorno a ti y no al revés.
Dos cosas
Tu forma de ser depende de dos cosas: tu genética y tu experiencia privada. Y no depende de la experiencia compartida (es decir, tu personalidad se construye según tus genes interaccionan con el ambiente y cada personalidad «elige» un modo diferente de interactuar) La experiencia compartida es una misma familia, un mismo colegio, una misma empresa,… que pone los mismos medios a disposición de los que los componen para lograr que cambien. Sin embargo cada uno tiene una forma muy diferente de vivir esa familia, ese colegio o esa organización. Resulta que para algunos es una vivencia muy gratificante mientras que para el hermano o el compañero, es desalentadora, agobiante, frustrante,… Depende de la personalidad de cada uno. Esa es la experiencia privada.
El libro explica de forma sucinta las bases biológicas de la personalidad para que podamos hacernos una idea de por qué somos como somos y por qué son aspectos centrales de cada uno que no son modificables.
Su propuesta es tranquilizadora. Es una buena noticia no tener que cambiar esos aspectos (como la extroversión, la Reactividad o la Independencia emocional) que son característicos de cada uno, los que hacen que tú seas tú.
Sí se puede cambiar el comportamiento, la conducta y la forma de relacionarnos. Cambia en la medida en que nosotros no intentamos cambiar. Cambia cuando nos conocemos, nos aceptamos, nos cuidamos y desarrollamos comportamientos más sanos y estrategias para adaptar el entorno a nosotros. No puedo reprimir una emoción pero si puedo decidir como voy a actuar.
Los ámbitos de aplicación de este conocimiento son múltiples: El personal, el familiar, educativo, laboral, de pareja, marketing,… “Nadie es mejor ni peor, sólo diferente. Si en cada área de nuestra vida (educación, trabajo, salud, amor,…) hubiese un mayor conocimiento y sensibilidad hacia cada particular manera de estar en el mundo, sería posible crear, desde el respeto a esa diversidad individual, entornos más adaptados a cada uno, y por tanto, organizaciones más eficientes, y personas más felices, sanas y productivas. Un mundo adaptado a cada persona.”
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